lunes, 30 de junio de 2025

En Trebisonda me despido de Turquía.

     Tres semanas justas desde que el día 10 de junio llegué a Edirne. Ni una queja tengo de los turcos. Me han cuidado y tratado divinamente. Y el país como sus gentes me ha encantado. Orgullosos de su pasado y empeñados en conquistar un buen futuro, he visto un país muy activo, con muchas cosas por mejorar pero en el camino de hacerlo. Me alegro un montón de haberlo incluido en la ruta.

    El primer objetivo esta mañana era visitar Ayasofya, S.XIII, bizantino tardío, de planta de cruz griega y en principio cristiana ortodoxa y con frescos del antiguo testamento. Actualmente reconvertida en mezquita aunque con necesidad imperiosa de una rehabilitación.

    Estas son las tres entradas, principal y laterales, y la parte trasera.


Alrededor la torre, las defensas y el cementerio.

El interior con las partes mejor conservadas (bóveda y suelo) muy protegidas por parasoles arriba y cristal y alfombras abajo, y unos frescos bizantinos que tratan entre otros temas el juicio final. 

Está en una colina desde donde se aprecian unas buenas vistas de la ciudad y del Mar Negro.

Me llevó un taxi porque está a 3,5 km del centro pero quise volver andando a ver lo que me encontraba, y lo primero fue otra mezquita, la de Yavuz Sultán Selim. Hay algunas que siguen un patrón que repiten hasta la saciedad, pero otras como esta tienen su personalidad propia. Como curiosidad había un grupo de niños con un monitor jugando al pillao y peleándose en broma dentro. No es la primera vez que lo veo. Para los musulmanes la mezquita es un lugar de esparcimiento además de oración, y en sus instalaciones, fuera y dentro tienen tiendas, cafeterías, hay quien se echa la siesta dentro, quien estudia como en una biblioteca, en fin que socializan en ella más que nosotros. En eso los considero mucho más avanzados. 

Otras construcciones que me han llamado la atención son ese bastión junto a la muralla convertido en biblioteca, esas casas típicas de la región y esa otra mezquita en una curva cerrada de la carretera. El zoom le quita altura pero el minarete es enorme.

Hoy he pasado por otro de los puentes que unen las colinas que forman la ciudad y que están por debajo muy bien aprovechados para zonas sobretodo de esparcimiento. 

Boztepe significa colina gris, y en lo alto de ella hay un gran letrero que se ve desde toda la ciudad y un mirador con un restaurante y sus mesas estratégicamente colocadas de forma que alimentan al personal la vista al tiempo que el estómago. 

Yo además de comer he aprovechado para tomarme un par de tés y hacer balance de lo vivido y lo por venir. Como habéis visto se ven a lo lejos la mezquita en construcción, el puertecito  y el paseo marítimo por donde circulé ayer. Las encapuchadas a mí espalda, tres y un hombre con ellas me vienen persiguiendo toda la mañana. Estaban en Ayasofya, en Boztepe y ahora en el restaurante. Bajando hay otra mezquita con un montón de casas de estilo otomano por encima.


Estos son algunos de los tipos de gente que me he ido encontrando. 

Al llegar abajo, otro parque con mucha gente charlando o echando la partida. Hay docenas de estos parques y plazas por toda la ciudad. 

A las 5 de la tarde me voy ya para el hotel y me dejo una ciudad en plena ebullición. Muy viva. Me ha encantado Turquía. No es solo Estambul sino muchísimo más.

Mañana a las 6 salgo para Georgia. Un nuevo país, otra aduana, otras 6 horas de autobús, en fin que os voy a contar. 
Buenas noches. 

domingo, 29 de junio de 2025

Trebisonda (Trabzon), sorprendentemente la menos turística.

   Pues si, así es. No he visto ni un grupo de turistas. Ni los japoneses.

   Se trata de una ciudad muy bien dotada de servicios, con un nivel comercial altísimo, y un ambiente sosegado y tranquilo donde conviven armoniosamente más mujeres de negro y tapadas hasta los ojos que en ningún sitio con jóvenes muy maquilladas y camisetas ajustadas de tirantes.

   Tiene mezcla de edificios modernos y otros típicos de la época otomana y una vida muy sencilla y parece que feliz.

   Estas son las calles del centro todas peatonalizadas como digo con edificios otomanos y modernos y ambiente árabe genuino.


En esta ciudad la autovía es un obstáculo que se interpone entre la población y el mar. La foto del coche rojo es en la plaza más importante de la villa y lo que parece un lugar elevado es también la autovía.

Esta es la misma plaza mirando hacia el interior. Con un mural alusivo a su relación con el mar, unas terrazas y jardines para relajarse, y el omnipresente Ataturk en el centro. 

Muy cerca está la mezquita de Iskenderpasa en la que al acercarme creía que los corrillos de gente que charlaban eran los típicos de nuestros recuerdos al salir de misa solo que saliendo del rezo musulmán, pero al acercarme resulta que era un entierro. Lo que veis en las fotos de la izquierda bajo el toldo, en el poyo de la ventana con una tela verde -color del islam- encima es el muerto fuera de la mezquita. El corro no deja ver a los familiares al lado recibiendo el pésame. Absolutamente todo el mundo se saluda aquí dándose dos coscorrones con la frente. Me ha dado cosa sacar más fotos pero las mujeres estaban en un rincón de la plaza hacinadas y sentadas charlando mientras los hombres en corros ocupaban todo el lugar.

Esta es Panagia Khrysokephalos que fue iglesia y fue convertida en mezquita. Es una mezcla interesante. La última foto es la entrada a la zona de las mujeres que normalmente está protegida por una celosía de madera porque ellas suelen entrar por una puerta exterior distinta de la de los hombres. Total que me he metido sin darme cuenta y se han empezado a reír al verme.


En una fachada cercana había estos murales de lugares turísticos de la zona. Lamentablemente la mayoría están a algunos o bastantes kilómetros de distancia por lo que se quedarán en el tintero. 

Estos edificios son un banco, la diputación, otras dos mezquitas, y lo de abajo un monumento de hermanamiento entre Turquía y Hungría. 

La ciudad está sobre dos colinas y han unido ambas partes con estos elevados puentes. 

De camino hacia el mar está este pedazo de mezquita en construcción aún, como la de Sivas. En la foto de abajo se ve una pasarela sobre la autovía que como os digo separa el mar del casco urbano.

Y ahí tenéis el Mar Negro, paseo marítimo, miradores, tumbonas, lugares para pescar, una familia disfrutando del agua (las chicas vestidas), y un puerto pequeño rodeado totalmente por una grada. Parece que el agua es un escenario. Ese agua que aunque no se ve negra si parece un poco más oscura. Me dice la IA y he comprobado con fotos satelitales que desde arriba el agua si se ve negra y que no tiene visibilidad alguna a partir de los 100 m de profundidad, sin embargo hay mucha pesca sobretodo de anchoa que es muy famosa.

Lo de arriba son las dos colinas que forman la ciudad vista desde la playa. Como veis los mercados y panaderías son muy atractivos. También os dejo la prueba de lo que dije al principio sobre las mujeres de negro y las jóvenes occidentalizadas.

Para el final me he dejado el mejor momento del viaje hasta ahora. Mientras esa chica contempla el mar desde un mirador privilegiado, yo he estado escuchando a este músico sirio huido de la guerra tocando ese laúd de tres cuerdas magníficamente y luego charlando con él entre el traductor español/árabe y el lenguaje corporal de ambos. Cuando le he dicho que estuve en Alepo y Damasco justo antes de la guerra casi se me echa a llorar.
Mañana me quedan un par de cosas por ver a las que hay que ir en taxi o microbús y despedirme de Turquía. 
Y pasado mañana viajaré a Kutaisi ya en otro país -Georgia- en una depresión entre las dos cordilleras que forman el Cáucaso. Buenas tardes para vosotros. Aquí empieza a anochecer. 

sábado, 28 de junio de 2025

Viaje frustrante hoy...

    ...pero la alternativa que es viajar de noche es peor aún a mi juicio.

   Para ir de Sivas a Trebisonda (Trabzon dice en el mapa) que está a 300 km. de distancia no había otra opción diurna que esta.

   Yo pensé que como me dijo la IA sería un viaje duro pero por carretera de montaña y bonitas vistas.

    En vez de hacia el noreste nos hemos ido hacia el noroeste por autovías con lo que el paisaje no ha sido nada del otro mundo, y vamos a hacer más de 600 km de recorrido.

   Desde las 13 horas que salimos hasta las 20 (7 horas) no hemos alcanzado la misma distancia a la que estábamos al salir. 

   Hemos parado cien veces y hemos visto la parte más amable de los Montes Pónticos y mucho cemento en las ciudades interiores por las que hemos pasado. 

   Hemos llegado al Mar Negro en la ciudad de Samsun, y en este momento, a las 21,15 nos faltan 250km de carretera y autovía que van a suponer más de cuatro horas hasta llegar a destino, porque además nos quedarán otras 4 o 5 paradas oficiales y las sobrevenidas porque aquí a quien pide bajarse donde sea lo complacen, y si alguien le echa el alto al bus, le preguntan a dónde va y si cuadra lo suben.

   Además no bordea las ciudades por lo que el tráfico y los semáforos también nos retardan.

   En fin, seguro que merecerá la pena porque creo que el destino va a ser interesante y estaré en un hotel céntrico junto a la playa.

   Mañana os contaré. Buenas noches. Por delante otra 4 horas y... para mí. 


viernes, 27 de junio de 2025

Sivas, la menos turística, también tiene lo suyo.

     He parado en Sivas para no viajar de noche. Hasta Trebisonda, en el Mar Negro, quedan 300 km pero 10 o 12 horas de autobús por una carretera sinuosa de montaña.

    Durante el viaje de hoy he visto un pico nevado de 3.900 MTS de altura, un lago salado allá al fondo donde al parecer paran muchas especies de aves migratorias, pueblos y zonas agrícolas tanto de secano como de regadío, y algún asentamiento de inmigrantes (afganos, sirios,...) que son los que hacen la recolección, como en España.

    Una vez en Sivas me ha hecho ilusión -porque no es caro- hospedarme en un antiguo Caravanserai de la ruta de la seda reconvertido en hotel. Aquí lo tenéis. El edificio en forma de torreta está en la puerta del hotel y es una cámara funeraria con altar del S.XIV.


De camino hacia las construcciones más importantes de la ciudad he visto este par de mezquitas cuyo exterior parece una vivienda salvo por los minaretes que están muy elaborados. Lo otro lo había visto ya en Edirne pero de lejos. Es muy curioso. Una tumba que parece metida en una jaula. 

Lo primero a escasos 400 MTS del hotel la mezquita de Ulu. Selyúcida S.XII. El minarete de añadió posteriormente. Las cúpulas de las mezquitas posteriores son cosa de los otomanos. Esta es muy anterior, muy grande y sobria, y tiene muchas columnas de madera que sujetan el techo.

La madrasa de Gok, también selyúcida del S. XIII tiene una monumental y preciosa fachada... 

Y un delicioso patio interior, ahora museo.

Otra madrasa llamada Burufiye también del S.XIII. La fachada también estilo selyúcida necesita una rehabilitación. 

A partir de la anterior incluida, ya todo se encuentra alrededor de una inmensa plaza con mucha animación de gente de todas las edades y muchos niños jugando. Esta es la madrasa llamada del doble minarete de la que solo queda la fachada que vemos por ambos lados. También selyúcida del S.XIII. Fue una escuela islámica superior y actualmente el símbolo de la ciudad. 


En la madrasa Siafiye S.XIII, justo enfrente de la anterior, se estudiaba teología y ciencias y tiene una gran fuente en el centro del patio. Hoy alberga varios comercios y una tetería que estaba a rebosar. Me las he visto para pillar mesa junto a la fuente. El ambiente auténtico. Ni un turista y de una ciudad conservadora como Konya.


Os añado más fotos de las arcadas, comercios, fuente y paisanaje del interior.

Tras una limonada y un té (aquí no hay cervezas, menudo cambio de unas ciudades a otras), me salgo a la plaza y veo críos jugando sobre unas ruinas arqueológicas (veis que he pillado a uno saltando) y más edificios relevantes hacia los que me voy.

Arriba el edificio del congreso que se celebró en Sivas en 1919 por parte de los independentistas y que supuso la fundación a la postre de la República de Turquía. Fijaros en las banderolas, Ataturk, la Bandera y Erdogan (el estado soy yo). Abajo el edificio de la Gendarmería, y la mezquita en la que se ven andamios no es que la estén rehabilitando, es que la están terminando. Por la parte de atrás está mucho más atrasada, pero ya han iluminado los cuatro minaretes. Es muy grande.

Los monumentos a los combatientes en la guerra de independencia se repiten por todo el país casi tanto como la presencia del gran Ataturk, padre de todos los turcos. 

A lo largo de toda una calle adyacente hay grabados en bronce de muchos pasajes de la historia turca. Como falta nitidez solo os paso algunos y el monumento con los personajes políticos. Junto a cada panel hay una leyenda que explica su contenido. 

Me despido con una foto del ambiente familiar de la plaza a las 9 de la noche y el monumento que la ciudad le ha erigido a Ataturk y que por razones que desconozco no estaba iluminado.

Mañana como comentaba de nuevo bus. De 10 a 12 horas para salvar 300 km atravesando los Montes Pónticos, una cordillera con muchos dos y tres miles por carretera de montaña y pasar de Anatolia al Mar Negro. Destino Trebisonda, última ciudad turca antes de ir a Georgia, ya en el Cáucaso. Buenas noches. La parada ha merecido la pena.

jueves, 26 de junio de 2025

Fascinante Capadocia!!.

     Acerté apuntándome a un tour con guía ayer y además he tenido la suerte de compartirlo con dos hermanos mejicanos (chico y chica), y una pareja de burgalés y madrileña, aunque el tour fuese en inglés. El guía, un tipo simpático y competente. Ocho horas con comida incluida y recorriendo unos 100 km.

    La primera visita me ha impresionado mucho. La ciudad subterránea. La empezaron a construir los cristianos para defenderse de sus acosadores y diversos pueblos las fueron ampliando hasta lo inverosímil. Son varias en toda Capadocia. Tienen hasta 60 mts de profundidad y llegan a tener hasta 5 alturas. Y además estaban comunicadas algunas de ellas por túneles de kilómetros de largo. Tienen dormitorios, cocinas, lugares para los animales y hasta escuelas e iglesias. Son laberínticas por lo que quien los persiguiese no volvía a salir. Tienen respiraderos y una temperatura muy constante. Podían estar hasta 10 meses sin salir.

El de rojo es Mehmed el guía y el de azul Carlos el mejicano. Luego os contaré una historia muy bonita sobre los hermanos.

Ha habido tramos por los que no cabía y que he tenido que hacer a gatas. Con eso os digo todo. Gracias a Dios no he tenido claustrofobia. Dice el guía que los griegos no entran por eso. Jejeje.

Segunda parada, el Valle de Ihlara. Menos espectacular pero muy agradable. Hemos paseado como 2 km por la ribera de un río bajo una cordillera con montes de hasta 3000 m y nieve en las cimas. Desde abajo esto no se veía pero si desde el coche.


Todos los accesos, puentes y tramos más complicados eran construcciones de madera, y había abajo grandísimas piedras desprendidas. El merendero en el que nos hemos refrescado también muy rústico y de madera con alfombras.


Tercera parada, también impactante. Un Gran Monasterio igualmente excavado en la roca a mucha altura. 


Sitios para vivir, cocinar, escuelas, una iglesia...

...y hasta una catedral. De no demasiado grandes dimensiones, pero como veis, con grandes columnas cilíndricas y en forma de prisma con restos de los frescos que la adornaron en su tiempo. Un pasote.

Pero me dejo para el final lo que hice de 5 a 6 de la mañana, cuatro horas antes del tour y el motivo que más turistas trae a Goreme a diario. Los globos aerostáticos. Absolutamente todos los días del año se elevan sobre la ciudad llenos todos estos con cabidas para 35, 25 y 15 personas a 100€ c/u para ver el amanecer. Yo no soy amigo de los ascensores, cuanto menos de esto, pero los he disfrutado mucho desde la terraza de mi pensión. Si os cuelgo cuatro fotos no vais a apreciar el espectáculo, así es que ahí va eso.




Y para acabar una historia de esas que solo se conocen si viajas y hablas con la gente. Resulta que los hermanos mejicanos se llaman Carlos y Carla, y yo les digo, entonces vuestro padre será también Carlos, y me cuenta la chica que si, que ellos tenían otros nombres. Me los dice, pero eran mayas o aztecas y son los típicos que se te olvidan nada más oírlos, o no entiendes bien de lo raros que son. La historia es que me cuenta que su mamá cuando se enamoró de su papá les cambió sus nombres natales por Carlos y Carla por él. No es una bonita historia de amor?. 

Mañana parada técnica en Sivas una noche porque mi destino es Trabisonda en el Mar Negro, pero se tardan 14 horas y solo hay autobuses nocturnos, así es que lo haré en dos jornadas y de día. Dicen por aquí que la ciudad no es nada turística y que te asorratas de calor. Si es así, igual ni salgo del hotel. Ya os contaré. Buenas noches.

Nueva Delhi impacta más de lo que creemos.

    Ayer temeroso de que me asaltaran o timaran, sin saber de quien fiarme ni si seguir en la India o irme, y hoy ilusionadísimo con un paqu...