Tres semanas justas desde que el día 10 de junio llegué a Edirne. Ni una queja tengo de los turcos. Me han cuidado y tratado divinamente. Y el país como sus gentes me ha encantado. Orgullosos de su pasado y empeñados en conquistar un buen futuro, he visto un país muy activo, con muchas cosas por mejorar pero en el camino de hacerlo. Me alegro un montón de haberlo incluido en la ruta.
El primer objetivo esta mañana era visitar Ayasofya, S.XIII, bizantino tardío, de planta de cruz griega y en principio cristiana ortodoxa y con frescos del antiguo testamento. Actualmente reconvertida en mezquita aunque con necesidad imperiosa de una rehabilitación.
Estas son las tres entradas, principal y laterales, y la parte trasera.
Alrededor la torre, las defensas y el cementerio.
El interior con las partes mejor conservadas (bóveda y suelo) muy protegidas por parasoles arriba y cristal y alfombras abajo, y unos frescos bizantinos que tratan entre otros temas el juicio final.
Está en una colina desde donde se aprecian unas buenas vistas de la ciudad y del Mar Negro.
Me llevó un taxi porque está a 3,5 km del centro pero quise volver andando a ver lo que me encontraba, y lo primero fue otra mezquita, la de Yavuz Sultán Selim. Hay algunas que siguen un patrón que repiten hasta la saciedad, pero otras como esta tienen su personalidad propia. Como curiosidad había un grupo de niños con un monitor jugando al pillao y peleándose en broma dentro. No es la primera vez que lo veo. Para los musulmanes la mezquita es un lugar de esparcimiento además de oración, y en sus instalaciones, fuera y dentro tienen tiendas, cafeterías, hay quien se echa la siesta dentro, quien estudia como en una biblioteca, en fin que socializan en ella más que nosotros. En eso los considero mucho más avanzados.
Otras construcciones que me han llamado la atención son ese bastión junto a la muralla convertido en biblioteca, esas casas típicas de la región y esa otra mezquita en una curva cerrada de la carretera. El zoom le quita altura pero el minarete es enorme.
Hoy he pasado por otro de los puentes que unen las colinas que forman la ciudad y que están por debajo muy bien aprovechados para zonas sobretodo de esparcimiento.
Boztepe significa colina gris, y en lo alto de ella hay un gran letrero que se ve desde toda la ciudad y un mirador con un restaurante y sus mesas estratégicamente colocadas de forma que alimentan al personal la vista al tiempo que el estómago.
Yo además de comer he aprovechado para tomarme un par de tés y hacer balance de lo vivido y lo por venir. Como habéis visto se ven a lo lejos la mezquita en construcción, el puertecito y el paseo marítimo por donde circulé ayer. Las encapuchadas a mí espalda, tres y un hombre con ellas me vienen persiguiendo toda la mañana. Estaban en Ayasofya, en Boztepe y ahora en el restaurante. Bajando hay otra mezquita con un montón de casas de estilo otomano por encima.
Estos son algunos de los tipos de gente que me he ido encontrando.
Al llegar abajo, otro parque con mucha gente charlando o echando la partida. Hay docenas de estos parques y plazas por toda la ciudad.
A las 5 de la tarde me voy ya para el hotel y me dejo una ciudad en plena ebullición. Muy viva. Me ha encantado Turquía. No es solo Estambul sino muchísimo más.
Mañana a las 6 salgo para Georgia. Un nuevo país, otra aduana, otras 6 horas de autobús, en fin que os voy a contar.
Buenas noches.
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