viernes, 27 de junio de 2025

Sivas, la menos turística, también tiene lo suyo.

     He parado en Sivas para no viajar de noche. Hasta Trebisonda, en el Mar Negro, quedan 300 km pero 10 o 12 horas de autobús por una carretera sinuosa de montaña.

    Durante el viaje de hoy he visto un pico nevado de 3.900 MTS de altura, un lago salado allá al fondo donde al parecer paran muchas especies de aves migratorias, pueblos y zonas agrícolas tanto de secano como de regadío, y algún asentamiento de inmigrantes (afganos, sirios,...) que son los que hacen la recolección, como en España.

    Una vez en Sivas me ha hecho ilusión -porque no es caro- hospedarme en un antiguo Caravanserai de la ruta de la seda reconvertido en hotel. Aquí lo tenéis. El edificio en forma de torreta está en la puerta del hotel y es una cámara funeraria con altar del S.XIV.


De camino hacia las construcciones más importantes de la ciudad he visto este par de mezquitas cuyo exterior parece una vivienda salvo por los minaretes que están muy elaborados. Lo otro lo había visto ya en Edirne pero de lejos. Es muy curioso. Una tumba que parece metida en una jaula. 

Lo primero a escasos 400 MTS del hotel la mezquita de Ulu. Selyúcida S.XII. El minarete de añadió posteriormente. Las cúpulas de las mezquitas posteriores son cosa de los otomanos. Esta es muy anterior, muy grande y sobria, y tiene muchas columnas de madera que sujetan el techo.

La madrasa de Gok, también selyúcida del S. XIII tiene una monumental y preciosa fachada... 

Y un delicioso patio interior, ahora museo.

Otra madrasa llamada Burufiye también del S.XIII. La fachada también estilo selyúcida necesita una rehabilitación. 

A partir de la anterior incluida, ya todo se encuentra alrededor de una inmensa plaza con mucha animación de gente de todas las edades y muchos niños jugando. Esta es la madrasa llamada del doble minarete de la que solo queda la fachada que vemos por ambos lados. También selyúcida del S.XIII. Fue una escuela islámica superior y actualmente el símbolo de la ciudad. 


En la madrasa Siafiye S.XIII, justo enfrente de la anterior, se estudiaba teología y ciencias y tiene una gran fuente en el centro del patio. Hoy alberga varios comercios y una tetería que estaba a rebosar. Me las he visto para pillar mesa junto a la fuente. El ambiente auténtico. Ni un turista y de una ciudad conservadora como Konya.


Os añado más fotos de las arcadas, comercios, fuente y paisanaje del interior.

Tras una limonada y un té (aquí no hay cervezas, menudo cambio de unas ciudades a otras), me salgo a la plaza y veo críos jugando sobre unas ruinas arqueológicas (veis que he pillado a uno saltando) y más edificios relevantes hacia los que me voy.

Arriba el edificio del congreso que se celebró en Sivas en 1919 por parte de los independentistas y que supuso la fundación a la postre de la República de Turquía. Fijaros en las banderolas, Ataturk, la Bandera y Erdogan (el estado soy yo). Abajo el edificio de la Gendarmería, y la mezquita en la que se ven andamios no es que la estén rehabilitando, es que la están terminando. Por la parte de atrás está mucho más atrasada, pero ya han iluminado los cuatro minaretes. Es muy grande.

Los monumentos a los combatientes en la guerra de independencia se repiten por todo el país casi tanto como la presencia del gran Ataturk, padre de todos los turcos. 

A lo largo de toda una calle adyacente hay grabados en bronce de muchos pasajes de la historia turca. Como falta nitidez solo os paso algunos y el monumento con los personajes políticos. Junto a cada panel hay una leyenda que explica su contenido. 

Me despido con una foto del ambiente familiar de la plaza a las 9 de la noche y el monumento que la ciudad le ha erigido a Ataturk y que por razones que desconozco no estaba iluminado.

Mañana como comentaba de nuevo bus. De 10 a 12 horas para salvar 300 km atravesando los Montes Pónticos, una cordillera con muchos dos y tres miles por carretera de montaña y pasar de Anatolia al Mar Negro. Destino Trebisonda, última ciudad turca antes de ir a Georgia, ya en el Cáucaso. Buenas noches. La parada ha merecido la pena.

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