jueves, 11 de septiembre de 2025

Surat Thani (Tailandia), la ciudad menos turística de todo el viaje.

     En el hotel hay media docena de turistas. En la calle no he visto ni uno.

    Esta mañana estaba muy a gusto en la cama, sin ganas de ponerme en marcha. Cuando me ocurre me reprendo yo mismo para auyentar olgazanerías y malos pensamientos. Al final me he puesto en marcha. Hacía un día precioso,... y un sol de justicia, así es que me he puesto protector y he empezado muy, muy despacio intentando retrasar los sudores. 

    A ese ritmo la ciudad empieza a entrarte. Es como si arrancaras con ella. Es una ciudad algo más pequeña que Albacete en habitantes pero no en extensión porque no hay ningún edificio alto y eso la hace más grande.

    Es muy auténtica. Me he sentido muy bien callejeando. Tenía un par de objetivos que ver pero me he dejado llevar a veces por el olfato y me he encontrado con cosas que no esperaba.

    Hay muy pocos letreros en inglés, por lo que es difícil encontrar lo que buscas. Te tienes que asomar a los escaparates. Les gustan los carteles que ocupan toda la fachada, no sé si para ocultar lo descuidadas que las tienen. Jejejeje.


He buscado una farmacia para comprar algún antiácido para mí estómago y unos tapones para los oídos, que perdí uno. Es muy curioso pero en todas las farmacias te tienes que descalzar para entrar.
Hay muchas floristerías y venta de piensos para animales. Algunas casas son muy bonitas pero no cuidan sus fachadas.

Este es el vehículo de carga y para montar un negocio móvil por excelencia. Los hay por docenas.

El templo Tridhammaram es un complejo en construcción. Hay partes terminadas y otras a medio. No había muchos operarios. Ha sido la primera sorpresa.

Los budas y la casa donde estará el lugar de culto son espectaculares.

Lo de las plantas y árboles es de record. En el lugar donde he tomado una pizza a media mañana y unos zumos de frutas fantásticos, he tenido una agradable conversación con la chica que atendía y me ha regalado un manojo de longkong, el fruto que compré en el mercado flotante de Bangkok. Me ha enseñado a pelarlo (como una mandarina). Lo tenéis en la foto. Está buenísimo.

Ni en el templo ni en otras obras por la calle la seguridad de los trabajadores es importante. 

El primer objetivo era visitar Pillar Shrine, algo así como los pilares de Surat Thani que aparece en las guías. Es un templo muy pequeño pero con mucho carisma. Hay una imagen de una diosa en el centro y cuatro repeticiones alrededor. Unos novios que había han atado lazos de colores en las de fuera y han pegado una lámina dorada en la de dentro. Yo he tocado el gong. Jejejeje. Los elefantes son animales muy preciados en toda Tailandia. A mí me han gustado los pequeñines que parecen asomarse al abismo. 

Ahí tenéis lo que venden para hacer las ofrendas: flores, los lazos de colores, fruta, velas, incienso,... por fuera de la reja había adornos de hojas artificiales doradas.

Y llegamos al río Tapi. Es en cuanto a caudal según Chris como el Segura aunque dice que tiene mucho tráfico de mercancías, y desde luego en la ciudad estará embalsado, pero parece más caudaloso que el Ebro. La mitad del día me lo he pasado en la ribera viendo el movimiento y la pesca. Una gozada.

Este tipo de cosas me encanta. El de la barca me miraba yo creo que complacido. Cambiaba la barca de sitio utilizando como remo su pié derecho. Echaba la red bien abierta. Dos minutos después la recogía muy despacio. Le quitaba la broza, echaba algún pecevillo al zurrón, cambio de sitio, y vuelta a empezar. Me habría quedado toda la tarde.

El segundo objetivo era conseguir un mapa en papel en Información (el edificio de abajo). Cerca había un precioso monumento a las ballenas (el primero que veo) debajo del cual había un lugareño durmiendo aprovechando la sombra. Con el calor que hace hay mucha gente durmiendo a la sombra en los sitios más insospechados. La estatua es de Bodhisattva Avalokitesvara. Mi cuñado Germán me ha soplado que es el Buda de la compasión, uno de los más importantes de la tradición que él practica. 

Con un plano de papel en la mano ya, he estudiado que ver ya de retirada y me he decidido por la fundación Muthitachitthansathan (el nombrecito se las trae). Es una fundación Tailandesa según me aseguraba una de las señoras que pululaban por allí, aunque yo habría jurado que era china por la estética y el colorido. El dibujo de uno de los frisos es equiparable a la última cena que tanto me gusta, solo que en barca. Jejejeje.

La foto central de abajo es el suelo. Los peces de la fuente no pesan menos de 4 kilos cada uno.

De vuelta al hotel, otra sorpresa. Un templo al que no pongo nombre porque solo había escritos en Tailandés. Ea!!. Esos tejados parece que estén copulando. jejejeje.

Lo de la izquierda y abajo es un colegio con unas excelentes instalaciones. Lo de la derecha dos altares en domicilios particulares.

Lo penúltimo que os quiero contar es lo de los gallos. Tras verlos deambulando en varios templos le he preguntado a Chris. Efectivamente son animales venerados en Tailandia. Representan el valor, la resistencia y el renacer. Hay peleas reglamentadas, y son muy admirados. Los he visto también campando a sus anchas en restaurantes. Ahí tenéis algunos ejemplares. La cámara no recoge para nada los vivos colores del natural. La chulería si. 

Me despido desde mi hotel tras 5.500 pasos según mi reloj, a la sombra de esa magnífica palmera y con un baño reparador.

Mañana es un día para un viaje que puede ser sencillo o complicarse. Por lo pronto solo hay tren nocturno, así es que descartado. El viaje tiene cuatro tramos y dos fronteras, la Tailandesa de salida y la Malaya de entrada. No hay buses directos que conecten Surat Thani con Penang, mi destino malasio. 
Parece ser que hay que ir, sí o sí a Hat Yai, (5 o 6 horas) aún en Tailandia y allí ver si encuentro combinación hasta la frontera solo, o hasta el final. El último tramo puede ser en bus o ferry porque Penang es una isla. Mañana veremos y os contaré.
 Siempre me pasa igual, aunque empiece un poco desganado, las ciudades que visito, a la postre justifican mi viaje, y aunque llego molido al hotel, las pilas terminan cargadas al 100% y me mueven a seguir con tanta ilusión como el primer día. Así llevo ya cuatro meses y medio. Y ahora pensando también en que en Australia estaré acompañado y en Nueva Zelanda visitaré a Javi Yébenes. Dos alicientes muy potentes ambos. Buenas tardes. Por aquí a punto de acostarme.

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Me creo que si hubo un Paraíso en la Tierra estuviera en Bali.

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