Hoy la entrada es monotema pero os va a gustar. A las cuatro de la tarde desde las diez que salí he vuelto al hotel porque ni mi físico con tanto sudor ni mi cabeza procesando tanta belleza admitían más cosas.
Había un palacio en la agenda y algún templo más, pero me sobran años para completarla. Con 25 años menos lo habría hecho, jejejeje.
A ver si esta noche después de descansar salgo y veo alguna cosilla más mientras busco la cena.
Mirad ya de inicio las fuentes y la exuberancia de las plantas que en la entrada aun no tienen colores.
Enseguida empezamos a ver cosas a las que no estamos acostumbrados. Protuberancias en los troncos de los árboles, raíces aéreas, y coloridos remates en plantas que existen en España, o muy parecidas pero que allí no los tienen.
En una plaza con un reloj que da la hora de varias ciudades me siento en un banco a desayunar y esta señora se me sienta al lado y, mientras yo como, termina una acuarela de un plantel de orquídeas. Ha sido como media hora papeando y viéndola hacer. Le he dicho que no olvidaré en mi vida ese almuerzo.
Con las fuerzas repuestas me compro este gorro para sustituir el que perdí y entro en el Jardín Nacional de las orquídeas. Un auténtico paraíso natural que os voy a mostrar en gran parte.
Seguramente repita algunas clases de ellas pero es que esos colores y tanta belleza no me han permitido dejar de contemplarlas y captarlas para vosotros.
Esos paseos, esas cintas donde no hay flores, esas variadísimas formas que la naturaleza nos ofrece,...
...aquí rojos, allí amarillos, violetas, jaspeados, si no son las flores son las hojas.
Los paseos eternos y de vez en cuando alguna escultura con abejas gigantes.
A cada una le dan su tratamiento. Algunas están al aire libre y otras en lugares refrigerados, pero todas con mucha humedad en el suelo y en el ambiente.
En algunas me quedo con el conjunto. En otras busco la flor más bonita.
Solo el sudor y el cansancio -el parque es grande- me hacen parar algún rato, pero me gustan tanto que no me quiero dejar ninguna sin ver.
También las hojas tienen su protagonismo. Tienen un color y un brillo tan definidos que a veces reclaman más la atención que las propias orquídeas.
Y esos penachos cargados con tantos ejemplares, cada uno que pasaba le pedía una foto al siguiente o al anterior visitante. Había bastante turista, pero son mayoría los orientales sobre nosotros. Mucha más piel amarilla y tostada que blanca y rosada.
El anterior era blanco y este rosa. Todos merecen nuestra atención.
Como veis, también las hay carnívoras de muchas especies con la tapa abierta esperando que se cuele algún insecto incauto.
Mirad la que parece un ciempiés, y la otra que parece que se ha puesto el sombrero del sultán. También las hay que tienen un peciolo larguísimo que la une al tallo.
Si me tuviera que quedar con una me lo tendría que pensar muy mucho. Siempre nos atraen más las que no vemos en nuestras latitudes, pero entre tantísima variedad, ya es imposible decidirse por una.
Las esculturas de piedra con las abejas gigantes tienen su gracia, pero ante tanta belleza natural, yo habría elegido otros motivos como adornos.
Otra paradiña en un banco o templete de madera bien bonitos y cómodos, y a seguir investigando. Hay carteles que te ubican de vez en cuando, pero cuando los buscas no los encuentras y a veces anda uno perdido sin saber qué parte ha quedado vista y cual no.
Esta es la casa de dos de los directores que tuvo el parque (padre e hijo) que al parecer influyeron mucho en su desarrollo. El parque es actualmente Patrimonio de la UNESCO.
De vez en cuando, cuando menos te lo esperas ves algo nuevo. Hay patrones que se repiten cambiando simplemente los colores, pero hay otros muy singulares que nos sorprenden gratamente.
Las carnívoras siempre me han atraído mucho. Me da por creer que piensan para engañar a las víctimas y cerrarles la puerta cuando las ven entrar.
En esta ocasión la parada ha sido en un árbol/silla vivo que podéis apreciar en la foto anterior de la esquina derecha arriba.
Las mezclas de colores solo son comparables con las de algunos animales y las de los amaneceres y ocasos que solo la naturaleza nos brinda. Hay alguna estructura de madera o hierro, pero pocas. Este jardín no necesita más adornos que su propia esencia.
Hay bastantes operarios regando y manteniendo el parque. En este momento se han hecho las dos de la tarde y he parado para comer en un restaurante muy coqueto y no muy caro que hay nada más salir del recinto de las orquídeas.
Ahí tenéis el restaurante. Luego me he ido hacia una explanada en caída que llega hasta un auditorio rodeado por un lago con nenúfares. El suelo, ahí lo veis, no es césped. Menudo lugar para hacer conciertos. Y menuda capacidad.
Ese es el lago alrededor del escenario. También podéis ver las raíces superficiales que tienen muchos de los árboles tropicales.
Esta tortuga se ha sumado al paseo. No he visto mucho animal, un gallo, cuervos, ardillas y algún minúsculo pajarillo de colores que no he sabido identificar, pero he oído bastantes, y los carteles del parque mostraban una fauna fascinante que nos contempla pero no se deja ver. Búhos, pájaros, serpientes, etc.
Ese cartel explica lo que son las lianas. Yo creo que la primera foto es una de ellas, pero me ha dado la impresión de que no colgaba sino que echaba raíces abajo. No sé, mi incultura biológica es notable.
Fijaros en la altura de esas hojas que tengo detrás y arriba. Son plantas que hay en muchos hogares en España, pero inmensamente más grandes. Me encantan esos troncos de árboles que se abren en la base.
Como despedida, cerca de la entrada/salida, hay una estatua/monumento a Chopin con un banco detrás y mirando a la zona del auditorio que hemos visto antes. Tiene un pequeño altavoz para que quienes estén cerca escuchen la música del genial compositor y pianista. Un sitio para pasar una tarde entera.

En fin, aunque la jornada como he dicho ha sido monotemática, creo que ha merecido la pena. Yo la he disfrutado mucho. Mañana vuelo a la Isla de Java y atravieso el ecuador cambiando al hemisferio sur. A partir de ahí, cuando avance en vez de ir subiendo la temperatura irá bajando. Ya tengo ganas de que lo haga un poco, aunque humedad en Indonesia voy a tener también para dar y tomar. Todo un hemisferio desconocido para mí hasta la fecha si no me equivoco. Un desconocido con el que pronto espero coger confianza. Os iré contando. Buenas tardes. Mañana ampliaremos a 7 las horas de diferencia. Espero que la feria os haya sido leve y que os recuperéis rápido y con ganas de volver a engancharos a la rutina. Un abrazo fuerte.
Me encanto el botanico de Singapur. Una ciudad espectacular. Espero que disfrutes mucho de Indonesia.
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