Los días de viaje suele haber poco que contar, sobretodo si la carretera tiene poca variedad como es el caso desde que salí de Nepal.
Hoy buena carretera, excelente autobús de dos pisos, camas abajo y asientos arriba. Pude reservar la primera fila así es que veo la carretera como el conductor.
Hay mucho tráfico y la están ampliando en algunos sitios.
Un camión accidentado monta un tapón gordo. Menos mal que es en el otro lado.
El viaje, medio adormilado por lo monótono de la carretera, se me hace corto. Han sido 350 km. Cruzamos el puente que nos lleva a la isla/estado que es Singapur y vemos alguna instalación portuaria, lo que parece un club náutico a lo lejos, viviendas que supongo de pescadores montadas en el agua en tierra de nadie y las primeras torres a lo lejos.
Las dos primeras fotos son lo que nos dejamos atrás, el puente y las últimas casas de Malasia. Las naves siguientes son ya instalaciones aduaneras. Es curioso, no piden visado pero antes de llegar a Singapur hay que rellenar un impreso on line con datos personales y un cuestionario sobre antecedentes penales y situación sanitaria. Una vez en la aduana no nos han cacheado ni hemos pasado por escáner ni nosotros ni los equipajes. Solamente han escaneado el pasaporte y ni lo han sellado. A partir de la aduana, yo pensaba encontrarme una isla llena, como Manhattan, pero ni mucho menos. Tiene 50x27 km y mucho espacio aún libre.

A la izquierda los edificios más emblemáticos, la noria y el Marina Bay Sands, que tiene arriba de las tres torres curvas el Sky Park, una construcción que se apoya en ellas y que tiene 340 m a 200 m de altura y una piscina de 150 m. Es la mayor atracción de la ciudad. Aparte de eso, hay muchas torres y la ciudad está súper limpia. Nada que ver con lo del último mes o dos meses. Sin embargo tanto las construcciones como la gente, a primera vista me han parecido muy frías y distantes. Colores apagados y grises. Mañana entraremos más en harina y ya os contaré.
En las fotos de la derecha se ve el contraste entre las torres y algunos edificios bajitos llenos de terrazas con gente alternando. La llegada al barrio chino donde me hospedo es inconfundible.
Tengo curiosidad porque la primera impresión ya os digo que no ha sido muy buena. Toda la ciudad, salvo mínimas excepciones parece un barrio financiero que no son los más divertidos nunca. Tienen el doble de renta per capita que nosotros, y eso puede hacerlos más discretos y aburridos. No sé. Es solo una impresión. Voy a ver si me organizo con Chris las rutas de mañana y pasado y le saco todo el jugo a este sitio que tengo que reconocer que era un sitio por el que tenía mucha curiosidad. Mañana os cuento. Buenas tardes. La hora no ha cambiado. 6 de diferencia con España.
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