miércoles, 13 de agosto de 2025

Para mí, la gente de Tashkent mejor que la ciudad.


     Hoy he podido comprobarlo. Mis visitas incluían un mercado y el metro, y me ha quedado muy claro.

    De buena mañana me fui en taxi a la Harzati Imam Mezquita. El conductor me dijo enseguida que no se podía llegar, que había obras y que me dejaría lo más cerca posible.

    Una vez allí, la obra era gorda. Una nueva mezquita junto a la que yo buscaba pero mucho mayor, infinidad de anexos a ambas, y un túnel para que los vehículos no afeen las inmensas explanadas delante de ellas. Estos son los anexos y aledaños.

    Medidas de seguridad ninguna, maquinaria pesada y trailers a montones. 


Alternan mano de obra que supongo muy barata (habrían más de 100 operarios en marcha) con todos los medios que se necesiten.

Esta es la nueva mezquita. No se podía pasar pero es una monstrusidad de grande. Me recuerda en el tamaño a la de Hassan II de Casablanca en Marruecos. 

Esta es la de Harzati Imam que yo buscaba. La están rehabilitando pero yo he insistido y he topado con buena gente. Los del hormigón eran arquitectos y al preguntarles me han dicho que cruzara por donde ellos estaban. Luego, el grupo que se ve abajo en el patio también debían ser algún arquitecto y algunos jefes de obras. Al preguntar, uno me ha dicho que estaba cerrada con un gesto de los brazos entrecruzados, pero al mismo tiempo el que más mandaba al parecer me ha dicho, "pasa", y he podido hacer alguna foto. Sin alfombras ni adornos. Solo el espacio para rezar.

Es un centro con mucho prestigio en la región y ha merecido la pena el rodeo que he tenido que dar.

Luego me he ido andando hacia el Chorsu Bazaar que estaba a 1 km. De camino me he encontrado naves y construcciones anexas también llenas de comercios de todo tipo. Muy popular y genuino. En este tramo no he visto ni un turista.

Este es el bazar que buscaba. La construcción con esa bóveda gigantesca es colosal. Aquí si que habían turistas a punta de pala, sobretodo italianos, franceses y españoles que son su gran clientela. En la parte de abajo, un 75% eran carnes en condiciones muchas de ellas que no os voy a contar. Y en el piso de arriba un 90% de frutos secos. Eso sí que me ha atraído. He hecho una buena compra y el poco cambio que me sobraba me lo han dado en barritas energéticas. 

Este era el personal que se movía por allí y atendía los puestos. Os he dicho que la gente de Tashkent si me ha convencido. El modo de funcionar, actividad, alegría, ninguna presión sobre el turista, trato en general, mucha juventud que hacía preguntas y se enrollaba,... Ha sido muy divertido. 

Y allí mismo, junto al mercado había una parada de metro en el que me he metido casi dos horas por 15 céntimos. Tiene cuatro líneas como veis y yo me he hecho las dos más antiguas, la azul y la roja. La IA me ha aconsejado eso. Quieren equiparar la red con las de Moscú y San Petersburgo pero yo aquellas las recuerdo más monumentales y como seis veces más abajo que esta que incluso en algún tramo sale a la superficie. De todas formas ha sido una experiencia bonita también por lo que supone de roce con la gente y de observar al personal. También me han parecido super amables y educados. Se pegaban por cedernos el asiento a mi y a las personas mayores y como en Europa, con sus móviles todos y sus chácharas los grupos, transmitían buenas vibraciones. Mucha gente joven también, que es muy importante para un país. Estos a la vieja Europa nos comen. 

Estás son mis fotos robadas. La mayoría de mujeres, entre otras cosas por sus atuendos. Los hombres llevan pantalones de pitillo, zapatillas deportivas y camisetas más que camisas de Massimo Dutti, Adidas y otras más normalitas, pero si no les miras a los ojos, no los distingues, salvo excepciones de un europeo.

Estos son algunos de los adornos de las estaciones más bonitas.

En la dedicada a los astronautas había mucho turista haciéndose fotos. Ahí están representados Gagarin y toda la recua de pilotos de astronaves soviéticos, y entre ellos, como veis, una mujer que parece recién salida de la peluquería. 

Me he dejado para el final un par de montajes de la que más me ha gustado por su colorido y por lo bien plasmado que está el ambiente de la propaganda soviética. 

Maternidad, familia, trabajo, agricultura, amistad, progreso, en fin, todo lo que ya todo el mundo sabe que fue el comunismo. 

Mañana ya tengo pasaje para la India. Visado, vuelo a primera hora y hotel en Nueva Delhi. En tres horas me voy a saltar Irán, Afganistán y Pakistán por razones obvias y con gran dolor de mi corazón porque son países que me encantaría visitar y pueblos que seguro que son tan buenos como los occidentales, pero bueno, tal y como nos lo venden, opto por no atravesarlos.
La India me apetece mucho y de allí en una semana o algo más a Nepal. Me hace mucha ilusión y espero contaroslo pronto.
Buenas noches, que se me hace tarde. 

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