Jamás vi cosa igual!, pero empecemos con el viaje.
A las 5 de la mañana me he puesto en marcha para coger el avión que me llevaría de Tashkent a Delhi.
Para empezar, la página de Uzbekistán Airways no me dejaba sacar la tarjeta de embarque. Tampoco el chico del hotel ha podido. Tenerla agiliza tiempos y no hacerla on line puede suponer un sobrecoste.
Al final a las 6 estoy en el aeropuerto y me dispongo a hacer colas: Tarjeta de embarque, policía Uzbeka, policía hindú, revisión de equipaje, localización de la puerta de embarque,... Es insufrible. Viaja ya tanta gente en avión a todos lados que cuesta digerir los trámites.
En Uzbekistán es obligatorio que cada hotel pase a la policía el registro de clientes y dé al cliente un justificante que luego te pueden pedir a la salida y tener problemas si te falta alguno. He estado muy puntilloso con eso en cada hotel, y luego al salir no me lo han pedido.
En el control de equipajes, me descalzan para pasar las zapatillas por es escáner, me abren la maleta para que enseñe el ordenador aparte, y me abren la bolsa de aseo para quitarme las tijeras y la bolsa de los cables de aparatos para quitarme un mechero. Puntillosa la niña.
El desayuno caro y malo. Pero la compañía aérea (Uzbekistán Airways) la recomiendo y el vuelo en sí, geniales. Salimos con una hora de retraso pero recuperamos tres cuartos. Un avión grande -filas de 7 asientos en tres columnas- y moderno, mucha azafata, una comida como las de antes regular de calidad, pero sobrada. Me he dejado cosas y me he guardado un paquete de frutos secos que me han dado..., agua, zumo, té... Y el avión que se ha movido poco.
Nada que objetar por tanto al viaje.
Había solicitado al hotel que me fueran a buscar al aeropuerto pero al aterrizar, lloviendo, me llama la recepcionista diciendo que cuando llueve la ciudad de atasca de tal manera que no se puede circular. Que me coja un taxi pero que no me fie de nadie, que hay mucho estafador que intenta hasta cambiarte de hotel y timarte a la más mínima. Que vaya con cuidado.
Evito a los primeros que se acercan y me aseguro de que la parada de taxis está donde yo voy a buscarlo. Una vez allí se acerca un hombre, hacen un cónclave con otros conductores y deciden que me llevan por 35€. Está a 16 km y acepto. Se suben dos chicos en el taxi para llevarme al hotel. Conductor y ayudante.
A menos de un km llegamos al atasco. Monumental. La gente se vuelve por dirección prohibida para buscar otra ruta, y está todo colapsado. Nosotros nos volvemos también contra corriente, el ayudante se baja y va haciendo hueco delante hasta que conseguimos cambiar a otra calle que parece más rápida.
Ese coche que veis en la foto de enmedio viene en dirección prohibida huyendo del atasco y nosotros y otros muchos hacen lo mismo. Más adelante en otra situación similar deciden seguir en la dirección buena y me dicen que me duerma, que puede tardar una, dos y hasta tres horas.
El fulano que veis subido a la valla en medio de la calzada es un conductor que se ha bajado del coche y contempla el tapón.
Es tan insólito todo que pienso que me han metido aposta en el lío para preocuparme y luego estafarme. Para colmo el ayudante me dice que he cogido un mal hotel en una mala zona. También me dice que con el coche no pueden acceder al hotel, que el último tramo lo tengo que hacer en Tuk-tuk, esas motoretas tan famosas de la India. Le pregunto que cuanto me va a costar y me dice que lo paga él, lo cual me tranquiliza.
Yo también voy controlando con el GPS y veo que me van acercando al hotel y que la dirección acaba siendo buena a pesar de las idas y vueltas.
A tres kilómetros del hotel me trasladan a un Tuk-tuk.
Efectivamente ya por donde círculo con él prácticamente no hay coches, solo Tuk-tuks, bicis y peatones. Ahí ya el tráfico es "todos contra todos". En la India se circula por la izquierda, pero en esta última zona ya no hay normas. Solo gente, baches y barro.
El del Tuk-tuk, un tío espabilado me quiere enseñar sitios, llevarme a la oficina de turismo a por un mapa, también me dice que el hotel está en un mal barrio y que mañana es el día de la República y que todo estará cerrado. Que él me puede enseñar la ciudad y movernos con la motoreta. A todo me niego con firmeza alegando que estoy muy cansado y solo quiero llegar al hotel, pero, entre otras cosas y argumentos, me enseña el móvil lleno de contactos de extranjeros turistas agradeciéndole sus servicios, fotos, etc... y quedamos mañana a las 10 en el hotel para negociar. En toda esta movida se han ido cuatro horas.
Una vez en el hotel, la que me llamó suspira al verme porque temía que me hubieran engañado por ahí, y yo me relajo en la habitación hasta mañana, impactado por lo visto y vivido.
Realmente la India nada más llegar te pega un bofetón de realidad que cuesta comprender y asimilar. En el hotel al llegar me han dado agua, zumo, galletas, patatas fritas y dos plátanos. Con eso y lo del avión aguanto la tarde, y puedo cenar también aquí según me han dicho. La habitación es justita pero acogedora y suficiente. Y la chica de abajo me ha dicho que me puede ayudar a encontrar un tour por el norte del país con los lugares más importantes durante los días que yo le diga. No las tengo aún todas conmigo porque estoy es una marabunta explosiva, pero bueno, lo consultaré con la almohada y mañana será otro día. Me he atrasado otra media hora respecto a España, así es que casi os digo buenos días. Aquí, aunque no es tarde, está cubierto y va a anochecer enseguida. Casi siento que he cambiado de continente o incluso de hemisferio. Mañana seguiré contando. Qué terminéis bien el día.
Voy a ver si está vez tengo suerte y te puedo decir algo: te felicito por el temple y el ánimo con que estás llevando tu periplo alrededor del mundo. Esto a su vez, me hace compartir contigo las pericias del mismo por lo bien que te explicas. Un abrazo fuerte y a seguir adelante
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