La verdad es que me ha dado mucha pena dejar el Hotel de Ubud, "As I am" se llama. Han sido unos días fantásticos. He visto lo más importante de la isla, y he disfrutado mucho moviéndome por ella desde esa ciudad interior, pero hay que avanzar, quería ver también alguna playa y he optado por acercarme a un hotel en la zona de Seminyak.
Esa era la cabaña en la que estaba mi habitación, rodeada prácticamente de jungla, y el complejo con una decoración muy balinesa y encantadora.
Esta mañana mientras esperaba un coche para trasladarme y desayunaba me han visitado varias especies de pájaros.
Como hoy era mi santo me he permitido un extra y me he cogido un hotel muy superior a lo que estoy acostumbrado. En primera línea de playa, con infinidad de piscinas, alguna sobre la misma playa e instalaciones muy amplias y lujosas
He comido y cenado junto al Océano Indico. Mirad que cometa más simpática iba vendiendo por la playa un ambulante. Es una bahía con el oleaje justo y muy grande. Me ha deslucido el día encontrarme encima de la mesa de la habitación un frasco de repelente para los mosquitos. Igual que en Ubud no los he visto, pero me he sugestionado mucho y solo por eso me picaba el cuerpo por todas partes. En fin, tengo un poco de obsesión con el tema. Pasado mañana salgo de la zona con posibilidad de contraer dengue o malaria y toco madera para salir indemne.
El sitio es espectacular. Por la noche he dado un paseo por la playa pero no me he estado mucho.
El centro del día lo he dedicado a planificar el primer mes de mi vuelta. Al principio un par de viajes muy largos en avión para conectar Nueva Zelanda haciendo una parada de una semana más o menos en Hong Kong y China con Vancouver en Canadá. Allí estaré unas tres semanas visitando el oeste del país para luego bajar por la costa occidental americana buscando buen baloncesto y buena música de jazz y algo de country. Ya lo tengo un poco más claro. Sobretodo lo de Canadá que no lo había estudiado y se va acercando. Pasaré de la primavera del hemisferio sur al invierno del norte en diez días. A ver cómo me sienta.
Por lo pronto pasado mañana día uno de octubre la diferencia horaria con Albacete va a pasar a 8 horas por encima, y subiendo. En menos de un mes estaré boca abajo en las antípodas respecto del punto de partida. Algo que no me extraña nada que le costara entender al hombre mucho tiempo.
Mañana toca pedir visados para Canadá y Estados Unidos, hacer una propuesta a mis amigos vascos sobre qué hacer en Australia y comunicar al Ministerio de Asuntos Exteriores mi nuevo país de destino.
Un saludo a todos. Que termine bien el día.
Para escuchar jazz ve a Nueva Orleans, te va a encatar.
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