La programación de Unique Adventure Pvt. Ltd ha sido perfecta. Luego pongo los datos por si alguien quiere contactar con ellos.
A la ida a Lhasa en avión ves los Himalayas perfectamente, salvo que tengas muy mala suerte. Cógete la ventanilla de la izquierda. Es la buena.
Y la vuelta en microbús y ya en Nepal en 4×4 alucinante. Entras en un valle absolutamente selvático y profundísimo domesticado en algunas partes por los nepalíes, pero que te hace sentirte un nativo más solo diferente por el color de la piel, porque mi cara en esta ocasión es compatible con la de los nativos. Uno de mis motes en el colegio en Madrid, era "el coreano". Jejeje.
Salimos de noche. Los guiris no entendíamos porqué tan pronto. La distancia no es tan grande. Luego lo comprendimos bien.
En seguida entramos en un inmenso y frondoso valle con unas preciosas vistas que pedían parar para tomar fotos... Nos íbamos a hartar!!.
Un terremoto había hecho estragos en la zona hace 4 meses y vi la obra de infraestructuras más grande que he contemplado nunca. Impresionantes grúas, muros de contención, pilares para puentes,... Las fotos desde el coche en marcha no dan la medida.
Llegamos los primeros a la aduana china de salida. Aunque suelen abrirla a las 9, al ser domingo los gendarmes aún dormían. El guía dijo que esperaba que la abrieran a las 10 o 10,30, así es que, tiempo para disfrutar del paisaje y la conversación con los compañeros de grupo, e incluso con los de otros grupos. Estos momentos son siempre gratos. El tiempo es muy cambiante en estos lares. Las tres fotos de abajo son el mismo lugar con media hora de diferencia.
Ahí tenéis una mínima parte de los manantiales que vimos a lo largo de muchos, muchos kilómetros.
Y estos son los ambientes de aldeas y pequeños pueblecicos por los que fuimos pasando.
Más casas y aldeas. Algunas recuerdan a las Casas Colgadas de Cuenca sobre los ríos. La profundidad del valle y los tonos de verde son imposibles de captar por muy buena cámara que lleves.
Cruzamos una docena de veces el río por este tipo de puentes de hierro. Vi uno de unos 100 m solo para peatones colgado a unos 30 m de altura de los que asusta cruzar a un guiri europeo. Habrá quien lo cruce 20 veces al día. Como la jornada es muy larga, no paran los coches prácticamente.
Fijaros una vez en Nepal que barrizales de carreteras en las que además nos mezclamos con camiones.
Este es mi grupo. Nos repartieron en dos todoterrenos. Las caras son el espejo del alma. En la comida, cerveza local. Están siendo buenas en todo el viaje. El rojo es mi coche y encima van mis maletas que también están vapuleándose bien.

Desde la frontera china en un edificio discreto hasta la nepali, en un kiosco de mala muerte hay unos mil metros que incluyen la mitad de ellos un descenso por un monte muy empinado (selva pura) por el que me ayudaron dos hombres fuertes a bajar. Uno de ellos iba en chanclas. Mis maletas, ahí las veis, también las lleva un porteador. Antes de bajar andando también hicimos un tramo en esos Jeep color crema en el que se mezclaban guiris y maletas. La última foto es del restaurante donde comimos bastante bien. En la frontera china conocí a dos hermanos de Barcelona encantadores (Ferran y Eduard), muy viajeros. La conversación tanto en la aduana como en el restaurante donde nos sentamos juntos fue muy entretenida y provechosa por el intercambio de información.

Los 4×4 atraviesan riachuelos cada poco tiempo que cruzan la carretera, algunos de un palmo de profundidad. En algunos tramos solo cabe un vehículo pero es de doble dirección. Hay que apañárselas. Los conductores son muy buenos. Respiramos aire puro y tragamos polvo a la vez. Tuvimos una parada para reparar la rueda del coche de mis compañeros de grupo que había perdido mucha presión. A la llegada a Katmandú nos invaden las motos y además de polvo tragamos humo.
Estos son los tipejos que fui fichando para mí archivo particular de paisanaje.
Estás tres fotos resumen bien la jornada. Un viaje de 11 horas tras el que llegue exhausto al hotel. Mientras empezaba a hacer la entrada del blog apareció Khum el de la agencia para anunciarme que volaba a las 8 a Pokhara y que me recogerían a las 6,45. Cansado como estaba me acosté y dejé la entrada a medio para esta mañana ya en mi nuevo destino.

El vuelo en Yeti Airlines ha sido perfecto. 25 minutos frente a diez horas de carretera parecida a la de ayer que me encantó pero tuve bastante. La compañía no está autorizada para volar en Europa porque no cumple con las estrictas medidas de seguridad. Era un avión de 76 plazas cubiertas solo una tercera parte, de dos hélices con un par de bonitas azafatas con el vestido tradicional nepalí (falda de color discreto con pliegues atrás y delantal que la anima un poco). Al entrar han pasado repartiendo caramelos. Al apagarse la luz de los cinturones de seguridad nos han dado una bolsa de cacahuetes (me encanta la huella del Yeti de la bolsa), y al terminar con los cacahuetes, un botellín de zumo gaseoso de manzana de 160 ml. Ni se ha canteado el avión.
En Pokhara un aeropuerto como el de Albacete. Solo nuestro avión, un anuncio de bienvenida y una única cinta de maletas.
Este es mi hotel, se llama "Vista de los montes de Pokhara". En el taxi ya los he visto pero desde el balcón de mi habitación se ven los Anapurnas y un trocito del lago que recorreré mañana.
Hoy me tomo el día de descanso porque ayer fue muy duro a nivel físico. Mi rodilla mala en la bajada se portó como una campeona. Solo eso me daba miedo pero la experiencia fue muy divertida. Estaré aquí dos noches, una más de vuelta en Katmandú y el 4/9 vuelo a Bangkok, capital de Tailandia. Buenos días España!!.
Os dije que os pasaría el contacto de la agencia que me organizo los viajes al Tíbet y Pokhara. Trabajan mucho también con la India y Bután, y en general con el sur de Asia. Ahí los tenéis:
Unique Adventure International, P. Ltd.
WhatsApp 00977 9851073958
Mr. Khum Bahadur Subedi
Web: www.uniquetreks.com
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