Ha sido muy emocionante porque nadie lo esperaba. El grupo habíamos quedado a las 9 y según estuviera el tiempo, esperábamos o nos íbamos.
Para poneros en situación el inicio del ascenso está a 12 o 14 km del Campo Base, lo que pasa es que es un monstruo tan grande que parece que esté más cerca.
Ayer todo ese escenario entre dos montañas donde el Everest aparece cuando quiere estaba muy nublado.
Hoy a las 6 de la mañana ya estaba yo nervioso mirando la climatología y estaba nevando (con copos muy pequeños) lo que hacía presagiar un escenario parecido.
De hecho muchos grupos han empezado a desfilar, y las caras con las que nos mirábamos todos eran de desesperanza.
Nuestro guía en el desayuno nos ha dicho que aplazamos la salida a las 11 horas. Sobre las 10,30 se han ido para la plaza y los lugares más cercanos a ver qué ocurría. Yo he ido en ese momento al servicio y a la vuelta los he perdido porque hay varias opciones adonde ir. Total que me he puesto en marcha y no los he encontrado.
A las 11 seguía todo igual y yo no sabía si nos íbamos o no. Tenía un ojo puesto en el lugar por donde podía aparecer el monte, y otro en la zona de los autobuses por si decidían que nos fuéramos y no me encontraban.
A las 11,15 se ha empezado a dibujar la silueta que veis en las primeras fotos del montaje. Me he desentendido de todo y los dos ojos se han clavado en mi objetivo. El Everest empezaba a mostrarse.
Mi obsesión era sacar una foto nítida, sin nubes si ocurría el milagro, y cada vez que había pequeños cambios iba disparando.
No os podéis imaginar lo rápido que evoluciona todo en ambos sentidos, despejarse y cerrarse de nuevo. Ha ocurrido varias veces.
Tanto es así que esperando la mejor foto se me ha pasado hacerme yo una con el detrás.
Las idas y venidas de nubes han durado tres cuartos de hora y de pronto en un minuto, ha desaparecido como un submarino en el agua.
Si se han ido esta mañana 8 o 10 autobuses de vuelta, solo los del último lo hemos visto. Hay que agradecérselo a la paciencia y perseverancia de Kunga, nuestro guía. Ahí tenéis algunas fotos. Será un relato que no olvidaré jamás.
A las 12,05 salía el último autobús del campo base con las caras de satisfacción que os podéis imaginar. Una vez de vuelta, los primeros montes tenían nieve pero en cuanto hemos empezado a bajar han aparecido los paisajes montañosos con ríos de aguas rápidas, torrentes que a veces inundaban la carretera y unos valles y pastos necesarios para la supervivencia de los jaks y los nómadas del lugar.
A lo largo de toda la jornada hemos viajado paralelos a la cordillera del Himalaya y siempre nos han molestado las nubes para ver los picos. La mejor y más probable visión de todos ellos es la del primer día desde el avión, porque los siete y ocho miles sobrepasan la altura de ellas.
Lo siguiente son algunos clásicos (edificios, pagodas, jaks). Estos últimos estaban en mitad de la carretera y nos han hecho frenar el coche.
En uno de los collados por los que hemos pasado estaban haciendo este mirador porque había una bonita vista de la cordillera.
Quiero dedicar un párrafo especial a los cielos que originan montes, valles, corrientes de aire, temperaturas, etc. Los estoy disfrutando mucho y ahí os pongo solo una muestra.
Hemos pasado por un cañón que me ha recordado mucho al de Pancorbo en España, con túneles en la carretera. Los pueblecitos pequeños tienen mucho encanto y son muy similares.
Al final del día, serían las 6,15 cuando hemos arribado a Syalam. He tenido que preguntar por el nombre en inglés porque solo lo veía en chino y tibetano y quería anotarlo en mi cuaderno de bitácora. Además en la hoja de la agencia solo ponía alojamiento en un hotel local. Es un pueblo de 30.000 habitantes cerca de la frontera con Nepal adonde volveré mañana. El hotel está muy bien. La primera foto es desde el restaurante en el cuarto piso.
Hay otra cosa que quiero comentar. Hay un logo en el que pone 60 en número y unas inscripciones en chino por todo el Tíbet. Los hay en casas, comercios, coches particulares,... Todas las banderitas que veis en las calles de Nyalam lo llevan. Le he preguntado a Kunga y me ha dicho que los chinos son muy de celebrar y que están celebrando los 60 años de la invasión del Tíbet que aunque es una región autónoma, depende absolutamente en todo de China.
Esta mañana me han llegado las fotos prohibidas que Paloma, mi amiga mejicana, iba haciendo disimuladamente y a veces protegida por mi persona en el interior de los monasterios de Lhasa. Me ha mandado 300. Ahí os pongo una selección.
Mañana vuelta a Nepal (Katmandú). Quiero visitar también Pokhara (mi amigo Pedro de Albacete me dijo textualmente: a Pokhara tienes que ir, sí o sí), haré allí un par de noches y vuelta a Katmandú para volar a Bangkok (Tailandia). Es necesario saltarse Myanmar, la antigua Birmania con un régimen militar poco aconsejable de visitar.
Seguiré contando. Buenas noches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario