Este viaje a veces es una montaña rusa y de ayer a hoy lo ha vuelto a ser.
Resulta que el dinero que mandé por transferencia desde Albacete para pagar el viaje al Tíbet no ha llegado y si no pago, el gobierno Chino no me deja entrar.
El problema eran los limites de mi tarjeta. Llevo mucho gasto este mes y no sabía si podría duplicar el pago y luego lo arreglaríamos.
Además donde yo creía que había una ciudad de provincias que podía ver paseando (Katmandú) por los recuerdos que tenía de los documentales de los hippies, me encuentro con una urbe de 4 millones de habitantes en la que tengo que buscar guía y transporte si quiero verla. Más gastos que no sabía si podría asumir. Con esas me fui a la cama, entre otras cosas preocupado y cabreado porque no hubiera llegado el dinero que transferí el día 18/8.
Esta mañana nada más despertarme me pone Javi Yébenes un mensaje "las medicinas han llegado a su casa en Nueva Zelanda". Podré seguir mi viaje otros 3 meses. Me dio un vuelco el corazón al ver la foto del paquete.
Financieramente pude vaciar las tarjetas con lo que -aunque no me gusta nada- he vuelto a pagar el viaje al Tíbet, y cuando llegue el dinero me lo darán a mí. Va a llevar algún gasto obviamente pero para mí este es uno de los puntos más ilusionantes del viaje y no me importa. No sé lo que veré en el sur de Asia, pero Nepal y el Tíbet están desde el principio (nunca mejor dicho) en lo más alto de mis destinos preferidos.
A la visita a Katmandú (coche más guía) he añadido en mis gastos una visita a Pokhara que todo el mundo considera imprescindible y un billete de avión a Bangkok, porque el país entre Nepal y Tailandia (Myanmar, la antigua Birmania) es muy peligroso. En fin, agosto va a salir carillo.
Ha surgido además un nuevo pago. Resulta que la única forma de resolver el mal de altura si lo tuviera (estoy relativamente tranquilo porque ya he estado en varios tres miles un cuatro mil y no he sentido nada, y además me han dicho hoy que la probabilidad de que me dé disminuye con la edad) es haciendo un depósito de 2000€, y si me da, un helicóptero me saca de allí. Si no has hecho el depósito y no estás en disposición de pagar, no te salva mi la Macarena. Total, que también he podido hacerlo. Si no pasa nada, me devuelven el dinero y andando.
A primera hora en el despacho de una agencia que me recomendó Pedro Bayo (amigo de Albacete) firmaba todo lo antedicho con Khum, y me regalaba esa bufanda roja que dice da buena suerte.
A partir de ahí, la vagoneta de la montaña rusa, otra vez para arriba. El guía -de habla hispana- me propuso para hoy cuatro visitas y para allá que me fui.
Con el coche en marcha no hacía más que ver templos, monumentos y edificios en los que de ir andando andando me habría parado a hacer fotos, pero fui prudente y no dije nada esperando que supieran lo que hacían. La ciudad tiene multitud de templos y si te detienes en ellos no te da tiempo de ver lo importante.
Primera parada, el templo de Swayambhu (2.500 años de antigüedad).
Está arriba de una colina y tiene todos los elementos de la cultura nepali.
Desde la parte alta se ve toda la extensión de la ciudad que impresiona. Y los montes de enfrente son una reserva de fauna y flora con tigres, leopardos, jabalíes y lo que os podáis imaginar. Nepal tiene totalmente protegido casi el 50% de su territorio. Al templo también lo llaman "de los monos". La bandera de los cinco colores es la del Budismo. La de Nepal es la única no rectangular en el mundo (por sus montañas) y además de sus colores rojo, azul y blanco con significados nada originales, tiene arriba una luna que también representa a la mujer y abajo un sol que simboliza al hombre. La mujer está arriba queriendo manifestar el alto grado de consideración que les tienen en esta nación donde tienen un gran peso y relevancia social.

Ahí vemos a un artesano trabajando la piedra, mi instantánea con buda y abajo a la izquierda los tres tipos de templos que tienen: de izquierda a derecha Vihara, Estupa y Pagoda. La Estupa tiene en ocasiones reliquias de Buda, es maciza y los peregrinos la recorren dándole vueltas. Los otros dos son centros de enseñanza y práctica budista.
Segunda parada no menos importante la ciudad de Patán, ahora un barrio de Katmandú.
Aunque está a 7 km, están unidas. Nepal en la edad media fue un reino de taifas con más de 50 estados cada uno con un rey y llevándose todos mal hasta que un rey los unificó. Patán llego a ser capital del país cediendo luego su lugar a Katmandú. Tiene una plaza con varios templos (alguno de ellos en restauracion por el terremoto de 2015), pero todos ellos muy bonitos, y un palacio que además incluye un museo de escultura en bronce maravillosos.
Hi tenéis ya la entrada al Palacio (abajo a la izquierda), algunas vistas interiores, y esas esculturas sobre pedestales que tiene la plaza delante de cada templo para identificar a quien está dedicado.
El Palacio está construido solamente con tres materiales; ladrillo, arcilla, y lo que más destaca, la madera. Hay auténticas virguerías en puertas, ventanas, vigas, suelos, techos, escaleras,... Como podéis comprobar.
Tengo que confesar que a veces veo tanta cosa bonita que me saturo y recorto el número de fotos que hago. Me pasó en el museo que ahora veréis.
No tienen desperdicio tanto el continente como el contenido. He subido un poco escéptico cuando me lo ha dicho el guía y luego no me quería ir. Vais a ver bastante menos de lo que yo he visto, pero creo que suficiente para haceros una idea.
Destaco de entre todas esta pequeña obra que me parece sublime.
Y esto es parte del continente con ventanas desde donde tomar el fresco viendo la plaza o los patios interiores y alguna vista general de las salas.
Ahí tenéis algunas muestra más de la construcción. Había alguna foto antigua. Me ha hecho gracia la del transporte del coche en 1958. Las dos de abajo a la derecha son el mismo árbol por fuera y por dentro.
La tercera visita se vislumbra desde lejos por las callejas en cuanto a su tamaño. Tiene 1500 años y es la segunda más grande del mundo después de una que hay en Myanmar. Está ocupando plenamente una plaza circular en la que los peregrinos dan vueltas girando los molinillos que hay en la base. Es maciza y, esta si, tiene dentro reliquias de Buda. En los edificios de alrededor hay varios templos budistas. He entrado en dos mientras los monges recitaban sus mantras y de vez en cuando hacían música con clarinetes, tambores y gongs.

Y la cuarta y última atracción ha sido el templo de Pashupati, ubicado junto al río Bagmati (sagrado y afluente del Ganges), Patrimonio de la humanidad y en el que se celebran cremaciones como podéis ver. Lo de abajo es la entrada principal. No dejan entrar más que a hinduistas. Dentro se ve uno de los símbolos de Shiva, a quien está dedicado, que es el toro. Os he tomado una foto con zoom para que le veáis las peloticas. El edificio con tirantes está también en rehabilitación por el terremoto.
En cuanto a las cremaciones están muy reguladas. Está estipulada la cantidad exacta de madera de la pira. Mojan el cuerpo con paja y cañas por arriba para que se vaya consumiendo poco a poco. En pies y manos que es lo que primero se quema, depositan maderos que pesen porque de otra forma pueden levantarse por la combustión. A una determinada temperatura la cabeza termina explotando, y al terminar las cenizas van al río. Los familiares antes se bañaban en él, pero ahora está muy contaminado y ya lo hacen en fuentes aparte.
Alrededor de tanto ceremonial hay muchas y variadas instalaciones y el recinto recibe muchas visitas no solo de familiares.
Antes veíamos varias cremaciones. Este es un cadáver que esperaba, con sus familiares al lado, ser purificado con el agua del río y luego quemado en la pira.
Por último os muestro algunos de los muchos y variados personajes que me he encontrado. El gorro ese que parece de recluta de colorines de abajo es el típico de Nepal. Los de la segunda foto que parecen peruanos son tibetanos exiliados. Hay como medio millón.
Como curiosidad había muchos hombres mayores con pendientes de oro en una oreja. No los he podido fotografiar. A ver mañana. Cuando cumplen 67 años, 7 meses y 7 días la familia les hace una fiesta y le ponen un pendiente de oro en una oreja en señal de respeto. Al cumplir 84 años 4 meses y 4 días le ponen un segundo pendiente en la oreja, a los 88 años, 8 meses y 8 días un tercero y a los 99 años, 9 meses y 9 días un cuarto. Yo hoy he visto a varios con dos pendientes y alguno con uno solo.
Mañana solo tenemos una visita a una hora de coche y les he pedido que me enseñen la plaza donde se reunían los hippies cuando yo era un crío, y daremos por vista la ciudad. Lo siguiente será para mí como poner una poca en Flandes, ida al Tíbet en avíos, una semana visitando varios pueblos y Monasterios y vuelta en autobús. Espero contaroslo con todo detalle y no tener mareos ni dolores de cabeza. Seamos optimistas.
Buenas noches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario