sábado, 2 de agosto de 2025

Jiva me recuerda el cuento de "Las Mil y Una Noches".

    Lo leí ya casado y me hacía imaginar paisajes y paisanajes que ahora estoy viendo.
    La región de Jorezm en la que se encuentra Jiva es una de las más prósperas en productos agrícolas de Uzbekistán. El viaje desde Nukus hace que pronto salgamos del desierto. El estado de las carreteras es lamentable, con zonas sin asfaltar, cortes por numerosas obras hidráulicas, baches en las zonas asfaltadas, roderas,... En fin, que ahora no me extraña que ocurra lo de que corten una carretera y la gente se tenga que buscar la vida para pasar a veces haciendo grandes rodeos. De hecho nos ha pasado en una ocasión y en el rodeo he visto la realidad de los barrios pobres. 
    Pero bueno, al final he venido en un taxi que me ofreció el hotel de Nukus en menos tiempo del esperado (2,30 horas) y me he instalado en este Hotel Residencia Khiva (que es como se escribe en inglés) donde como veis tienen nuestra banderita y unos urinarios que se quedaban por debajo de mis argumentos. 

    A las 17,30 me he puesto en marcha y enseguida me he topado con las enormes murallas de la ciudad (Patrimonio de la Humanidad) excelentemente conservadas, a pesar de estar cubiertas de barro y paja, entre otras cosas gracias a una colaboración del Gobierno Chino.

    Por estas puertas se entra a un auténtico museo al aire libre llamado Itcham Kala (denominación de toda la zona amurallada). 

    Innumerables madrasas, mezquitas, zocos, plazas y casas de adobe recubiertas de barro y paja dan a la ciudad una unidad arquitectónica inigualable.


    Un buen número de esculturas y otros elementos decorativos adornan sus calles.

     Los minaretes, altísimos y esbeltos  unidos al tamaño de los escalones que he visto esta tarde, me hacen tener pocas esperanzas de contemplar la ciudad desde lo alto. Hay uno más grueso que igual me planteo mañana. 

    Entre otros elementos que me han llamado la atención, como veis hay una caseta de "policía turística". Aquí a los guiris nos protegen. 

    Vengo días hablando del buen gusto y comodidad de las uzbecas en el vestir. Aquí tenéis algunas pruebas.

    Este es el minarete más ancho al que, si se puede, igual mañana subo, y un detalle de sus azulejos. 

    En uno de los puestos de venta callejeros he visto estas marionetas a las que soy muy aficionado en las versiones que algunos grupos de teatro hacen para mayores.

    A última hora he visto entrar a esta caravana. Estoy a medio negociar si me admiten en su grupo. Llevan seda, especias y pieles. Jejeje.

    En Jiva sí tienen alumbrado. En las fotos de abajo veis la ausencia del mismo que hay en Nukus.

    Lo último que os quiero enseñar es el recuerdo que he pintado relativo a los derviches que vi en Konya.

    Mañana quiero madrugar y aprovechar la mañana y luego venir a bañarme a mediodía al hotel que tiene piscina, y ya al atardecer irme a pasear por las murallas de Itcham Kala. Buenas noches. 

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