En español, inglés y la transliteración del vocablo ruso y uzbeko del cirílico a nuestro abecedario. Imaginaros en un punto crítico del viaje en el que puede aparecer cualquiera de los cinco términos. Una locura. A los humanos nos encanta tener motivos para confundirnos. Ea!.
Anoche se me bloqueó el móvil y dejé la entrada que estaba haciendo para hoy. Lo siento.
Menudo susto. Esta mañana estaba aún bloqueado y he bajado a recepción a ver que pasaba. Me ha dicho que encienda y apague, y problema resuelto. No me había pasado nunca. Menudo susto.
Por la mañana, como anteayer hice muchas fotos, pensé en centrarme más en detalles. La columna de madera, las callejas, los detalles de las esquinas de las casas, el pequeño espacio para un negocio bajo la madrasa,...
La primera que me encuentro es la de Kutlug Murad Inak. Todas tienen en esta ciudad grandes patios y muchos recovecos con diversidad de aulas para 10 o 15 alumnos.
En el primer aula hay una exposición de la fauna de la zona que es un oasis entre dos desiertos.
Lo divertido fue subir a las azoteas por unas escaleras con peldaños de 40 cm y muy empinadas para salir a varias alturas en zonas sin barandillas desde las que se observa esta ciudad tan uniforme con edificios de barro y paja tan bien conservados.
Justo a la espalda está la madrasa de Abdulla Khan que tiene mucho más contenido; una exposición de ventanas del S.XIX, cerámicas, salas con frescos y algunas amuebladas.
También tiene una exposición de vestidos de seda de la época que me hace comprender el gusto y los bonitos estampados que visten las uzbekas ahora. Les viene de muy lejos. Las vitrinas y claroscuros de la sala no permiten ver bien los trajes, pero me han encantado. La cuidadora de la sala hace punto mientras atiende a los turistas que quieren comprar pañuelos.
A la vuelta al patio estas mujeres con un pandero y un acordeón montan un sarao de canciones y bailes muy bueno.
A continuación y siguiendo a estos comerciantes de seda me salgo de la muralla. Tienen un apartado con marionetas también.
Veo a unos niños bañándose en la fuente, esos yurtas (viviendas de los nómadas), alguna escultura y otra fuente al fondo y me voy para allá.
De fuente a fuente y -como en el juego de la oca- tiro porque me toca. Hay tres tramos de paseo, cada uno de ellos como el de la estación de Albacete. Y en medio y a los lados algunos edificios peculiares.
La señora debe de ser una viajera porque está mirando a la estación del tren de la Ruta de la Seda donde aprovecho para sacar el billete para Bujara de mañana.
En el camino de vuelta observo que el hecho de ver un minarete no implica que haya una mezquita. De estos, uno es de una madrasa. Hay más niños en otra fuente y una muralla complementaria a la que rodea Itcham Kala (la ciudad vieja). En la mezquita hay gente a medio rezo y me quedo un rato.
La primera foto de la siguiente composición es la cuarta puerta de la ciudad. Las ostras tres las vimos anteayer. Al entrar, una gran fachada con azulejos es una tienda de alfombras y enfrente está la mezquita del Nuevo Método. En ella hay una exposición de pinturas y algo muy sorprendente...
Una instalación fija de un alambre circense con sus barras de equilibrio y con una pequeña bancada para los espectadores. Yo creo que es una escuela de circo y por eso el nombre. En todas hay escondrijos arriba o abajo. Ya me diréis si la japonesita se tiene que encorvar, como bajo yo.
Después de comer voy a ver la mezquita de Juma, con un entramado y cien columnas de madera cada una con su diseño distinto y alguna con los problemas típicos de este material.
Los vendedores de los puestos esperan a los turistas a la puerta de la madrasa. Esta es la de Islam Khodja con varias exposiciones que muestran el talento de los artesanos en distintos materiales. Primero la madera...
...y luego también la piedra y la seda. La última foto, ya cayendo la tarde es a la espalda de la madrasa.
A la vuelta está el Mausoleo de Sayid Allauddin, un maestro sufí muy venerado. Suelos y paredes de una gran riqueza...
... tumbas y mucha decoración en azules. Nos tenemos que descalzar a la entrada.
A la derecha de la calle está la madrasa de Shergazi Khan dedicada a la medicina con hierbas, cuadros y figuras de cera de enfermos en tratamiento. Son de una calidad mediocre. El minarete es el de antes que está rodeado de varias atracciones. La cúpula verde es del Mausoleo que acabamos de ver. El cansancio ya va haciendo estragos. De camino a la muralla veo estas bonitas esculturas. Músicos y luchadores de sumo.

Una vez en la muralla, para subir a pasear, otra vez una escalera super empinada y con escalones altísimos. Han bloqueado la subida cómoda y natural y nos hacen pasar a los turistas por la portezuela de la izquierda sacándonos la pasta. El paseo, por una superficie muy irregular y sin barandilla nuevamente tiene su aquel. Algunas zonas necesitan ya un repaso.
A las 7,30 de la tarde doy por finalizada la ruta y me voy al hotel a pegarme un baño. Lo necesitaba. Solito y con la luna como único testigo.
Hoy el objetivo además de pasaros la entrada es preparar material para los próximos quince días y sobretodo para ver cómo pasar de Uzbekistán a la zona de la India y Nepal que no es fácil y no quiero que me pase lo que en Kazajistán. Además tengo que pedir visados y otras zarandajas. Dibujaré también un rato, que me relaja mucho. Buenos días a todos.
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