Hoy llega un plato fuerte del viaje que no planteé en su día y que sin embargo una vez incluido en la ruta he aceptado con determinación.
Pedí a la agencia de Katmandú que me llevara a Lhasa y tenía paquetes de una semana. Mi obsesión era ver el Potala y no me preocupé de más. Una vez adquirido veo en la programación que incluye un día en el Campo Base del Everest. Me daba pánico el mal de altura pero contraté mediante un depósito recuperable el servicio de un helicóptero por si me tenían que sacar aprisa y corriendo, y aquí me tenéis con dos días de aclimatación previa viajando por encima de 4000 m y más fresco que una lechuga.
Al poco de salir de Lhasa ya empezamos a ver montañas con nieve. La primera parada es en un pueblo donde promocionan una ruta turística de 5000 km que atraviesa China hasta Sanghai. Estaban preparando alguna fiesta según parece. La chica y varios jóvenes han venido a pedirme una foto con ellos. Me está ocurriendo con cierta frecuencia en estas latitudes.
El viaje transcurre por carreteras de montaña que suben y bajan, collados, cañones de ríos y torrentes de agua. Muy espectacular pero en principio no tanto como los lagos y glaciar que vimos ayer.
En uno de los collados ascendemos ya a más altura de la del Campo Base y entramos en el Parque Nacional protegido de Qomolangma. A este nativo soy yo el que le pide la foto.
En la bajada más de lo mismo. Pasamos por una zona de cantos rodados con piedras superiores a los 100 kg de peso. También vemos rebaños de ovejas, caballos, y lo de los jaks es impresionante. Los hay por todas partes y casas hechas con sus boñigas a montones. Debieran poner uno en la bandera.
Nada más bajar nos encontramos con otro puesto de control de viandantes. Hay que registrarse para seguir. Me está cansando mucho lo de los controles y no tener internet más que en los hoteles y a veces de muy baja calidad. He decidido no volver por China y en su lugar a finales de octubre, pasar una semanita en Hong Kong. En este puesto vuelven a promocionar el viaje a Sanghai que desde ahí está a 5.200 km. La llaman la Ruta 318 (como la Ruta 66 de EEUU). Los chavales en cola de la última foto la hacen para sacarse individualmente la foto de la izquierda abajo.
Kunga nos avisa de que el siguiente tramo es una subida por carretera de montaña con cien revueltas. Para colmo, el conductor y los de las otras furgonetas a los que no permiten circular a más de 70 km/h con controles cada 8 o 10 km, se desquitan en este tramo y hacen carreras. Muy divertido.
En el camino vemos también unas formaciones geológicas muy interesantes para los profesionales.
Hasta que llegamos a otro mirador (en la piedra pone vista panorámica de los montes Himalayas) que nos hace olvidarnos de las comparaciones con la jornada de ayer. Los paisajes son brutales, la carretera de bajada, como la de subida, y el colorido como veis muy vistoso.
La vista de la cordillera como se ve en la foto está muy tapada por las nubes. Una pena. Los Chinos por todas partes con sus banderas anuncian sus dominios. Os diré por eso que los Himalayas ocupan parte de Bután, la India, Paquistán, Nepal, y el Tíbet (ahora China). Esas ruinas que se ven son un acuartelamiento militar del S.XVIII abandonado. Cada vez más agua por más sitios.

Nos trasladan a todos los turistas de la caravana de furgonetas a esos autobuses eléctricos (a partir de ahí son los únicos permitidos) y cuarenta minutos más tarde, sobre las cinco y media de la tarde estamos en el Campo Base del Everest, y yo más fresco que una lechuga. Es cierto que no puedo andar a mi ritmo, pero me amoldo y me encuentro muy bien. Ahi veis el plano del Campo. Mi tienda es una de las rojas (la de detrás de mi). Tiene sala de estar común, habitaciones del tamaño de una cama y un pasillo de medio metro y los servicios en otra tienda a 50 m. El colchón es térmico. Justo en el espacio de la foto central con dos montañas en uve y tapado por las nubes está escondido el Monstruo.
Entre la piedra con sus datos y yo se vería el Everest en un día claro. Mis compañeros de grupo (en la foto de ven de espaldas) se van a ver un pequeño monasterio cerca del Campo pero yo prefiero moverme poco.
Mañana a las 7,40 amanece. Nos levantaremos un poco antes. Si se aclara el tiempo lo disfrutaremos como enanos, y sino, sobre las 9, después de desayunar nos iremos hacia la frontera con Nepal con el rabo entre las piernas. Ponedle una vela a la Virgen de los Llanos y rezad lo que sepáis. Buenas noches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario