domingo, 31 de agosto de 2025

La entrada de Tíbet a Nepal por carretera, toda una aventura muy divertida.

     La programación de Unique Adventure Pvt. Ltd ha sido perfecta. Luego pongo los datos por si alguien quiere contactar con ellos. 

    A la ida a Lhasa en avión ves los Himalayas perfectamente, salvo que tengas muy mala suerte. Cógete la ventanilla de la izquierda. Es la buena.

    Y la vuelta en microbús y ya en Nepal en 4×4 alucinante. Entras en un valle absolutamente selvático y profundísimo domesticado en algunas partes por los nepalíes, pero que te hace sentirte un nativo más solo diferente por el color de la piel, porque mi cara en esta ocasión es compatible con la de los nativos. Uno de mis motes en el colegio en Madrid, era "el coreano". Jejeje.

    Salimos de noche. Los guiris no entendíamos porqué tan pronto. La distancia no es tan grande. Luego lo comprendimos bien.

    En seguida entramos en un inmenso y frondoso valle con unas preciosas vistas que pedían parar para tomar fotos... Nos íbamos a hartar!!. 


Un terremoto había hecho estragos en la zona hace 4 meses y vi la obra de infraestructuras más grande que he contemplado nunca. Impresionantes grúas, muros de contención, pilares para puentes,... Las fotos desde el coche en marcha no dan la medida.

Llegamos los primeros a la aduana china de salida. Aunque suelen abrirla a las 9, al ser domingo los gendarmes aún dormían. El guía dijo que esperaba que la abrieran a las 10 o 10,30, así es que, tiempo para disfrutar del paisaje y la conversación con los compañeros de grupo, e incluso con los de otros grupos. Estos momentos son siempre gratos. El tiempo es muy cambiante en estos lares. Las tres fotos de abajo son el mismo lugar con media hora de diferencia. 

Ahí tenéis una mínima parte de los manantiales que vimos a lo largo de muchos, muchos kilómetros.

Y estos son los ambientes de aldeas y pequeños pueblecicos por los que fuimos pasando. 

Más casas y aldeas. Algunas recuerdan a las Casas Colgadas de Cuenca sobre los ríos. La profundidad del valle y los tonos de verde son imposibles de captar por muy buena cámara que lleves.

Cruzamos una docena de veces el río por este tipo de puentes de hierro. Vi uno de unos 100 m solo para peatones colgado a unos 30 m de altura de los que asusta cruzar a un guiri europeo. Habrá quien lo cruce 20 veces al día. Como la jornada es muy larga, no paran los coches prácticamente.

Fijaros una vez en Nepal que barrizales de carreteras en las que además nos mezclamos con camiones.

Este es mi grupo. Nos repartieron en dos todoterrenos. Las caras son el espejo del alma. En la comida, cerveza local. Están siendo buenas en todo el viaje. El rojo es mi coche y encima van mis maletas que también están vapuleándose bien.

Desde la frontera china en un edificio discreto hasta la nepali, en un kiosco de mala muerte hay unos mil metros que incluyen la mitad de ellos un descenso por un monte muy empinado (selva pura) por el que me ayudaron dos hombres fuertes a bajar. Uno de ellos iba en chanclas. Mis maletas, ahí las veis, también las lleva un porteador. Antes de bajar andando también hicimos un tramo en esos Jeep color crema en el que se mezclaban guiris y maletas. La última foto es del restaurante donde comimos bastante bien. En la frontera china conocí a dos hermanos de Barcelona encantadores (Ferran y Eduard), muy viajeros. La conversación tanto en la aduana como en el restaurante donde nos sentamos juntos fue muy entretenida y provechosa por el intercambio de información.

Los 4×4 atraviesan riachuelos cada poco tiempo que cruzan la carretera, algunos de un palmo de profundidad. En algunos tramos solo cabe un vehículo pero es de doble dirección. Hay que apañárselas. Los conductores son muy buenos. Respiramos aire puro y tragamos polvo a la vez. Tuvimos una parada para reparar la rueda del coche de mis compañeros de grupo que había perdido mucha presión. A la llegada a Katmandú nos invaden las motos y además de polvo tragamos humo.

Estos son los tipejos que fui fichando para mí archivo particular de paisanaje. 

Estás tres fotos resumen bien la jornada. Un viaje de 11 horas tras el que llegue exhausto al hotel. Mientras empezaba a hacer la entrada del blog apareció Khum el de la agencia para anunciarme que volaba a las 8 a Pokhara y que me recogerían a las 6,45. Cansado como estaba me acosté y dejé la entrada a medio para esta mañana ya en mi nuevo destino.

El vuelo en Yeti Airlines ha sido perfecto. 25 minutos frente a diez horas de carretera parecida a la de ayer que me encantó pero tuve bastante. La compañía no está autorizada para volar en Europa porque no cumple con las estrictas medidas de seguridad. Era un avión de 76 plazas cubiertas solo una tercera parte, de dos hélices con un par de bonitas azafatas con el vestido tradicional nepalí (falda de color discreto con pliegues atrás y delantal que la anima un poco). Al entrar han pasado repartiendo caramelos. Al apagarse la luz de los cinturones de seguridad nos han dado una bolsa de cacahuetes (me encanta la huella del Yeti de la bolsa), y al terminar con los cacahuetes, un botellín de zumo gaseoso de manzana de 160 ml. Ni se ha canteado el avión.

En Pokhara un aeropuerto como el de Albacete. Solo nuestro avión, un anuncio de bienvenida y una única cinta de maletas.

Este es mi hotel, se llama "Vista de los montes de Pokhara". En el taxi ya los he visto pero desde el balcón de mi habitación se ven los Anapurnas y un trocito del lago que recorreré mañana. 

Hoy me tomo el día de descanso porque ayer fue muy duro a nivel físico. Mi rodilla mala en la bajada se portó como una campeona. Solo eso me daba miedo pero la experiencia fue muy divertida. Estaré aquí dos noches, una más de vuelta en Katmandú y el 4/9 vuelo a Bangkok, capital de Tailandia. Buenos días España!!.
Os dije que os pasaría el contacto de la agencia que me organizo los viajes al Tíbet y Pokhara. Trabajan mucho también con la India y Bután, y en general con el sur de Asia. Ahí los tenéis:
Unique Adventure International, P. Ltd.
WhatsApp 00977 9851073958
Mr. Khum Bahadur Subedi
Web: www.uniquetreks.com

sábado, 30 de agosto de 2025

El Everest mostró su cara norte.

     Ha sido muy emocionante porque nadie lo esperaba. El grupo habíamos quedado a las 9 y según estuviera el tiempo, esperábamos o nos íbamos. 

    Para poneros en situación el inicio del ascenso está a 12 o 14 km del Campo Base, lo que pasa es que es un monstruo tan grande que parece que esté más cerca. 

    Ayer todo ese escenario entre dos montañas donde el Everest aparece cuando quiere estaba muy nublado.

    Hoy a las 6 de la mañana ya estaba yo nervioso mirando la climatología y estaba nevando (con copos muy pequeños) lo que hacía presagiar un escenario parecido.

    De hecho muchos grupos han empezado a desfilar, y las caras con las que nos mirábamos todos eran de desesperanza.

    Nuestro guía en el desayuno nos ha dicho que aplazamos la salida a las 11 horas. Sobre las 10,30 se han ido para la plaza y los lugares más cercanos a ver qué ocurría. Yo he ido en ese momento al servicio y a la vuelta los he perdido porque hay varias opciones adonde ir. Total que me he puesto en marcha y no los he encontrado.

    A las 11 seguía todo igual y yo no sabía si nos íbamos o no. Tenía un ojo puesto en el lugar por donde podía aparecer el monte, y otro en la zona de los autobuses por si decidían que nos fuéramos y no me encontraban.

    A las 11,15 se ha empezado a dibujar la silueta que veis en las primeras fotos del montaje. Me he desentendido de todo y los dos ojos se han clavado en mi objetivo. El Everest empezaba a mostrarse.

    Mi obsesión era sacar una foto nítida, sin nubes si ocurría el milagro, y cada vez que había pequeños cambios iba disparando.

    No os podéis imaginar lo rápido que evoluciona todo en ambos sentidos, despejarse y cerrarse de nuevo. Ha ocurrido varias veces.

    Tanto es así que esperando la mejor foto se me ha pasado hacerme yo una con el detrás. 

    Las idas y venidas de nubes han durado tres cuartos de hora y de pronto en un minuto, ha desaparecido como un submarino en el agua. 

    Si se han ido esta mañana 8 o 10 autobuses de vuelta, solo los del último lo hemos visto. Hay que agradecérselo a la paciencia y perseverancia de Kunga, nuestro guía. Ahí tenéis algunas fotos. Será un relato que no olvidaré jamás.


A las 12,05 salía el último autobús del campo base con las caras de satisfacción que os podéis imaginar. Una vez de vuelta, los primeros montes tenían nieve pero en cuanto hemos empezado a bajar han aparecido los paisajes montañosos con ríos de aguas rápidas, torrentes que a veces inundaban la carretera y unos valles y pastos necesarios para la supervivencia de los jaks y los nómadas del lugar.

A lo largo de toda la jornada hemos viajado paralelos a la cordillera del Himalaya y siempre nos han molestado las nubes para ver los picos. La mejor y más probable visión de todos ellos es la del primer día desde el avión, porque los siete y ocho miles sobrepasan la altura de ellas.

Lo siguiente son algunos clásicos (edificios, pagodas, jaks). Estos últimos estaban en mitad de la carretera y nos han hecho frenar el coche.

En uno de los collados por los que hemos pasado estaban haciendo este mirador porque había una bonita vista de la cordillera.

Quiero dedicar un párrafo especial a los cielos que originan montes, valles, corrientes de aire, temperaturas, etc. Los estoy disfrutando mucho y ahí os pongo solo una muestra.

Hemos pasado por un cañón que me ha recordado mucho al de Pancorbo en España, con túneles en la carretera. Los pueblecitos pequeños tienen mucho encanto y son muy similares.

Al final del día, serían las 6,15 cuando hemos arribado a Syalam. He tenido que preguntar por el nombre en inglés porque solo lo veía en chino y tibetano y quería anotarlo en mi cuaderno de bitácora. Además en la hoja de la agencia solo ponía alojamiento en un hotel local. Es un pueblo de 30.000 habitantes cerca de la frontera con Nepal adonde volveré mañana. El hotel está muy bien. La primera foto es desde el restaurante en el cuarto piso.

Hay otra cosa que quiero comentar. Hay un logo en el que pone 60 en número y unas inscripciones en chino por todo el Tíbet. Los hay en casas, comercios, coches particulares,... Todas las banderitas que veis en las calles de Nyalam lo llevan. Le he preguntado a Kunga y me ha dicho que los chinos son muy de celebrar y que están celebrando los 60 años de la invasión del Tíbet que aunque es una región autónoma, depende absolutamente en todo de China.

Esta mañana me han llegado las fotos prohibidas que Paloma, mi amiga mejicana, iba haciendo disimuladamente y a veces protegida por mi persona en el interior de los monasterios de Lhasa. Me ha mandado 300. Ahí os pongo una selección.





Mañana vuelta a Nepal (Katmandú). Quiero visitar también Pokhara (mi amigo Pedro de Albacete me dijo textualmente: a Pokhara tienes que ir, sí o sí), haré allí un par de noches y vuelta a Katmandú para volar a Bangkok (Tailandia). Es necesario saltarse Myanmar, la antigua Birmania con un régimen militar poco aconsejable de visitar.
Seguiré contando. Buenas noches.

viernes, 29 de agosto de 2025

29/8/25 Campo Base del Everest.

     Hoy llega un plato fuerte del viaje que no planteé en su día y que sin embargo una vez incluido en la ruta he aceptado con determinación.

    Pedí a la agencia de Katmandú que me llevara a Lhasa y tenía paquetes de una semana. Mi obsesión era ver el Potala y no me preocupé de más. Una vez adquirido veo en la programación que incluye un día en el Campo Base del Everest. Me daba pánico el mal de altura pero contraté mediante un depósito recuperable el servicio de un helicóptero por si me tenían que sacar aprisa y corriendo, y aquí me tenéis con dos días de aclimatación previa viajando por encima de 4000 m y más fresco que una lechuga.

    Al poco de salir de Lhasa ya empezamos a ver montañas con nieve. La primera parada es en un pueblo donde promocionan una ruta turística de 5000 km que atraviesa China hasta Sanghai. Estaban preparando alguna fiesta según parece. La chica y varios jóvenes han venido a pedirme una foto con ellos. Me está ocurriendo con cierta frecuencia en estas latitudes.


El viaje transcurre por carreteras de montaña que suben y bajan, collados, cañones de ríos y torrentes de agua. Muy espectacular pero en principio no tanto como los lagos y glaciar que vimos ayer.

En uno de los collados ascendemos ya a más altura de la del Campo Base y entramos en el Parque Nacional protegido de Qomolangma. A este nativo soy yo el que le pide la foto.

En la bajada más de lo mismo. Pasamos por una zona de cantos rodados con piedras superiores a los 100 kg de peso. También vemos rebaños de ovejas, caballos, y lo de los jaks es impresionante. Los hay por todas partes y casas hechas con sus boñigas a montones. Debieran poner uno en la bandera.

Nada más bajar nos encontramos con otro puesto de control de viandantes. Hay que registrarse para seguir. Me está cansando mucho lo de los controles y no tener internet más que en los hoteles y a veces de muy baja calidad. He decidido no volver por China y en su lugar a finales de octubre, pasar una semanita en Hong Kong. En este puesto vuelven a promocionar el viaje a Sanghai que desde ahí está a 5.200 km. La llaman la Ruta 318 (como la Ruta 66 de EEUU). Los chavales en cola de la última foto la hacen para sacarse individualmente la foto de la izquierda abajo. 

Kunga nos avisa de que el siguiente tramo es una subida por carretera de montaña con cien revueltas. Para colmo, el conductor y los de las otras furgonetas a los que no permiten circular a más de 70 km/h con controles cada 8 o 10 km, se desquitan en este tramo y hacen carreras. Muy divertido.
En el camino vemos también unas formaciones geológicas muy interesantes para los profesionales.

Hasta que llegamos a otro mirador (en la piedra pone vista panorámica de los montes Himalayas) que nos hace olvidarnos de las comparaciones con la jornada de ayer. Los paisajes son brutales, la carretera de bajada, como la de subida, y el colorido como veis muy vistoso.

La vista de la cordillera como se ve en la foto está muy tapada por las nubes. Una pena. Los Chinos por todas partes con sus banderas anuncian sus dominios. Os diré por eso que los Himalayas ocupan parte de Bután, la India, Paquistán, Nepal, y el Tíbet (ahora China). Esas ruinas que se ven son un acuartelamiento militar del S.XVIII abandonado. Cada vez más agua por más sitios. 

Nos trasladan a todos los turistas de la caravana de furgonetas a esos autobuses eléctricos (a partir de ahí son los únicos permitidos) y cuarenta minutos más tarde, sobre las cinco y media de la tarde estamos en el Campo Base del Everest, y yo más fresco que una lechuga. Es cierto que no puedo andar a mi ritmo, pero me amoldo y me encuentro muy bien. Ahi veis el plano del Campo. Mi tienda es una de las rojas (la de detrás de mi). Tiene sala de estar común, habitaciones del tamaño de una cama y un pasillo de medio metro y los servicios en otra tienda a 50 m. El colchón es térmico. Justo en el espacio de la foto central con dos montañas en uve y tapado por las nubes está escondido el Monstruo.

Entre la piedra con sus datos y yo se vería el Everest en un día claro. Mis compañeros de grupo (en la foto de ven de espaldas) se van a ver un pequeño monasterio cerca del Campo pero yo prefiero moverme poco.

Mañana a las 7,40 amanece. Nos levantaremos un poco antes.  Si se aclara el tiempo lo disfrutaremos como enanos, y sino, sobre las 9, después de desayunar nos iremos hacia la frontera con Nepal con el rabo entre las piernas. Ponedle una vela a la Virgen de los Llanos y rezad lo que sepáis. Buenas noches.

jueves, 28 de agosto de 2025

De Lhasa a Shigatse, paseo entre 3.500 y 5.000 metros por el techo del mundo.

     Ha sido un viaje de 350 km y diez horas con varias paradas en los sitios más espectaculares de la ruta y nos ha servido también para ir aclimatándonos para la jornada de mañana hasta el Campo Base del Everest.

    Somos cinco en el grupo y el guía nos ha comentado que está contento de vernos tan bien a todos. Dice que de los que llegamos el mismo día que yo cayeron dos enfermos; y que es frecuente que gente que viene para cinco o siete días se vuelva en uno o dos por el mal de altura.

    Yo en un par de sitios tenía que ir más despacio de lo normal porque me notaba muy raro, pero me recuperaba en seguida. 

    La jornada me ha encantado y junto con la de mañana las considero el complemento perfecto a las visitas de Lhasa porque son tan atractivas como distintas. 

    Recomiendo este programa, aunque obviamente el mal de altura es imprevisible. Yo no lo habría metido nunca, pero al encontrármelo asi, he tirado para adelante. 

    Comenzábamos viendo el río Yalung Shampo (lo escribo tal y como lo ha pronunciado Kunga nuestro guía). Está a poco de salir de Lhasa y como está relativamente lejos de las altas montañas, trae muchísima agua y una corriente tremenda.

    Es una zona agrícola y como veis tenían muchas balas de paja apiladas de esa manera. 


A partir de ahí empieza la carretera a subir de manera muy pronunciada como veis en las fotos. En seguida nos ponemos por encima de los 4000 m y ya no bajamos de ahí hasta el final que nos hemos quedado sobre 3.800.

En la siguiente parada hemos batido mi record personal de altitud que estaba en 4.200 m en el Toubkal de Marruecos. El lugar era un mirador para ver los valles y la carretera, bastante transitada, donde nos esperaban varios caza turistas para hacernos las fotos con los jaks, unos corderitos muy pequeños y unos perros que parecían leones.

La ruta a continuación ha sido todo el día un tobogán entre 4 y 5 mil metros. El lago que veis a continuación está a 4.998 m. Arriba en el mirador llovía y yo he sentido los primeros efectos leves. No podía andar a ritmo normal. Me sentía muy raro, pero pausando la marcha me recuperaba en seguida y todo volvía a la normalidad. Así es la aclimatación. Había una buena movida con música y gente vestida de fiesta. 

Las siguientes fotos son abajo en el lago. Ha salido el sol (toda la jornada el tiempo ha estado muy cambiante) y hemos echado un rato estupendo. El vehículo es el que nos transporta a una pareja americana, un chico francés, una mejicana y a mí junto con el chofer y el guía. El color del agua de un turquesa muy bonito. Aquí los nativos viven de la agricultura y parte del año como nómadas con los jaks de pastoreo. En diciembre todo está nevado y el lago se congela. Habría que ver a los oriundos con los jaks caminando sobre el agua congelada.

Luego a un par de grupos nos han llevado a comer a una casa particular indígena donde nos tenían preparado un self service muy peculiar. 
Previamente nada más entrar hemos visto apiladas en varios muros las boñigas de jak. Como no hay árboles, las secan y las utilizan para calentarse. No huelen prácticamente y las que están secas son como piedras.
Yo he comido queso y carne de jak, maíz, un hervido de patatas y carne, unas verduras de esas que solo se comen en China y un arroz con tomate. Más tarde nos han puesto un vino de maíz con un sabor muy raro pero que he repetido. Nos ha encantado a todos. Ahí tenéis una instantánea de la comida familiar y del precioso bebé que presidía la cocina. 

Nos cuenta el guía que es un lago santo y que no se puede ni pescar, ni navegar, ni bañarse la gente. Tiene un perímetro de 52 km y está rodeado de pastos y ganado; además de jaks, caballos, vacas, cabras,... y algún pueblo minúsculo. 

Después de comer hemos ido al glaciar Carola. Vuelve la lluvia. Hay una subida grande para acercarse que no hemos tomado. En el mojón pone siete mil ciento y pico metros pero se refiere a la parte alta de la montaña. Nosotros estábamos por encima de los 5000 de nuevo.

En los aledaños del glaciar ya no hay agricultores, solo nómadas con los animales ahora en verano, y luego en invierno bajan a zonas con pastos más livianas. De la montaña caían regueros de agua por todas partes que en pocos kilómetros formaban alegres torrenteras y más adelante ríos muy caudalosos. Por desgracia el vehículo que nos llevaba tiene los cristales ahumados, con lo que nos hemos perdido en los trayectos buena parte de la belleza que implican los colores naturales. Ahí os pongo un par de fotos con las ventanillas bajadas en las que es palpable la diferencia. 

El lago que ahora os enseño es el que más nos ha gustado. Aparte del colorido de las banderas -que lanzan al viento las oraciones que tienen escritas-, porque confluyen tres valles y hay dos montículos que se meten casi en el centro. Las vistas son increíbles. El de amarillo es Kunga, todo el día pendiente de mi y prestándome su hombro en las escaleras.

Ya acercándonos a Shigatse hemos pasado cerca de Yang Se (lo escribo como lo pronuncia) para ver este precioso castillo del S.XV.

La última hora y media ha sido un disfrute de colores entre trigales, montañas y cielos que han hecho en conjunto que el viaje se me haya hecho corto.

Después de lo visto y vivido en estos casi cuatro meses, no pensaba que el viaje pudiera ir in crescendo, pero así está ocurriendo. Hoy una jornada magnífica y mañana una de las estrellas sin ninguna duda de esta aventura.
Esta es la ciudad de Shigatse, 300.000 habitantes y con todos los servicios. Es muy elocuente la escultura que nos recibe a la entrada. Estoy además (no lo esperaba) en unos de los mejores hoteles por los que he pasado.

Espero ya con ansiedad la ruta y llegada a destino de mañana. Creo que antes veremos un par de monasterios. Nos llevará llegar otras diez horas más o menos. No sé cómo andará en el campo base el tema de la wifi. Espero que bien, y sino, en cuanto pueda os mando cosas. Un abrazo y buenas noches. 

Nuevo día de viaje, trabajo de organización y relax en la playa de Bali.

     La verdad es que me ha dado mucha pena dejar el Hotel de Ubud, "As I am" se llama. Han sido unos días fantásticos. He visto l...