viernes, 15 de agosto de 2025

Nueva Delhi impacta más de lo que creemos.

    Ayer temeroso de que me asaltaran o timaran, sin saber de quien fiarme ni si seguir en la India o irme, y hoy ilusionadísimo con un paquete de una semana que he contratado.
    Y todo por el acierto por azar de la persona adecuada, aunque la verdad es que creo que toda esta gente, con todos sus problemas, tiene un gran corazón.
    Esta mañana a las 10 me ha recogido en el hotel Raju, el conductor del Tuk-tuk con el que hice ayer el último tramo desde el aeropuerto, hemos congeniado enseguida (ya lo hicimos ayer en veinte minutos) y me ha enseñado lo que ahora veréis de Delhi haciéndome pasar un día excelente. Solo la humedad ha aguado (nunca mejor dicho) la jornada, pues he sudado como en mis mejores años de baloncestista.
    Lo primero que hemos visto es el Agrasen Ki Baoli, un aljibe medieval escalonado para que la gente según la época del año y nivel del agua pudiera bajar a cogerla. Una construcción asombrosa.
    Hoy celebraban el 78 día de la Independencia y había banderas y algunos actos relevantes (esta mañana he visto en TV el discurso del primer ministro), pero lo mejor es que al ser festivo había mucho menos tráfico.

La Qutub Minar es un minarete de piedra roja impresionante de alto y que te transmite una sensación de solidez enorme. Tiene alrededor varias dependencias, algunas en ruinas, como las mezquitas de otras latitudes.

Debajo de él he sentido la misma sensación que la primera vez que estuve en la Quinta Avenida de NYC.

Quiero comentar también que tanta humedad hace que la vegetación se desborde por doquier. Las copas de la foto del centro son las de los dos árboles que luego he fotografiado desde dentro. Y mirad los paseos que color verde. 

Siguiente visita, el Templo del Loto. Tiene casi 50 años y lo hicieron para que la gente fuera allí a hacer yoga en su interior. Lástima que no dejen hacer fotos dentro. Imita a la flor de loto y recuerda a la Opera de Sidney. El que está a mi lado es Raju. En los alrededores hay una especie de piscinas.

También hacer un breve comentario sobre las vestimentas de las mujeres que como veis es muy preciosista y de los hombres, como veis totalmente occidentalizada. No en todos. A ver si mañana saco a alguno de indio.

El Mausoleo de Humayun merece varias composiciones de fotos porque está compuesto por varios monumentos muy típicos de la India, y un último en el que dicen que se inspiró el arquitecto que diseñó el Taj Mahal.

Como veis el día sin llover demasiado estaba como empañado. Yo limpiaba las lentes del móvil para que no afectara a las fotos, pero es que la visión natural era esa exactamente. 

Hay que ver esas escaleritas de no menos de 28 cm por peldaño lo que me ha costado subirlas. Arriba en el edificio principal hay una explanada muy amplia...

...y desde ella se ven los jardines muy bellos. Ha sido un buen broche. Después de comer quería llevarme a otro sitio, pero me encontraba ya saturado y he preferido saborear lo ya visto a almacenar más material. Además necesitaba una ducha porque estaba chorreando y temía coger frío.

De camino hacia el restaurante hemos pasado por "La Puerta de la India" donde había mogollón de gente celebrando la fiesta. No es fea la bandera de la India con ese naranja/sari tan luminoso.

En fin, un día muy completo que me ha quitado todos los miedos. He contratado un paquete turístico para visitar Agra (Taj Mahal), Jaipur, y Pushkar, esta última por recomendación de Raju. Querían llevarme a la selva a ver tigres o montarme también en una caravana de elefantes pero a eso he renunciado.
Y tengo además otra buena noticia. Parece que me confirman (es que por estos lares nunca se sabe) que voy a ir en otro paquete del 25 al 31 al Tíbet a ver Lhasa, el Potala donde vivía el Dalay Lama, y esas tierras adonde no es fácil llegar. Me emociona mucho pensarlo.
Hoy he comprendido a la perfección porque los Beatles se sintieron tan impactados cuando vinieron por estas tierras. Yo me siento igual, solo que no pienso fumar nada. Jejejeje.
Buenas noches.

jueves, 14 de agosto de 2025

La llegada a una Delhi lluviosa me enseña lo que es un caos auténtico de tráfico.

     Jamás vi cosa igual!, pero empecemos con el viaje.

    A las 5 de la mañana me he puesto en marcha para coger el avión que me llevaría de Tashkent a Delhi. 

    Para empezar, la página de Uzbekistán Airways no me dejaba sacar la tarjeta de embarque. Tampoco el chico del hotel ha podido. Tenerla agiliza tiempos y no hacerla on line puede suponer un sobrecoste.

    Al final a las 6 estoy en el aeropuerto y me dispongo a hacer colas: Tarjeta de embarque, policía Uzbeka, policía hindú, revisión de equipaje, localización de la puerta de embarque,... Es insufrible. Viaja ya tanta gente en avión a todos lados que cuesta digerir los trámites. 

   En Uzbekistán es obligatorio que cada hotel pase a la policía el registro de clientes y dé al cliente un justificante que luego te pueden pedir a la salida y tener problemas si te falta alguno. He estado muy puntilloso con eso en cada hotel, y luego al salir no me lo han pedido.

    En el control de equipajes, me descalzan para pasar las zapatillas por es escáner, me abren la maleta para que enseñe el ordenador aparte, y me abren la bolsa de aseo para quitarme las tijeras y la bolsa de los cables de aparatos para quitarme un mechero. Puntillosa la niña. 

    El desayuno caro y malo. Pero la compañía aérea (Uzbekistán Airways) la recomiendo y el vuelo en sí, geniales. Salimos con una hora de retraso pero recuperamos tres cuartos. Un avión grande -filas de 7 asientos en tres columnas- y moderno, mucha azafata, una comida como las de antes regular de calidad, pero sobrada. Me he dejado cosas y me he guardado un paquete de frutos secos que me han dado..., agua, zumo, té... Y el avión que se ha movido poco. 

    Nada que objetar por tanto al viaje. 


    Había solicitado al hotel que me fueran a buscar al aeropuerto pero al aterrizar, lloviendo, me llama la recepcionista diciendo que cuando llueve la ciudad de atasca de tal manera que no se puede circular. Que me coja un taxi pero que no me fie de nadie, que hay mucho estafador que intenta hasta cambiarte de hotel y timarte a la más mínima. Que vaya con cuidado.

    Evito a los primeros que se acercan y me aseguro de que la parada de taxis está donde yo voy a buscarlo. Una vez allí se acerca un hombre, hacen un cónclave con otros conductores y deciden que me llevan por 35€. Está a 16 km y acepto. Se suben dos chicos en el taxi para llevarme al hotel. Conductor y ayudante.

    A menos de un km llegamos al atasco. Monumental. La gente se vuelve por dirección prohibida para buscar otra ruta, y está todo colapsado. Nosotros nos volvemos también contra corriente, el ayudante se baja y va haciendo hueco delante hasta que conseguimos cambiar a otra calle que parece más rápida.


Ese coche que veis en la foto de enmedio viene en dirección prohibida huyendo del atasco y nosotros y otros muchos hacen lo mismo. Más adelante en otra situación similar deciden seguir en la dirección buena y me dicen que me duerma, que puede tardar una, dos y hasta tres horas.
El fulano que veis subido a la valla en medio de la calzada es un conductor que se ha bajado del coche y contempla el tapón.

Es tan insólito todo que pienso que me han metido aposta en el lío para preocuparme y luego estafarme. Para colmo el ayudante me dice que he cogido un mal hotel en una mala zona. También me dice que con el coche no pueden acceder al hotel, que el último tramo lo tengo que hacer en Tuk-tuk, esas motoretas tan famosas de la India. Le pregunto que cuanto me va a costar y me dice que lo paga él, lo cual me tranquiliza.
Yo también voy controlando con el GPS y veo que me van acercando al hotel y que la dirección acaba siendo buena a pesar de las idas y vueltas.
A tres kilómetros del hotel me trasladan a un Tuk-tuk. 

Efectivamente ya por donde círculo con él prácticamente no hay coches, solo Tuk-tuks, bicis y peatones. Ahí ya el tráfico es "todos contra todos". En la India se circula por la izquierda, pero en esta última zona ya no hay normas. Solo gente, baches y barro. 
El del Tuk-tuk, un tío espabilado me quiere enseñar sitios, llevarme a la oficina de turismo a por un mapa, también me dice que el hotel está en un mal barrio y que mañana es el día de la República y que todo estará cerrado. Que él me puede enseñar la ciudad y movernos con la motoreta. A todo me niego con firmeza alegando que estoy muy cansado y solo quiero llegar al hotel, pero, entre otras cosas y argumentos, me enseña el móvil lleno de contactos de extranjeros turistas agradeciéndole sus servicios, fotos, etc... y quedamos mañana a las 10 en el hotel para negociar. En toda esta movida se han ido cuatro horas. 
Una vez en el hotel, la que me llamó suspira al verme porque temía que me hubieran engañado por ahí, y yo me relajo en la habitación hasta mañana, impactado por lo visto y vivido.
Realmente la India nada más llegar te pega un bofetón de realidad que cuesta comprender y asimilar. En el hotel al llegar me han dado agua, zumo, galletas, patatas fritas y dos plátanos. Con eso y lo del avión aguanto la tarde, y puedo cenar también aquí según me han dicho. La habitación es justita pero acogedora y suficiente. Y la chica de abajo me ha dicho que me puede ayudar a encontrar un tour por el norte del país con los lugares más importantes durante los días que yo le diga. No las tengo aún todas conmigo porque estoy es una marabunta explosiva, pero bueno, lo consultaré con la almohada y mañana será otro día. Me he atrasado otra media hora respecto a España, así es que casi os digo buenos días. Aquí, aunque no es tarde, está cubierto y va a anochecer enseguida. Casi siento que he cambiado de continente o incluso de hemisferio. Mañana seguiré contando. Qué terminéis bien el día. 

miércoles, 13 de agosto de 2025

Para mí, la gente de Tashkent mejor que la ciudad.


     Hoy he podido comprobarlo. Mis visitas incluían un mercado y el metro, y me ha quedado muy claro.

    De buena mañana me fui en taxi a la Harzati Imam Mezquita. El conductor me dijo enseguida que no se podía llegar, que había obras y que me dejaría lo más cerca posible.

    Una vez allí, la obra era gorda. Una nueva mezquita junto a la que yo buscaba pero mucho mayor, infinidad de anexos a ambas, y un túnel para que los vehículos no afeen las inmensas explanadas delante de ellas. Estos son los anexos y aledaños.

    Medidas de seguridad ninguna, maquinaria pesada y trailers a montones. 


Alternan mano de obra que supongo muy barata (habrían más de 100 operarios en marcha) con todos los medios que se necesiten.

Esta es la nueva mezquita. No se podía pasar pero es una monstrusidad de grande. Me recuerda en el tamaño a la de Hassan II de Casablanca en Marruecos. 

Esta es la de Harzati Imam que yo buscaba. La están rehabilitando pero yo he insistido y he topado con buena gente. Los del hormigón eran arquitectos y al preguntarles me han dicho que cruzara por donde ellos estaban. Luego, el grupo que se ve abajo en el patio también debían ser algún arquitecto y algunos jefes de obras. Al preguntar, uno me ha dicho que estaba cerrada con un gesto de los brazos entrecruzados, pero al mismo tiempo el que más mandaba al parecer me ha dicho, "pasa", y he podido hacer alguna foto. Sin alfombras ni adornos. Solo el espacio para rezar.

Es un centro con mucho prestigio en la región y ha merecido la pena el rodeo que he tenido que dar.

Luego me he ido andando hacia el Chorsu Bazaar que estaba a 1 km. De camino me he encontrado naves y construcciones anexas también llenas de comercios de todo tipo. Muy popular y genuino. En este tramo no he visto ni un turista.

Este es el bazar que buscaba. La construcción con esa bóveda gigantesca es colosal. Aquí si que habían turistas a punta de pala, sobretodo italianos, franceses y españoles que son su gran clientela. En la parte de abajo, un 75% eran carnes en condiciones muchas de ellas que no os voy a contar. Y en el piso de arriba un 90% de frutos secos. Eso sí que me ha atraído. He hecho una buena compra y el poco cambio que me sobraba me lo han dado en barritas energéticas. 

Este era el personal que se movía por allí y atendía los puestos. Os he dicho que la gente de Tashkent si me ha convencido. El modo de funcionar, actividad, alegría, ninguna presión sobre el turista, trato en general, mucha juventud que hacía preguntas y se enrollaba,... Ha sido muy divertido. 

Y allí mismo, junto al mercado había una parada de metro en el que me he metido casi dos horas por 15 céntimos. Tiene cuatro líneas como veis y yo me he hecho las dos más antiguas, la azul y la roja. La IA me ha aconsejado eso. Quieren equiparar la red con las de Moscú y San Petersburgo pero yo aquellas las recuerdo más monumentales y como seis veces más abajo que esta que incluso en algún tramo sale a la superficie. De todas formas ha sido una experiencia bonita también por lo que supone de roce con la gente y de observar al personal. También me han parecido super amables y educados. Se pegaban por cedernos el asiento a mi y a las personas mayores y como en Europa, con sus móviles todos y sus chácharas los grupos, transmitían buenas vibraciones. Mucha gente joven también, que es muy importante para un país. Estos a la vieja Europa nos comen. 

Estás son mis fotos robadas. La mayoría de mujeres, entre otras cosas por sus atuendos. Los hombres llevan pantalones de pitillo, zapatillas deportivas y camisetas más que camisas de Massimo Dutti, Adidas y otras más normalitas, pero si no les miras a los ojos, no los distingues, salvo excepciones de un europeo.

Estos son algunos de los adornos de las estaciones más bonitas.

En la dedicada a los astronautas había mucho turista haciéndose fotos. Ahí están representados Gagarin y toda la recua de pilotos de astronaves soviéticos, y entre ellos, como veis, una mujer que parece recién salida de la peluquería. 

Me he dejado para el final un par de montajes de la que más me ha gustado por su colorido y por lo bien plasmado que está el ambiente de la propaganda soviética. 

Maternidad, familia, trabajo, agricultura, amistad, progreso, en fin, todo lo que ya todo el mundo sabe que fue el comunismo. 

Mañana ya tengo pasaje para la India. Visado, vuelo a primera hora y hotel en Nueva Delhi. En tres horas me voy a saltar Irán, Afganistán y Pakistán por razones obvias y con gran dolor de mi corazón porque son países que me encantaría visitar y pueblos que seguro que son tan buenos como los occidentales, pero bueno, tal y como nos lo venden, opto por no atravesarlos.
La India me apetece mucho y de allí en una semana o algo más a Nepal. Me hace mucha ilusión y espero contaroslo pronto.
Buenas noches, que se me hace tarde. 

martes, 12 de agosto de 2025

Tashkent, capital de Uzbekistán, huye de la ruta de la seda.

     Eso me ha parecido la visita de hoy. El periplo Jiva, Bujara, Samarcanda ha sido muy especial. Como un gran escenario de la Paramount. Tashkent quiere ser la imagen moderna de un nuevo país y la verdad es que a mí por lo menos no me ha convencido como ciudad.

    Nos quejamos mucho los occidentales de la especulación inmobiliaria que en algunos sitios es demencial, pero la planificación urbanística "a la rusa" que es el polo opuesto no es mejor. Demasiados espacios, distancias, frialdad, ... Aquí te cruzas con alguien en la misma calle y no lo ves porque pasa a 60 m y hay cuatro filas de árboles y Seis de coches entremedias.

   Veréis en las fotos que algunos edificios parece que están lejos. "Es que están lejos". Si te tienes que acercar a cada uno no avanzas.

    Eso me ha pasado, que en cinco horas he visto dos plazas y poco más.

    Voy a empezar por mostraros unas instalaciones que abundan por las calles no céntricas de las ciudades y que parecen de gas natural. Uzbekistán lo produce y consume en abundancia. Incluso parece que le compra a Rusia porque no tiene suficiente para el autoconsumo.


De camino para el centro, los Ministerios del Interior y Asuntos Exteriores arriba, un instituto a la izquierda (lástima tener el sol enfrente), el Hotel Michelín, y otra construcción también modernista.

Fijaros que parques y que avenidas. Aquí el vecino de enfrente es casi un extranjero. 

A poco más de mil metros del hotel está la Plaza de Amir Timur (traducido Amir "el cojo"), conocido en occidente como Tamerlán. Al llegar casi no se ve más que el Hotel Uzbekistán, icono de la modernidad que pretende transmitir el país, y que a mi no me ha gustado mucho. Lo demás prácticamente lo tapan los árboles. Una vez ya en la orilla de la plaza, aparecen estos edificios, algunos de ellos poco llamativos; las dos torres con el reloj y el último si me han gustado mucho.

En el centro de la plaza, Tamerlán (y yo, jejeje). Vivió a finales del S. XIV hasta principio del XV. Tuvo dos caras, una como despiadado combatiente con extrema violencia, decapitaciones de ciudades enteras, los especialistas hablan de 17 millones de muertes que encima en esa época son una exageración. En nombre del Islam creó el Imperio Timurida que incluía nada menos que: Toda Asia Central, sur de Rusia, Ucrania, el Cáucaso entero, Irán, Afganistán, Irak, Turquía, Siria, Pakistán, el noroeste de la India y la Península Arábiga, con capital sobretodo cultural en Samarcanda. 
La otra vertiente es que aunque saqueaba iglesias y decapitaba a los vencidos, perdonaba a artistas y sabios, y los enviaba a Samarcanda que tuvo en su época un renacimiento cultural. Un sanguinario. Un mecenas.
Su imperio fue breve porque a su muerte con 68 años, en 1405 cuando se preparaba para invadir China, sus herederos lo fragmentaron.

Uno de los edificios más atractivos de la plaza es el Centro de Congresos con esas dos cigüeñas en la cúpula. Dicen que tiene mucha actividad a fin de consolidar la nueva imagen de la ciudad y el país.

Este es el famoso Hotel Uzbekistán. Lo dejo a vuestro criterio. Yo esperaba algo más por la fama que le daban las guías que he ojeado.

Otro edificio muy interesante es el Museo de Historia de Uzbekistán. Aunque tenía horario de apertura de 10 a 17 horas, a las 12 lo habían cerrado para dos horas así es que me he metido un rato en el interior y en cuanto me he refrescado me he largado.

Siguiente objetivo, la Plaza de la República. De camino hacia allá, también parques y edificios modernos. Uno de ellos, la Facultad de Derecho. El de en medio de los de arriba.

Uno de los problemas del país es el agua pero deben tratar de ocultarlo a sus habitantes por como la derrochan. Los riegos todos por inundación, y las fuentes, aquí tenéis una muestra. Preciosas por otro lado.

Esta es la entrada. Plaza de la República. No sé si por alguna circunstancia política, onomástica de algo, o qué, pero el centro estaba vallado y custodiado por bastante policía así es que no he podido ver los monumentos más relevantes que además tapaba un bosque de árboles. Mirad el tamaño de la columnata. Otra vez figuras de cigüeñas. Las chicas eran un batallón de unas cincuenta mujeres con sus escobones dispuestas a barrerla. Pocas me parecen porque se hacía la hora de comer y no he ido a ver la otra parte de la plaza que debe quedar por la provincia de al lado. 

Una parte siempre entrañable es la Plaza que en este caso llaman de la Memoria y los Honores. Frente a cada columna de los dos pasillos enfrentados que hay han puesto un librillo como el que veis con hojas de bronce con los nombres de los caídos en la segunda guerra mundial con fecha de nacimiento y defunción. Muchos, muchos, muchos.
En medio la llama eterna y una figura alegórica de una madre y un país que sufre la perdida de sus hijos y espera la vuelta de los supervivientes. 

Como no era zona de restaurantes me he metido en este complejo de lujo que tenía uno, y aunque para los precios normales era muy caro, para mí ha merecido la pena. Después ha venido una caminata de casi 3 km a más de 37° hasta el hotel que me ha hecho sudar la gota gorda, pero que tampoco he querido evitar porque creo que me ayudan a mantener este viejo chasis sin que se oxide más de la cuenta.

El final de la jornada ha sido bastante mejor. Una buena siesta y un bañito en esta piscina que para mi casa quisiera si no llevaran tanto trabajo.

Y para colmo, mientras me bañaba me ha entrado el correo con el visado de la India que pensaba que me tardaría varios días y me han concedido en 24 horas. Ahora mismo estoy en proceso urgente de mentalización porque es uno de los puntos críticos (para mí) del viaje por muchos motivos que os podéis imaginar. 
Con esa buena noticia y una cena frugal me voy a la cama volando. Buenas noches. 

lunes, 11 de agosto de 2025

De Samarcanda a Tashkent una entrada con más letra que fotos.


     A las 9 de la mañana estaba en esta enorme estación de tren con la intención de sacar un billete en un tren rápido (2 horas) que me llevara a Tashkent para acercarme a un aeropuerto con vuelos a la India saltándome Irán, Afganistán y Pakistán que están en medio y no son aconsejables para viajeros como yo, y también para gestionar los visados que me piden tanto India como Nepal, pues al ser Tashkent la capital tengo las embajadas por si necesito hacer alguna gestión personal que siempre prefiero a las informáticas.

Le he puesto este entramado a la foto porque el día ha ido como un puzzle. Tenía piezas para encajar pero no sabía cómo hacerlo.
Para empezar los cinco trenes rápidos a Tashkent de hoy estaban llenos. El primer tren que me han ofrecido en taquilla salía a las 19,35 y tardaría más de 4 horas en llevarme. Me pedí un billete en clase VIP porque el día podía ser duro.
Con 10 horas por delante me puse a preguntar a la IA y a juguetear con el móvil y encontré enlaces para solicitar los visados on line. Pensaba dedicar el día de mañana en Tashkent solo a eso, pasándome por la embajada de la India que es el país adonde puedo ir en vuelo directo desde Uzbekistán. 
La cosa es que el visado de Nepal lo he gestionado en un rato. Cuatro preguntas, me dan un código, y a esperar respuesta que será creo en un par de días.
Los hindúes quieren muchos más datos y cuando les pasaba fotos del pasaporte o mías, la aplicación se cortaba. Al final he conseguido un contacto con una tal Liseth, empleada de la aplicación en la que estaba, me ha ido haciendo preguntas por WhatsApp, se las he ido contestando y ella las ha subido a la aplicación, con lo que también está todo en manos del gobierno indio a la espera de en un par de días obtener respuesta.
Si no lo veo, no lo creo. 
A todo esto, con una comida rápida en un puesto con poca variedad, se han hecho las 6,30 de la tarde. Menudo descanso me ha quedado
Como anécdota, la super estación tiene los servicios en un sótano sin ascensor. También el acceso a las vías es tras un montón de escaleras arriba y abajo que como sabéis son mi debilidad. 
Ea!, que decimos en Albacete.
A las 19 horas, en la vía esperando que coloquen el tren. Ahí tenéis mis maleticas viajeras. Les estoy cogiendo un cariño,...
Ya en la vía, solo pedía que no fuera un convoy de literas. Me resultan incomodísimas. 
Consultando a varias personas, una de ellas empleada de la estación, me dicen que mi tren es el de la vía 2.
Cuando llega, el jefe del vagón 18 que es el mío al ver el número de tren me dice que no, que el mío entrará por la vía 3. Ya tenemos otra, comienzan las cagaleras. Uff!!.
Cuando llega otro tren a la vía 3, también tiene vagón 18 y el jefe del mismo me dice que es el mío. Otra vez respiro y mirad que vagón más confortable me encuentro. 

    Veinte asientos donde normalmente meten 60. Filas de dos y de uno al otro lado. Comodísimos, con mesas a un metro de cada asien, periódico, un mando para moverlo. Hay un hombre ahí al lado que se ha tumbado y el asiento se balancea con el movimiento del tren. En fin, lo mejor que he visto en mi vida. 
    El último susto me lo llevo cuando veo el letrero móvil que hay encima de la puerta del vagón que va diciendo las estaciones del recorrido en sentido inverso al que deberíamos llevar. No sé si se les ha olvidado cambiarlo a la vuelta o si tiene otro significado
    Me relajo cuando el tren arranca en sentido contrario al sol del atardecer que es la dirección correcta. 
    No está mal para un día que parecía que iba a ser aburrido, no?. 
    Pues nada, os dejo ya y mañana que pensaba ir de embajadas me iré a ver la ciudad y os la contaré. Me han dicho que no tiene nada que ver con los últimos días. Una ciudad muy a la rusa donde lo que más fama tiene son las majestuosas estaciones del metro. Veremos. 
    Qué terminéis bien la tarde. Aquí ya es noche cerradísima.









domingo, 10 de agosto de 2025

Samarcanda merece la pena.

     Estos días he visto varias cosas y me he dejado el Registan para el último día. Solo esa plaza, sus tres madrasas y las exposiciones y comercios que hay allí, ya merecen la pena. Pero es que la ciudad es muy agradable de pasear, con mucha zona verde y encima si quieres hacer un desplazamiento largo, un taxi te cobra menos de 2€. Quién da más?. 

    La primera madrasa a la derecha es la de Tilya Dori, para mí como edificio, el más espectacular. Las piedras de las escaleras y el suelo de la entrada delatan los siglos que llevan ahí. Por dentro un patio con arbolado y ahora comercios donde antes hubo aulas. 


Es un lujazo ver a los artesanos creando nuevas obras. La mayoría muy jóvenes y el resultado a la vista está.


Hay en un par de aulas unas figuras de cera y también una exposición de fotografías muy interesante.

La del centro es la Madrasa Sher Dori, también con buenas sombras en el patio y un par de salas muy adornadas con unos dorados imponentes.

    Solo con la caligrafía árabe y poco más se pueden hacer cosas preciosas, pero es que además dominan muchos oficios artesanales y tienen muy buen gusto.

Aunque hay artículos que se repiten mucho, en todos los comercios encuentras algo original e interesante. Las turistas compran y visten prendas muy bonitas y vaporosas adquiridas en un mercado inagotable.

Mirad la cara de esa niña hecha con grafía árabe. A mí solo me enseñaron lo del 6 y el 4. Jejejeje. Los instrumentos me los llevaría todos.

La de la izquierda es la Madrasa de Ulugh Beg, ya os hablé hace unos días de él, un astrofísico enorme pero mal político. La tónica es parecida a las anteriores. 

También he visto cosas interesantes en los comercios que os muestro en la siguiente composición.

Quiero dedicarle otro apartado a la ropa porque me ha sorprendido mucho. No esperaba tanto y tan buen diseño que es lo que le ha dado fama a la ruta sin duda, más que la producción de la seda.

Visto el Registan, la jornada podía haber terminado y la daría por buena, pero me ha picado la curiosidad saber que hay un par de iglesias ortodoxas además cerca de mi hotel, así es que me he ido andando y no me he podido resistir a hacerme una foto en el monumento a Timur. En el paseo he visto más estatuas colosales pero no me he molestado en saber quienes eran.

Estos son algunos otros edificios de la ciudad que sabéis que me gusta ir recogiendo. El de arriba a la derecha es un centro universitario.

La catedral de San Alexis era la primera y no parece que lo sea por su tamaño. Sin embargo el entorno y la decoración interior son bonitos.

La otra es la de la Resurrección de Cristo, todo un clásico en zonas rusófonas. También muy modesta y sencilla. 

El resto de la tarde lo he dedicado a dibujar la Madrasa Azul de Sivas en Turquía. Una ciudad que incluí en la ruta casi por casualidad y que me gustó mucho. 

Nada más por hoy. Mañana toca ir a Tashkent con la intención de obtener los visados para continuar viaje a la India y Nepal, dos destinos que me atraen sobremanera. Buenas noches a todos.

Nueva Delhi impacta más de lo que creemos.

    Ayer temeroso de que me asaltaran o timaran, sin saber de quien fiarme ni si seguir en la India o irme, y hoy ilusionadísimo con un paqu...