El vuelo de ayer fue estupendo. Era una pequeña compañía de las 400 en las que se dividió Aeroflot cuando cayó la URSS, y parece que aunque no ha tenido incidencias, tampoco ha tenido todos los controles de las compañías europeas. Fui un tanto escéptico pero no tenía otra forma de salir de Georgia.
La experiencia sin embargo fue muy buena, el avión y la tripulación muy bien, el viaje duró una hora, y aunque fue a media noche, lo soporté bien. Ahí veis imágenes de la zona del aeropuerto y ciudad de Tiflis, el inicio tenue del amanecer con la luna y la imagen de Aktau y del avión. También un plano para que me ubiquéis.
Esto son imágenes de mis primeros contactos con la ciudad de Aktau tras una gran siesta.
Una de las formas aquí de homenajear a sus héroes es poner murales en las casas. No es corriente en otros sitios.
Como siempre os paso imágenes de edificios que me han llamado la atención. Aunque os pongo algunos muy altos, no son normales. Más bien suelen ser bloques de 5 o 6 plantas. Como los que tienen los murales.
Como veis las aceras y avenidas son enormes. Yo diría que en alguna parte llegan a los 100 m de ancho.
Este es el homenaje al soldado desconocido. En la Segunda Guerra mundial la URSS entre los años 1941/45 llamo a filas a 1.200.000 kazajos, utilizó los campos de esta tierra obligando a trabajar a mujeres y ancianos para recolectar trigo y otros enseres para las tropas. Introdujo en esta tierra a mucha gente de otras etnias, y todo eso se recuerda en esta llama eterna. Como veis hay un grabado con soldados jóvenes y otro con agricultores mayores y mujeres.
Esta zona es la plaza principal de la ciudad. Los edificios con picos de una sola planta son del gobierno regional, y a eso se añade la imágen a caballo de Taras Shevchenko, un poeta Ucraniano desterrado aquí por el Zar ruso que cobró fama en el S.XIX y es venerado, y la bandera. El lugar es inmenso sin edificios relevantes en su perímetro.
Luego bajé al mar. Llegué justo a la hora del ocaso que no le tiene envidia a ningún otro. No hay playa sino roca en esta parte del Caspio y la gente disfruta andando de allá para acá.
Desde el paseo marítimo hay accesos a las rocas que permiten a la gente moverse. Lo más chocante es no ver torres de edificios junto al paseo sino solares y algún edificio bastante alejado. Si hay cafeterías en algunas zonas.
En fin, otro mundo. Otra experiencia que compartimos. Hay poquísimo turismo. Todas las caras que me cruzo servirían para extras de una peli de Bruce Lee..., y muchas chicas, para bellísimas damas en la corte de Isabel Preisler.
En Kazajistán parece que el blog da problemas. Anoche no pude hacer la entrada, y veremos si esta mañana puedo meterla. Estaré por aquí otras 4 noches. Si no puedo contactar no desesperéis. A lo mejor en Uzbekistán que es el próximo país hay más suerte. Un abrazo a todos y buenos días esta vez.
Vaya pedazo de aventura Miguel. El monumento al soldado desconocido me recuerda mucho al de Varsovia. Pon alguna foto de la comida.
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