Por fin parece que sigo adelante. A ver si cojo otra buena racha que me guíe por el camino de la seda.
Me encuentro muy recuperado ya de las molestias de ayer y afronto con ilusión la jornada de hoy que es para estudiar el destino y evitar más imprevistos.
Parece que no es un destino culturalmente muy interesante pero me he cogido tres noches de hotel para estar relajado y preparar los próximos quince días tranquilamente. El que sea una ciudad marinera siempre es un aliciente.
Lo primero que vuelve a hacer trabajar este coco viejo que tengo es el cambio. Resulta que mil Tenges Kazajstanies es 1,61€. O lo que es lo mismo, por un euro me dan 621 KZT que es la designación en clave de la moneda.
Es sin duda un país barato. Me ha costado 65€ tres noches de hotel con desayuno incluido.
Parece que es un país muy seguro en todos los sentidos, lo cual, sin relajarse, siempre tranquiliza.
Posiblemente me tendré que descargar una nueva app de taxis "Yandex Go" porque Bolt no está muy instalada y el regateo con los taxistas me pone de los nervios porque además no suelen hablar más que ruso y su idioma.
Os contaré más anécdotas y cabilaciones de estos días. La primera es que como veis me fijo mucho porque me atraen sobremanera los edificios. Hay dos profesionales que admiro pero que no podría de ninguna manera haber tenido. Una la de arquitecto. Me parecen alucinantes todas las cosas que veo en las ciudades, y no solo grandes edificios, sino casas, puentes, teleféricos, grandes monumentos. Solo pensar que se me puedan venir abajo me impidediría dirigir esos proyectos. Sería muy conservador al hacer las estructuras y probablemente por tanto poco rentable por así decirlo. Que se me cayera un edificio o un puente y hubiera fallecidos sería el final para mí.
La otra profesión es la de médico. Os voy a contar una confidencia familiar con permiso de mis hermanos. Mi padre fue practicante sanitario de la RENFE. Un día se presentó un compañero en su despacho para que le pusiera una inyección de penicilina sin tener ni idea ambos de que era alérgico. A los 10 minutos de ponérsela había fallecido y mi padre cogió una depresión que no abandonó ya en toda su vida, con más y menos altibajos. A mí me pasaría igual si me ocurre en un quirófano o similares. No sirvo y los admiro.
Venía por lo de mi admiración por los edificios y he querido confesar ambas carencias de mi carácter.
Sabéis que tras recibir las medicinas, mi siguiente objetivo para seguir viajando es controlar mi estómago y no caerme. Bueno pues hay un escalón cerca del hotel donde estoy, pequeño, pero que me trae por la calle de la amargura porque no se ve. He estado a punto ya dos veces..., y mira que voy pendiente porque las aceras y calzadas son muy irregulares y o vas atento o te caes fijo. Además, yo que tuve varias lesiones de rodillas y tobillos en mi juventud, y que tengo los pies cabos por lo que llevo plantillas y zapatos especiales, ando como un zombi. Mis amigos más cercanos dicen que tropiezo en las rayas. Una mala caída sería el final del viaje.
Otra anécdota parece una nadería pero me di cuenta cuando se me acababan las medicinas. Tomo tres tipos de pastillas diarias. Unas van en cajas de 60, otras de 30 y otras, las de la tensión, de 28. En Albacete conforme se consumen me dan otra caja y no afecta el plazo, pero aquí resulta que al pasar los tres meses, me faltan 6 pastillas. Lo he consultado con una amiga médico y en vez de tomarlas cada 24 horas, lo haré cada 36 y esos días intentaré andar más y no tomar nada de sal para compensarlo. Hay que ver las cosas que surgen.
La verdad es que estos días, entre los problemas para seguir viaje y mi bache físico he tenido mis dudas. Hoy con el apoyo y consejos de unos y otros que he recibido, el billete de avion en la mano, y la reserva en Aktau para encarar la vía de la seda, estoy nuevamente animado y con mucha ilusión. Se que serán países complicados pero la gente en general es muy buena y seguro que todo se irá allanando día tras día.
Un abrazo a todos. Mañana ya en Asia Central seguiré contando Dios mediante. Perderé otra hora con lo que tendremos ya tres de diferencia España peninsular y yo. Buenos días aún para vosotros. Yo me voy a comer que aquí ya es hora. Besos y abrazos.
Este es el mejor homenaje que puedo hacer a Georgia, lo que me ha gustado y lo bien que me han tratado.
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