jueves, 31 de julio de 2025

El Museo Savitsky, lo mejor de Nukus.

    Vamos con estos dos últimos días que han sido literalmente pasar del desierto a la "creación" (artística).
    Este es el minibus (marshrutka lo llaman por aquí) donde me dejó mi amigo Rakhat (nombre originario de la región de Karakalpakstan cuya capital es Nukus) para por fin salir del atasco que tuve en el desierto. Esperamos a que se llenara y salimos. Recogíamos gente en el camino, por lo que a veces se superaban las plazas con asiento.
    Comienzan a verse tierras fértiles.

    Como es mi cumpleaños, elijo un buen hotel, una suit, y un buen restaurante, oteo mínimamente el barrio, como y me echo una siesta de pijama y orinal que diría mi padre.

    Dos horas después y en pijama, llamada de recepción (se habían quedado con mi pasaporte para registrarme en Interior que aquí es obligatorio). "Puede bajar a recepción?". Mientras me visto, segunda llamada "está usted bajando?". Mis pensamientos: "La policía", pero cuando se abre el ascensor me encuentro esto. Mis hijos me han mandado un ramo de rosas y los empleados del hotel con una tarta y una vela entonando el "Cumpleaños feliz". 

Demasiado para mi cuerpo. Eso y las innumerables felicitaciones que recibí hicieron que durante todo el día me sintiera feliz de verdad y acompañado. Gracias a todos,... Y un pescozón para mis hijos. Jejeje...!!
    El resto de la tarde lo dediqué a terminar el dibujo del mosaico romano de Éfeso que tenía a medio.

    Ya hoy día 31 de julio, tres meses justo desde mi salida de Albacete, camino del Museo de Igor Savitsky, joya de la corona de la ciudad, fotografio algunos edificios.


    Este es el famoso Museo de pintura Igor Savitsky que ya me aconsejara Rakhat y que os voy a contar ya que merece la pena pararse un poco. 

    Predominan los tonos pastel en las obras y los colores vivos. El edificio es amplísimo, con muchas y enormes salas muy originalmente distribuidas y una temperatura e iluminación ideales. Lo primero que os enseño son las imágenes todos esperáis de camellos, zocos, gente tomando un té,...

    Lo segundo son escenas de trabajos forzados. Incluso en este siglo los ha habido en la recogida del algodón del que son grandes productores en toda Asia Central. Hay marcas que han vetado esta procedencia por ese motivo y las ONG están aún tras la pista de actividades prohibidas. 

    Lo siguiente son edificaciones y paisajes a los que las fotos sinceramente quitan encanto. Me he sentado innumerables veces en las bancadas que hay a contemplar esos colores y la sencillez y belleza de algunas obras.

    Mirad que caras y que escenas. No son para echarles tiempo?. 

    Y sino estos personajes. Como veis, hasta una versión de Don Quijote y Sancho tienen.
 

    Estos son los bodegones que más me han gustado de una oferta mucho más amplia.
    
    De estos, los cuatro más pequeños y el de la señora de rojo son autorretratos y los otros tres unos maravillosos óleos que os he seleccionado. Os gustan, verdad?. 

    Terminamos el breve repaso, porque la exposición es muy grande, con alguna escultura, todas en madera, y algún cuadro más que no he sabido clasificar y que también me han gustado. 
.   En cuanto al toro, es el símbolo del Museo. Representa el terror ante el estalinismo y el fascismo de la época. Los colores azulados y grises son el miedo; en un cuerno lleva pintadas banderas nacis y de empresas estalinistas y los ojos redondos, negros y vacíos son dos cañones de fusil que nos apuntan. En resumen es una crítica al avance de las ideologías totalitarias del siglo XX. 

    Impresionado por el Museo me he acercado a la mezquita de la ciudad que está en las afueras, junto al río Samu Daria que nace en las montañas del Pamir y desembocaba en el mar Aral (una de las mayores aberraciones ecológicas de la zona). Actualmente su cauce es derivado para los regadíos de la zona. El tipo de mezquita como veis cambia en lo meramente estético respecto a lo visto hasta ahora. 

    Por dentro es muy diáfana y sencilla. Había algo más de cien fieles siguiendo las oraciones del imam. Me ha gustado mucho la finura del minarete.

    Y ya de vuelta a comer me he pasado por el bazar central que es enorme aunque con pocas dotaciones, techos de chapa en naves, muchas de ellas sin paredes y condiciones higiénicas de baja calidad, pero con un movimiento exagerado. Otra vez he sido objeto de muchas miradas mientras me entretenía haciendo fotos. 
    Quiero comentar que la gente aquí viste muy parecida a nosotros, y que las mujeres lo hacen con unos vestiditos muy finos parecidos a los ibicencos y con unos estampados que me parecen de muy buen gusto en general. A los precios que está todo, este sería el paraíso para muchas de nuestras chicas. Lo intento mostrar en la primera composición, aunque no he seleccionado lo suficiente porque la mayoría eran de mediana edad, y lo que digo se aprecia especialmente en las jóvenes.

    En el bazar hay abundancia de todo lo que os podáis imaginar.

    La ciudad la he dado por vista a mediodía. Mañana daré un paseo pero en el plano que me han dado no aparecen muchas más cosas de interés, y en la oficina de información me han dicho que no hay programación cultural ni musical a la vista.
    Mi objetivo va a ser preparar viaje y alojamiento a Jiva, ya una de las joyicas de la ruta de la seda. Veremos a ver. 
    Buenas noches. 

miércoles, 30 de julio de 2025

Beineu - Kungrad, otro viaje en tren para no olvidar.

    Estás últimas etapas son más de contar cosas que de mostrar imágenes. Antes de ayer me voy a la estación de tren a las 9 de la mañana como me dijo la señora. Estoy el segundo en la cola. El primero ha salido un momento y nos llaman. Hay billetes!!. 
    Cuando voy a pagar saco la tarjeta y me dice la chica que solo efectivo. Son 19.000 tenge (30 €) y como pensaba pagar con tarjeta y cambiar de país, solo me quedan 14.000 (22 €). La chica me dice que me lo guardan, que vaya al cajero.
    En ese pueblo todos los edificios son iguales. No se distingue un banco de una mercería o una tienda de ropa, y no hay escaparates. Solo letreros enormes ininteligibles. Le suplico a la chica que me acompañe, me mete en el coche con su marido que la estaba esperando y me acercan a un banco. 
    A todo esto, me dice que me deje las maletas en una sala llena de gente, y allí se quedan. Cuando vuelvo, me dan el billete, y las maletas siguen allí. 
    Faltan cinco horas para que pase el tren. Me voy a desayunar y posteriormente comer en un café. Allí coincido con Marco, un suizo treintañero que lleva un mes en moto desde su casa, la va a subir al tren porque no tiene otra forma de pasar la frontera y quiere seguir hasta Mongolia y no sabe si a Japón también. 
    Llega el tren, también solo literas comunicadas entre si, viene lleno. La IA me ha traducido mal el número de litera y busco la 61 cuando el vagón solo tiene 54. Paseo pallá y pacá sorteando gente. Están todos sentados en las literas de abajo porque va a subir la guardia aduanera de Kazajistán a sellar pasaporte y revisar equipajes. Soy el único occidental. Y centro de todas las miradas. Marco viaja en otro vagón.
    Como no me entero de las órdenes que dan los militares, cuando me toca, todas las miradas me hacen un gesto y para allá que voy.
    Han pasado dos perros policía por todo el vagón. Las únicas maletas que abren son las mías. Sin sobresaltos.
    Arrancamos tras dos horas parados a 33 grados y sin aire. Me sorprende que no hay malos olores en el vagón. Los he visto peores en España en mis años mozos.
    Tras algo menos de una hora entramos en Uzbekistán y nueva parada aduanera, esta vez del nuevo país. El militar habla inglés y bromea conmigo. Aquí revisan uno a uno cada bulto. No os podéis imaginar. Como en los puestos de ropa de ocasión de los invasores.
    En algo más de una hora nos ponemos en marcha.
    Nada más bajar los militares suben unas quince mujeres y algunos hombres al tren vendiendo de todo. Ropa, comida, agua fresca, cuchillos, bisutería,... Y lo más importante para mí. Una chica con un fajo de billetes que no le cabe en la mano cambiando Tenges a Soms. Me viene genial y me da un cambio mejor del que esperaba. 
    Los vendedores se vinieron en el tren las siguientes 7 horas sin dejar ni por un momento de patearse todo el tren.
    Hablo con el jefe del vagón a ver si me deja seguir hasta Nukus pagando la diferencia y me dice que imposible. Aún no entiendo porqué no me dieron billete hasta allí pasando el tren. Debe de ser un acuerdo entre los países.
    Llegamos a las dos de la mañana sin cobertura hasta unos pocos kilómetros antes pero ya controlando con algún pasajero y el jefe del vagón cual era la parada. 
    Me habían asignado una litera alta y yo ya no me puedo subir. Lo explico con gestos y me hacen sitio abajo y en lo que pueden me acomodan. Son todos muy buena gente.
    En Booking no hay hoteles en Kungrad. La IA me facilita un teléfono, les pongo un WhatsApp y me dicen que hay habitaciones y que me recogerán en la estación.
    A partir de ahí, todo facilidades. El cambio de Kazajistán a Uzbekistán es sideral. Vuelves a tenerlo todo mucho más fácil.
    El dueño del hotel en Kungrad es otro de los ángeles de este viaje. Me recoge en la estación a las 2 a.m., y por la mañana en el desayuno viene a sentarse a mi mesa y lo primero que me dice es si necesito ayuda. Le digo que quiero ir a Nukus, y me dice que me llevará con tiempo a la estación de autobuses y que puedo elegir entre minibus y taxi a distintos precios. Nos pasamos una hora conversando los dos sobre nuestras familias y vida y al final me lleva a la estación media hora antes de salir el marshrutka y me pone en ruta hacia Nukus, una ciudad ya con todos los recursos y enlaces. 
    Ahí tenéis el vagón del tren, los tocados que llevan las kazajss, mi espera al aire libre bajo una chapa que Dios sabe a cuánto estará, y ese billete ininteligible que os contaba.

    En esta otra la simpática decoración del hotel de Kungrad en el que me encontré tan bien acogido por mi amigo, un militar retirado. Le dije sin saber lo que me esperaba que él había sido mi mejor regalo de cumpleaños y nos abrazamos contentos de habernos conocido.

    Luego os cuento mi cumpleaños en otra entrada, que esta ya tiene miga suficiente. 
    Feliz 31 de julio a los que estáis levantandoos.


lunes, 28 de julio de 2025

Beineu, un cuello de botella inesperado.

    Al final encontré la ventanilla de la estación de tren, quien lo diría, en una especie de nave con una puerta de chapa.
    Pero lo peor, no sé si porque estamos a finales de julio, es que se ha convertido en un cuello de botella. No hubo forma ayer y esta noche de encontrar un billete. Por internet ni desde España ni desde aquí fué posible. Confiaba en que me dieran uno en la estación, pero tampoco hubo suerte. Incluso a las 3 de la mañana que pasaba el tren, pregunté a los encargados de los vagones (cada enganche lleva un responsable con su pequeño despacho) si llevaban hueco y podía pagarles a ellos el trayecto, y uno a uno me dijeron que no.
    Luego me esperé a que amaneciera para buscar un taxi o marshrutka que me lleve a la frontera, pero no los encontré, así es que noche en blanco y vuelta al hotel. 
    Una cosa no está mal y es que las comidas no usan picante como en otros sitios y son más agradables.
    Cosas a aprender. Que estas zonas más complicadas y que no aportan hay que evitarlas. Hay que dar de vez en cuando un saltico en avión y no perder el flujo de turistas. 
    Por lo pronto cuando llegue al este de Uzbekistán, para seguir viaje posiblemente coja un avión (evito Pakistán y el oeste de China) para llegar a Nepal, y desde allí estoy decidido a contratar un tour por el norte de la India y no ir a mi bola. 
   Hay una cosa que he comentado con los más allegados y quiero pasar por el blog. Hay dos tipos de reacciones de la gente que no comprendo porque en general todo el mundo colabora y me ayuda. Y, si cabe, cuando saben que soy español, más aún, pero en algunos casos, o llevan la conversación por otros derroteros, no sé porqué, o se desentienden con un gesto. He llegado a la conclusión de que es gente que no sabe leer y o bien no lo reconocen y siguen la conversación por donde les parece, intentando ayudar pero sin saber lo que yo digo y pido, o al ver el texto del traductor, simplemente se apartan. No les pasa a los jóvenes que posiblemente todos lean. He aprendido que el traductor también puede hablar y eso ayudará.
    Como hay poco que ver y contar por aquí, os paso unas fotos inconexas que os cuento.


    En la primera, dos comensales en el restaurante del primer día comen descalzos y con el pié derecho ambos encima del sofá. 
    La segunda es un monumento más a los kazajos que sufrieron los avatares de la Segunda Guerra Mundial (1941/45). 
    La última es una estatua que he visto esta mañana de vuelta al hotel de una cazaja y su hijo. No he llegado a saber quién es.
    Y el dibujo es un recuerdo que he hecho de una foto en Esmirna en la Plaza de la República que representa a la caballería de Ataturk liberando la ciudad de los griegos. 
    Espero tener pronto mejores noticias y contaroslas. No hace demasiado calor y el hotel es agradable. 
    Buenos días España!!.

    

domingo, 27 de julio de 2025

En Beyneu (Kazajistán) el blog se vuelve a activar.

    Ha costado encontrar la solución pero la inteligencia humana sigue superando a la artificial y ha sido mi yerno Dani quien detectó el problema y me ha dado la solución.
    La IA no dejaba de darle vueltas a la saturación de algún archivo en mi móvil, o la no actualización de alguna app que lo produjera, y Dani pensó que podía ser una censura de país salvable ubicando mi aparato en un servidor europeo.
    Esta mañana he instalado ProtosVPN que me ha conectado con un servidor holandés, y problema resuelto. Las dos entradas anteriores están publicadas y a disposición.
    Kazajistán está siendo un país complicado por varias razones. La primera el idioma. Casi nadie habla más que kazajo y ruso, y además, como soy rara avis, intentan que haga cosas distintas de las que me propongo y llevan las conversaciones a distintos sitios de donde yo quiero ir. En fin, que me siento un extraterrestre y me cuesta elegir comidas, localizar cosas, etc.
    Otro problema son las distancias. Aquí la planificación es a la rusa y todo es amplísimo y está lejísimos. Y como en muchos sitios no hay cobertura porque es, al menos la zona en la que me he movido, un desierto, me da miedo que me lleve un taxi, y cuando quiera volver, no tenga cobertura y no encuentre quien me recoja.
    El viaje de ayer de Aktau a Beyneu es la prueba evidente de todo lo que digo. Las webs de viajes no dan opción de sacar billetes a ciudades intermedias, solo de origen a destino del convoy. Para quedarte a medio tiene que ser en la estación. Cuando llegué a la estación de Aktau (que está a 20 km de la ciudad, en medio del desierto), había unas quinientas personas y un barullo de miedo. Pensé que no encontraría billete. Cuando la chica me lo dió respiré profundo. Era un tren enorme solo con literas que se suponía que tardaría 7,30 horas en hacer los 310km míos pero que viajaría toda la noche con quien fuera hasta el final. Cuando arranca, todo el mundo se mete en la cama y baja la persiana. Solo va abierta la mía. Mis compañeros tuvieron mucha paciencia. Al salir de la estación se va la cobertura que solo vuelve en sitios muy esporádicos, en alguna parada pero no en todas. Una de mis grandes dudas es si sería puntual, porque sino, al no tener cobertura, o me ayudaba alguien, o me bajaba antes o después, y no al lado porque paraba cada hora y media o dos horas. Al final fue puntual, yo controlé ubicación y horario en los sitios que pude, y un hombre de mi edad me fué confirmando y ayudando a seguir la ruta. Un día bastante duro psicológicamente.
    Estas son las fotos del viaje. Desierto, caballos, algún camello y alguna vaca con sus terneros, postes de la luz sin cables y desierto.


    En Beyneu la parada es mas larga y se baja todo el mundo del tren. Un trasiego increíble que no me permite localizar la ventanilla de billetes para sacar el de dos días después. Pregunto a agentes y viajeros y un agente se empeña en que vuelva a subir al tren si quiero ir adonde le comento que pienso ir dos días más tarde que es por lo que busco la ventanilla de venta.
    Total, un despropósito tras otro. Me pasa por salirme de las rutas más turísticas. 
    Beyneu es un pueblo de 40.000 habitantes de casas bajas como las de nuestros pueblos y con pocos atractivos. Un lugar de paso que escogí para no tirarme un día entero con su noche correspondiente en el tren ni coger un avión. También es cierto que el tren me gusta y quería echarle un vistazo a esta zona tan poco turística.
  Ahí os pongo lo más llamativo que he encontrado en mi breve paseo de ayer. 


    En los espacios sin actividad me ayuda a relajarme y pasar el tiempo el dibujo. Ahí tenéis una versión naif del interior de Hagia Sofía de Estambul.

He estado a punto de coincidir con Antonio Yébenes y Elisa Belmonte que están en una boda de una alumna de ella en Kazajistán pero nos separan 2.500 km en este grandísimo país. Ellos están casi en la punta este, cerca de China y yo en el oeste, nada más pasar el Caspio. Me hubiera encantado compartir la fiesta y darles un abrazo, pero no ha podido ser. 
    Mirad que pintas, él de kazajo y yo con el gorro que me compré en Georgia. 
    Voy a ver si encuentro un tren, a ser posible mañana, que me lleve a Nukus, en Uzbekistán y en un par de días enlazo con las joyas de la ruta de la seda, Jiva, Bujara y Samarcanda. 
  Seguiré contando. Un abrazo. 

sábado, 26 de julio de 2025

Un "faro" muy peculiar el de Aktau.

    Efectivamente, ahora lo veréis, las distancias son tan grandes aquí y hace tanto calor que hay que programar pocas visitas y a última hora.
    Hoy pretendo ver ese faro tan original y acercarme a algún mirador a contemplar el atardecer con más calma que ayer.
   
    Empezamos viendo casas, en este caso de ricos, situadas en las afueras de la ciudad en la zona de los acantilados y playas -de roca-.

    Estos dos tipos de bloques son los que abundan en toda la planificación que se hizo por parte de la Unión Soviética. En los altos ponen murales homenajeando a determinados personajes nacionales e incluso locales y los bajos son como las grilleras o los barrios marginales de Albacete. Veréis que entre los murales hay uno dedicado a una mujer. Me ha encantado verlo.

    Y aquí tenéis el famoso faro. No me digáis que no es original. Incrustado en un bloque de viviendas. No he investigado pero me da que será único en su especie.

    La llegada a los acantilados ha costado porque las casas de los ricos no dejan acceder, pero al final ha aparecido el modo. Hay una pasarela de menos de tres metros de ancho por abajo sobre las rocas a modo de paseo marítimo. Veis que las mozas van a hacerse fotos. Una lleva uno de esos tocados que mencionaba ayer. Los hacen con mucho estilo.

   Un poco más adelante si que he bajado ya cerca del agua y he disfrutado de este atardecer. Precioso el mar Caspio mirando hacia España desde aquí en el crepúsculo. 

    De vuelta para casa en un parque había esta gran estatua que parece arrullar a los niños que se solazan a sus pies. 


    Y no quería dejar de comentaros esta otra foto con la imagen de estos niños en una chapa a tamaño natural reforzando el paso de cebra. Me ha parecido una gran idea. 
    

En fin, sigo sin poder publicar las entradas de ayer y hoy. Me están intentando echar una mano desde Albacete. Veremos que pasa. Buenas noches. 

Aktau (Kazajistán) es otro mundo. con muchas reminiscencias soviéticas.

    Todo es diferente en Aktau, grandes espacios, grandes avenidas, las calles y avenidas no tienen nombres sino números y están clasificadas por distritos, no hay centro histórico sino todo nuevo. En resumen, planificación soviética cien por cien. 
    
    El vuelo de ayer fue estupendo. Era una pequeña compañía de las 400 en las que se dividió Aeroflot cuando cayó la URSS, y parece que aunque no ha tenido incidencias, tampoco ha tenido todos los controles de las compañías europeas. Fui un tanto escéptico pero no tenía otra forma de salir de Georgia.
    La experiencia sin embargo fue muy buena, el avión y la tripulación muy bien, el viaje duró una hora, y aunque fue a media noche, lo soporté bien. Ahí veis imágenes de la zona del aeropuerto y ciudad de Tiflis, el inicio tenue del amanecer con la luna y la imagen de Aktau y del avión. También un plano para que me ubiquéis.

    Esto son imágenes de mis primeros contactos con la ciudad de Aktau tras una gran siesta. 

    Una de las formas aquí de homenajear a sus héroes es poner murales en las casas. No es corriente en otros sitios.

Como siempre os paso imágenes de edificios que me han llamado la atención. Aunque os pongo algunos muy altos, no son normales. Más bien suelen ser bloques de 5 o 6 plantas. Como los que tienen los murales.

    Como veis las aceras y avenidas son enormes. Yo diría que en alguna parte llegan a los 100 m de ancho.

    Este es el homenaje al soldado desconocido. En la Segunda Guerra mundial la URSS entre los años 1941/45 llamo a filas a 1.200.000 kazajos, utilizó los campos de esta tierra obligando a trabajar a mujeres y ancianos para recolectar trigo y otros enseres para las tropas. Introdujo en esta tierra a mucha gente de otras etnias, y todo eso se recuerda en esta llama eterna. Como veis hay un grabado con soldados jóvenes y otro con agricultores mayores y mujeres.

    Esta zona es la plaza principal de la ciudad. Los edificios con picos de una sola planta son del gobierno regional, y a eso se añade la imágen a caballo de Taras Shevchenko, un poeta Ucraniano desterrado aquí por el Zar ruso que cobró fama en el S.XIX y es venerado, y la bandera. El lugar es inmenso sin edificios relevantes en su perímetro.

    Luego bajé al mar. Llegué justo a la hora del ocaso que no le tiene envidia a ningún otro. No hay playa sino roca en esta parte del Caspio y la gente disfruta andando de allá para acá.

    Desde el paseo marítimo hay accesos a las rocas que permiten a la gente moverse. Lo más chocante es no ver torres de edificios junto al paseo sino solares y algún edificio bastante alejado. Si hay cafeterías en algunas zonas.

    En fin, otro mundo. Otra experiencia que compartimos. Hay poquísimo turismo. Todas las caras que me cruzo servirían para extras de una peli de Bruce Lee..., y muchas chicas, para bellísimas damas en la corte de Isabel Preisler.
    En Kazajistán parece que el blog da problemas. Anoche no pude hacer la entrada, y veremos si esta mañana puedo meterla. Estaré por aquí otras 4 noches. Si no puedo contactar no desesperéis. A lo mejor en Uzbekistán que es el próximo país hay más suerte. Un abrazo a todos y buenos días esta vez. 

martes, 22 de julio de 2025

De Tiflis (Georgia) a Aktau (Kazajistán).

 Por fin parece que sigo adelante. A ver si cojo otra buena racha que me guíe por el camino de la seda.

  Me encuentro muy recuperado ya de las molestias de ayer y afronto con ilusión la jornada de hoy que es para estudiar el destino y evitar más imprevistos. 

  Parece que no es un destino culturalmente muy interesante pero me he cogido tres noches de hotel para estar relajado y preparar los próximos quince días tranquilamente. El que sea una ciudad marinera siempre es un aliciente.

  Lo primero que vuelve a hacer trabajar este coco viejo que tengo es el cambio. Resulta que mil Tenges Kazajstanies es 1,61€. O lo que es lo mismo, por un euro me dan 621 KZT que es la designación en clave de la moneda. 

  Es sin duda un país barato. Me ha costado 65€ tres noches de hotel con desayuno incluido.

  Parece que es un país muy seguro en todos los sentidos, lo cual, sin relajarse, siempre tranquiliza. 

  Posiblemente me tendré que descargar una nueva app de taxis "Yandex Go" porque Bolt no está muy instalada y el regateo con los taxistas me pone de los nervios porque además no suelen hablar más que ruso y su idioma. 

  Os contaré más anécdotas y cabilaciones de estos días. La primera es que como veis me fijo mucho porque me atraen sobremanera los edificios. Hay dos profesionales que admiro pero que no podría de ninguna manera haber tenido. Una la de arquitecto. Me parecen alucinantes todas las cosas que veo en las ciudades, y no solo grandes edificios, sino casas, puentes, teleféricos, grandes monumentos. Solo pensar que se me puedan venir abajo me impidediría dirigir esos proyectos. Sería muy conservador al hacer las estructuras y probablemente por tanto poco rentable por así decirlo. Que se me cayera un edificio o un puente y hubiera fallecidos sería el final para mí.

  La otra profesión es la de médico. Os voy a contar una confidencia familiar con permiso de mis hermanos. Mi padre fue practicante sanitario de la RENFE. Un día se presentó un compañero en su despacho para que le pusiera una inyección de penicilina sin tener ni idea ambos de que era alérgico. A los 10 minutos de ponérsela había fallecido y mi padre cogió una depresión que no abandonó ya en toda su vida, con más y menos altibajos. A mí me pasaría igual si me ocurre en un quirófano o similares. No sirvo y los admiro. 

  Venía por lo de mi admiración por los edificios y he querido confesar ambas carencias de mi carácter.

  Sabéis que tras recibir las medicinas, mi siguiente objetivo para seguir viajando es controlar mi estómago y no caerme. Bueno pues hay un escalón cerca del hotel donde estoy, pequeño, pero que me trae por la calle de la amargura porque no se ve. He estado a punto ya dos veces..., y mira que voy pendiente porque las aceras y calzadas son muy irregulares y o vas atento o te caes fijo. Además, yo que tuve varias lesiones de rodillas y tobillos en mi juventud, y que tengo los pies cabos por lo que llevo plantillas y zapatos especiales, ando como un zombi. Mis amigos más cercanos dicen que tropiezo en las rayas. Una mala caída sería el final del viaje.

  Otra anécdota parece una nadería pero me di cuenta cuando se me acababan las medicinas. Tomo tres tipos de pastillas diarias. Unas van en cajas de 60, otras de 30 y otras, las de la tensión, de 28. En Albacete conforme se consumen me dan otra caja y no afecta el plazo, pero aquí resulta que al pasar los tres meses, me faltan 6 pastillas. Lo he consultado con una amiga médico y en vez de tomarlas cada 24 horas, lo haré cada 36 y esos días intentaré andar más y no tomar nada de sal para compensarlo. Hay que ver las cosas que surgen. 

  La verdad es que estos días, entre los problemas para seguir viaje y mi bache físico he tenido mis dudas. Hoy con el apoyo y consejos de unos y otros que he recibido, el billete de avion en la mano, y la reserva en Aktau para encarar la vía de la seda, estoy nuevamente animado y con mucha ilusión. Se que serán países complicados pero la gente en general es muy buena y seguro que todo se irá allanando día tras día. 

  Un abrazo a todos. Mañana ya en Asia Central seguiré contando Dios mediante. Perderé otra hora con lo que tendremos ya tres de diferencia España peninsular y yo. Buenos días aún para vosotros. Yo me voy a comer que aquí ya es hora. Besos y abrazos.

    Este es el mejor homenaje que puedo hacer a Georgia, lo que me ha gustado y lo bien que me han tratado. 


lunes, 21 de julio de 2025

El miércoles vuelo a Aktau (Kazajistán).

     La buena racha que llevaba hasta aquí se cortó de una pero parece que la voy a volver a enderezar.

    A la imposibilidad de entrar por tierra en Azerbaiján se sumó el que no hubiera ni un vuelo con plazas de los más de 120 que van a operar en los próximos quince días.

    Hoy quería haber dedicado el día a buscar una salida aunque implicara olvidarme de Azerbaiján.

    Anoche sin embargo me sentó mal la cena y estuve vomitando la mitad de la madrugada. La otra mitad tuve una arritmia que por suerte pude resolver con medicación, pero entre ambas cosas estaba esta mañana hecho unos zorros.

    Esta es la vista desde mi cama en el hotel. La madre Georgia que creo que me ha protegido, además de comer en todo el día solo zumo de limón, arroz blanco y manzana de dieta.


Tengo la suerte de tener grandes amigos que apoyan el viaje y que siempre están ahí. En este caso, mientras yo dormitaba, el amigo David Espejo y su mujer Alicia han estado en un buscador barajando opciones para salir de Georgia hacia Kazajistán o Uzbekistán y cuando me he espabilado me han pasado la única posible. Que grandes!!
Pasado mañana miércoles a las dos y algo de la madrugada hay un avión que cruza el mar Caspio en una hora y poco y me llevará a Aktau. Es lo único que han encontrado. Es lo único que hay salvo que te gastes un pastón y te vayas a Estambul a coger otros enlaces.
En fin, me encuentro mejorcico y ya estoy pensando en que aunque pase una mala noche, continuaré viaje. Reservaré otras tres a orillas del Caspio y espero terminar allí la recuperación.
Las ultimas horas de la tarde las he dedicado a dibujar un poco. Resulta que en Plovdiv (Bulgaria) uno de los tours más celebrados de la ciudad es la ruta de los murales y/o grafitis. Éste que he mal copiado es de Bozhidar Simeonov, alias BOSKO, uno de los de más renombre. 
Está en toda la pared del Teatro Dramático de Plovdiv y me encantó. 


Original 

Copia 

Con esto me despido hasta mañana, día para terminar de recuperarme y viajar de nuevo.
Al final Azerbaiján lo voy a descartar. No me merece la pena volver hacia atrás después del tiempo perdido con tanto impedimento. Cogeré la ruta de la seda al otro lado del Caspio. Y eso que me apetecía mucho tanto Bakú como Sheki sobretodo (una de las mejores perlas dicen de dicha ruta de la seda). El hombre propone y Dios dispone. 
Buenas noches. 

domingo, 20 de julio de 2025

Aún en Tiflis. La cosa se complica para llegar a Asia Central.

   Este es el aeropuerto de Tiflis donde me he vuelto a tropezar con la cruda realidad.


 Ayer tras el fiasco en la frontera de Lagodekhi en la que me volvieron, me cogí un apartamento junto a la parada de bus que lleva al aeropuerto para esta mañana ir pronto y coger el primer o segundo vuelo a Bakú.

    Bueno pues en las oficinas de Azerbaiján Airlines me dicen que están todos los vuelos de los próximos quince días llenos (hacen 8 o 9 diarios). Que mire en Turkish Airlines a ver si consigo un billete Tiflis-Estambil-Bakú. En Turkish Airlines me dicen que si pero que vale 1.200 $. Me he quedado de piedra como podéis imaginar. 

     Tras el primer bajón, he asumido la situación y he empezado a buscar soluciones. Tres se me ocurrían: Ir a las Embajadas Española y Azerí. Buscar en Tiflis una Agencia de viajes que pueda pasar viajeros a uno y otro lado de la frontera. Y por último olvidarme de Azerbaiján y buscar vuelos a Kazajistán o Uzbekistán y desde allí evaluar si vuelvo a Bacú si fuera posible, o si continúo por la ruta de la seda.

     En la comida le he preguntado a la señora del restaurante "Casa José" (tras explicarle la situación) que como conoce al embajador, si tenía confianza con él como para que me recibiera mañana. Ella, ni corta ni perezosa ha cogido el teléfono y me ha puesto al habla con él.

    El embajador me ha dicho que me olvide, que cerraron las fronteras terrestres en la pandemia y que solo han vuelto a abrir la entrada por el aeropuerto. Que él lo ha intentado en viaje no oficial y no le han dejado. Y que tampoco mire en agencias, que solo entra gente por el aeropuerto y que si no hay vuelos, que intente ir a Kazajistán y sobretodo Uzbekistán, y que una vez allí, si quiero, es posible que encuentre billetes para Bacú, y sino, que esos dos países tienen mucho que ver y que me olvide del otro.

    En fin, con la cabeza como un bombo, y puesto que es domingo, he decidido dedicar la tarde a dibujar, y mañana con más calma, estudiar compañías y vuelos así como aeropuertos más cercanos a Georgia, porque las capitales de los mencionados países están ambas muy al este, y los países son enormes. Este es mi trabajillo relajante de esta tarde. 

    Me he vuelto a coger una habitación en el primer hotel en que estuve, que es muy familiar, está bien ubicado y tengo el restaurante español, y mañana a trabajar en el tema. No hay otra.

    Esta mañana me agobié un poco. Ahora estoy tranquilo y con ganas de echarle unas horas y resolverlo. Me da un poco de palo lo que me ha dicho el embajador de que busque los billetes por internet, que serán más baratos y tendré más ofertas. No soy ducho en los temas informáticos aunque voy progresando. Veremos si soy capaz o me voy a una agencia. Deseadme suerte. Hasta mañana. Buenas noches. 

    

sábado, 19 de julio de 2025

Azerbaiján me da un portazo en todos los morros.

     Y lo peor es que no me lo esperaba ni nadie me avisó.

    La IA, como ha hecho siempre que he cambiado de país, me dijo que pasara la frontera por Lagodekhi. Y además me dijo que el marshrutka me dejaría en el lado georgiano y que tendría que ir andando unos 500 m hasta Azerbaiján. Eso me pasó también al pasar a Montenegro así es que no me extrañó.

    El del marshrutka que sabía que iba a cruzar a Azerbaiján y seguro que también que estaba cerrada, me dejó en el puesto de guardia donde un policía georgiano me dijo que la frontera llevaba meses cerrada pero solo para extranjeros que quisieran pasar andando. Los trailers y otros vehículos pasaban sin problema.

    Todavía no lo entiendo. Volví al pueblo a 5 km a ver si alguien que fuera a pasar en coche o algún marshrutka pagándole más me pasaba. Llevaba la explicación de la situación escrita en inglés y en ruso. En seguida un taxista me dijo que me llevaba pero no había leído todo o no había entendido nada porque se repitió la situación.

    Total, como todos dicen que me vaya al aeropuerto que entrando en avión no hay problema, me he vuelto a Tiflis con el rabo entre las piernas y un cabreo de aquí te espero.

    Los del hotel de Sheki me han cambiado las fechas sin problema, he cogido un apartamento junto al bus que me llevará mañana al aeropuerto, cogeré una habitación en Bakú para una noche y pasado mañana espero llegar a Sheki.

    He estado a punto de saltarme Azerbaiján pero me niego a que un contratiempo cambie mis planes, así es que en esas estamos.

    El viaje de ida fue muy ilusionante, acercándome al Gran Cáucaso y pensando que iba a un pueblo de montaña y que iba a necesitar una rebeca por las noches. También como veis he cruzado amplias planicies antes con mucha viña y cultura vinícola. 


A media tarde estaba en Tiflis, me he duchado y me he acordado de que hay un club de jazz con música en vivo. Estoy en él tomando algo. De camino me he encontrado estos edificios. Un poco más tarde subiré también alguna foto del evento. 


    Un grupo muy joven pero buenísimo. Trío clásico de piano, contrabajo y batería. No me he enterado de cómo se llaman al ser una palabra georgiana para mí ininteligible. El club se llama "1984 Jazz Club".


    El día termina mucho mejor. 
    Pelillos a la mar. 
    Buenas noches. 

Me creo que si hubo un Paraíso en la Tierra estuviera en Bali.

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