Y me da pena irme de aquí aunque lo que viene creo que va a ser muy bueno. Si la belleza, dinamismo, exuberancia y variedad de la isla en los primeros cuatro días me agradaron sobremanera, el relax, el hotel, la playa, la piscina, las atenciones del personal, la comida,...de los dos últimos días han sido el complemento perfecto.
Esta mañana entro en ese comedor a desayunar un buffet magnífico por una pasarela con peces, nenúfares y música balinesa en esos instrumentos de bambú. Elijo unas frutas muy ricas, algunas jamás vistas anteriormente, zumo, pasteles exquisitos, algún embutido, un pescado crudo que repito y té.
Mirad que cosas hacen de bambú. Bueno, ese mueble es una minucia.
Luego me voy a lo que aquí llaman la piscina infinita junto al océano. Al entrar hay esas cajitas de hoja de palma con incienso que normalmente utilizan para agasajar a sus dioses en el templo. Esas dos caras son para indicar cuál es el servicio masculino y el femenino. A ver si adivináis cual es cual.
El primer baño ha sido eterno. Os diré que al mismo tiempo quería irme a la playa a andar y no quería salir de la piscina. Como se come eso?. Jejejeje. Al final por esa escalera bajo a pasear y ver lo que me encuentro. Hace una mañana nublada excepcional porque no hace mucho calor y corre un poco de brisa.
Lo primero que me encuentro son zonas para hacer surf. En ellas no se permite el baño. Unas son para profesionales y otras para dar clases a los novatos. Hay muchos negocios para eso.
También los perros y sus amos campan a sus anchas. No molestan porque los espacios son amplísimos.
Las instalaciones de hamacas y chiringuitos abundan. El mar devuelve a la orilla ofrendas que entiendo que se lanzaron al agua con las cenizas de alguien difunto.
Hay gente de todas las edades y orígenes. Mucho chino y/o japonés. El reflejo de la gente permite hacer unas fotos preciosas. La cometa es volada por el niño de la foto de abajo ante la mirada de su padre orgulloso.
En una zona más habitada lejana ya del hotel hay esculturas, ambiente de pubs con centenares de motos y anuncios de música en vivo y danza del fuego a media tarde. Como estaré de a gusto que no me voy a mover del hotel.
Algunas hamacas como veis son realmente confortables. Os adjunto el menú de cócteles que me han dado en la piscina. Merece la pena traducir los primeros. Solo de leer lo que llevan apetece tomarse uno. Los siguientes son ya más habituales en España.
Y por último vuelvo a la piscina y me baño unas cuantas veces más. Me tomo un Ulun Dani (tequila, sirope de tamarindo, jugo de lima y albúmina) y con mucho pesar me voy a comer tras dejar pasar una lluvia suave.
Por cierto el lavabo de caballeros es el que tiene la cofia por encima de las orejas. A las chicas le sigue cayendo por detrás.
En fin, Adiós Bali, Adiós Indonesia, adiós Asia. Hola Australia. Mañana tocan cinco horas y media de avión hasta Brisbane, que está en medio de la costa oriental. El país es enorme y las mayores atracciones Sydney y Melbourne están en el sur. Mañana haré de una tacada 4.500 km. Aquí me preocupaban los mosquitos. En Australia hay arañas y serpientes de picadura mortal. Vamos mejorando.
Nada más por hoy. Buenas tardes a los que os estáis levantando de la siesta..., y a los trabajadores también. Un abrazo.
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