Como empieza a ser costumbre, lo primero es visitar la iglesia de mi barrio. Es la Mezquita de Lari, médico persa de la corte otomana que la promovió en el S. XVI.
Muy cerca hay un Caravanserai que eran los lugares de hospedaje de los comerciantes que hacían rutas como la de la seda. Se llama Rustempasha y ocupa una manzana amplia. Hoy es un hotel de lujo. Me han permitido pasearme a mi antojo estando muchas habitaciones abiertas.
Mirad que lamparas y los narguiles preparados para los clientes.
El comercio con la bandera es una tienda de carcasas para móviles. Me da envidia sana. En España con cualquiera de las banderas que se reivindican a nadie se le ocurre hacer esto.
En la manzana de al lado hay un bazar despertando.
Y junto a ambos la que simplemente llaman la "Vieja Mezquita". Me duele, entre los zooms y lo que la cámara le quita al ojo, no poder transmitiros lo que realmente he visto y sentido.
Las dimensiones, volúmenes y esos grandes escritos, colores y formas la hacen muy especial. Creo que junto a Santa Sofía de Estambul que ya conozco, son las dos construcciones religiosas que más me han impactado en mi vida.
Aquí tenéis una última perspectiva de ella, el Ayuntamiento de Edirne y una bonita fuente entre ambas.
Luego tocaba el complejo Selimiye, centro neurálgico de la ciudad, en una explanada tan extensa o más que el Bernabéu. Alguien dijo que Santa Sofía de Estambul es la luna y la Mezquita Selimiye el sol. Eso dice la propaganda de aquí.
Otra vez las dimensiones son difíciles de explicar. En los alrededores hay ruinas y un cementerio a la vista. La pena es que por dentro están en obras de gran calado. Solo he podido retratar esto.
En las afueras de Edirne hay una vieja estación de tren sin servicio (hay otras dos en la ciudad) que me apetecía mucho conocer. Actualmente la utiliza la universidad como sala de exposiciones y museo. Los contenidos no eran muy relevantes.
Junto a ella hay un monumento -mirad el tamaño de las personas abajo- conmemorativo de los 75 años de la Constitución de la República de Turquía. El pilar más grande representa a Anatolia (la parte asiática del país), el segundo a Tracia (la parte europea). El pequeño es Estambul (media ciudad es europea y la otra media asiática). Y la chica con el papiro y la paloma representan la unidad, la ley, la paz y esas cosas.
Por la zona he comido y luego en un taxi me he ido a la otra punta de la ciudad y a como kilómetro y medio de la misma donde está este otro complejo dedicado al Sultán II Beyecid, el de la foto, con hospital, madraza (escuela coránica), residencia de estudiantes y cocinas, además de la mezquita.
Este es el interior de la misma.
Las otras dependencias ahora son museos donde a modo de los de cera representan escenas de estudiantes, cocineros y doctores en medicina y teología.
El alma en pena representa a un paciente psiquiátrico severo.
Tampoco faltan músicos.
Algunas de las curas y operaciones de esa época tuvieron que ser muy cruentas.
Me despido desde el bus de vuelta al hotel y os dejo alguna foto más de casas de la época otomana, siglos XVIII y XIX.
Buenas noches a todos.
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