Istria es si veis el mapa una especie de verruga que le ha salido al Adriático arriba en el sobaco.
Está formada por territorios de Italia, Eslovenia y Croacia. Como en algunas regiones españolas, parte de sus habitantes no reconocen otro país que Istria.
Ahí tenemos su símbolo. Un macho con pinta de engreído.
Comenzamos la mañana utilizando la bicicleta gentileza de mis hosteleros y partiendo de la plaza principal nos internamos en la ciudad vieja por una de las pocas puertas que quedan de sus murallas. El edificio rojo es el Ayuntamiento.
La calle Grisia es la principal y lleva a la catedral de Santa Eufemia. Pasamos antes de que pongan los chiringuitos y se llene de turistas.
Algunos rincones son realmente acogedores. Llegamos a la iglesia y lo primero que vemos al entrar son este par de pilas bautismales.
Ahí tenéis el sarcófago romano y el interior del templo. Pongo el texto para demostrar a quien tenga la curiosidad de leerlo, lo fácil que es para un español entenderse con un italiano.
En la parte de la península mar adentro, hay un gran parque lleno de senderos y caminos empedrados y enfrente pequeñas islas habitadas. Como veis, el agua, cristalina.
Ya de vuelta me encuentro estos paisajes y estas piscinas naturales. Intento guardar la intimidad de las bañistas que toman el sol...
... aunque no siempre lo consigo.
Que cruz!!.
Siguiendo la costa por el otro lado hay un parque "Punta Corrente" protegido, de 90 Has. con senderos y rutas de bicis, playas de piedras y unas pocas urbanizaciones de lujo.
Como en todas partes hay monumentos a los héroes locales. Aquí hay muchos porque ha habido muchas guerras. A estos les han hecho un pedazo de monumento.
Mañana haré noche en Pula, otra ciudad con encanto y unas ruinas muy notables y pasado me iré a Zagreb, la capital.
Han seguido habiendo anécdotas pero os las contaré el fin de semana por no alargar más esta entrada. (Bicicleta, comidas,...).
Buenas noches!!.
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