Tras dos días y medio intensísimos en Lyon, una ciudad con aires de gran capital que me ha impresionado; no en vano fue la capital de las Galias adonde llegaron los romanos en su expansión hacia occidente; me dispongo a dejar Francia.
El viaje será muy interesante porque al cruzar los Alpes tendré la oportunidad de disfrutar de esos paisajes de montaña tan distintos a los de mi tierra querida.
Desde Lyon solamente me dan billete hasta Milán, pero yo quiero ir a reposar de estos días (más de 40.000 pasos dados) a un pueblico que me dijo mi amigo Ángelo -militar italiano que trabajaba en la base de Los Llanos- llamado Limone en la orilla del Lago di Garda.
Voy a intentar hacerlo todo en el día, pero para eso tengo que conseguir un billete de Milán a Brescia y luego probablemente un autobús, o alquilar un coche, o bien hacer una noche en Brescia y llegar a Limone pasado mañana.
Todo se verá. Nos vemos en Italia. Mamma mía!!.
Sigo aprendiendo junto a ti, cuánto sabes y qué bien lo compartes. Lo estoy disfrutando. No corras, contempla, solo existe el presente.
ResponderEliminarPues fíjate, me da mucha fuerza compartir lo que estoy disfrutando y que mi hermana y otra gente lo disfrute. Gracias por estar ahí, Mari. Muack.
Eliminar