Después de la monumentalidad de Lyon apetecía ya ver naturaleza y dudé sobre si parar en Brescia, o incluso parando a hacer noche porque llegué ya tarde y no era cosa de seguir, no visitarla y salir de mañana hacia el Lago de Garda.
Ya la primera sorpresa fue encontrarme con una vivienda histórica convertida en hotel con encanto y en museo igualmente. Se llama Hotel Il Leoncino.
El cuadro de la chica con el sombrero estaba en mi habitación, y el resto y muchos más por toda la casa juntos con la Gucci, el 600, la Vespa, etc...
La chica del hotel me dijo que el centro era pequeño y muy bonito, así que pensé, lo hago en un par de horas y me largo.
Menos mal porque me habría perdido todo esto:
El centro son tres plazas muy grandes (Vittoria, Pablo VI y della Loggia o Ayuntamiento) unidas por soportales enormes.
Maripi
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