Una ciudad de contrastes.

     Eso es Pula. Os contaré cosas que he visto en sus habitantes:

Fuman mucho

No visten prendas de marca

Visten mejor los hijos que los padres; me recuerda a mi generación. Mis padres sin llegar a fin de mes, pero que a los niños no les faltará de nada.

Gente rebuscando en las basuras

Los chicos antes de la universidad van en grupos y las chicas aparte.

Las matrículas de los coches son como las antiguas nuestras: PU 1234 XY.

En fin, he visto cosas de hace 40 años en Albacete algunas de ellas.

Comienza la mañana en el Anfiteatro y al lado, la visita a la iglesia de San Antonio, las Puertas Dobles, la Puerta de Hércules y el Arco de Triunfo de Sergio. Mucho románico por todas partes.

Luego voy al monasterio de San Francisco donde hago la visita solico. Que tranquilidad y que gozada.

    Entretanto, por la ciudad me voy encontrando esculturas y blasones. La escultura de una ciudad a mi me ayuda a valorar la autoestima de sus habitantes.

El cañón es prueba de que hemos llegado al castillo.

Desde su vista panorámica se ven los antiguos astilleros abandonados (parte de las causas de la crisis de la ciudad, además de su guerra de independencia en los años 90) y el Anfiteatro.

Debajo del castillo con salida y entrada por él y por los cuatro puntos cardinales de la ciudad, hay unos pasadizos -foto del centro- acondicionados para acoger a 50.000 personas que era la población de la ciudad en la II Guerra Mundial. El trayecto es espeluznante. 

Y por último os paso algunas fotos más de casas honorables, habitadas pero en estado de abandono en todo el centro de la ciudad. 

He mirado en la IA a ver si había mucho paro y solo tienen un 5% que en España se considera pleno empleo. La conclusión es que la gente trabaja y vive pero bajo mínimos, con mucha obra pública y levantando el país, en la actualidad muy lejos de nuestro nivel de vida.

Por la tarde he venido a Zagreb, la capital. Buenas noches. Mañana os cuento.