
Aquello me impresionó, y me sonaba a sueño irrealizable. Corrían los años 70/80.
A finales del siglo XX mis viajes que hasta entonces habían sido deportivos o vacacionales, empezaron a plantearse desde la perspectiva de ir conociendo países o zonas del mundo intentando disfrutar no solo de sus atractivos geográficos y paisajísticos, sino también del carácter y costumbres de sus gentes.
Mi gran suerte hasta entonces había sido poder viajar a través del baloncesto -mi deporte favorito y parte de mi vida- y haber conocido todos los rincones de España, sin duda el más apasionante de los países que existen en la Tierra por lo que, a partir de la treintena, empecé a mirar al extranjero.
Decidido por tanto a conocer mundo, comencé por Centroeuropa (Italia, partes de Francia -que es muy grande-, Portugal, Inglaterra, Suiza, Austria, Bélgica, Irlanda, ...
Ninguno de esos viajes me impresionó tanto como mi primera incursión en Marruecos. Trataba de contactar con otro mundo distinto del primero, y cruzando el estrecho lo conseguí.
Luego vendría Siria (antes del conflicto que la ha destrozado).
Pues bien, cuando conoces los países de oriente y Asia y descubres sus sociedades desde dentro te das cuenta de que los motivos auténticos de los enfrentamientos en todas partes son por las desigualdades económicas, el egoísmo de los ricos explotando la riqueza material de las zonas menos desarrolladas (el mal llamado Tercer Mundo) y también el miedo a la diversidad. Por cierto, nadie me ha contado aún donde está el segundo mundo, ese abismo entre el primero y el tercero.
Pues bien, cuando conoces los países de oriente y Asia y descubres sus sociedades desde dentro te das cuenta de que los motivos auténticos de los enfrentamientos en todas partes son por las desigualdades económicas, el egoísmo de los ricos explotando la riqueza material de las zonas menos desarrolladas (el mal llamado Tercer Mundo) y también el miedo a la diversidad. Por cierto, nadie me ha contado aún donde está el segundo mundo, ese abismo entre el primero y el tercero.
Los países en vías de desarrollo de un tiempo a esta parte tienen un atractivo especial para mi. También había podido acercarme a lugares como Cuba y China, y a partir de ahí, la idea de viajar a los cinco continentes en una misma "excursión" tenía que llegar antes o después.
En la foto, la portada del libro de Manuel Leguineche en el que cuenta su experiencia viajando alrededor del mundo en automóvil, otro de los acicates para poner en marcha este proyecto.
Menuda experiencia. Desde Mahón te deseo la mejor aventura de tu vida. Llevas nuestro amor y nuestra compañía contigo siempre. Somos un equipazo. Te queremos
ResponderEliminarAhora sí hermanica. Has escrito en la primera entrada de abril de 2019. Cuando escribas, mejor pon quién eres. Lo has hecho como anónimo y si estoy se anima no voy a saber quién es.
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