martes, 17 de junio de 2025

Asia, mejor de lo esperado en principio.

     Esmirna es un pedazo de capital. 4,5 millones de habitantes. No lo esperaba para nada. Esta parte de Turquía se nos quedó congelada a los europeos en el Siglo primero.

    Antes, con tristeza siempre, nos despedimos de Estambul. De verdad, el que no la conozca, que venga a verla. 


Pensaba que entraba en un mundo con pocas infraestructuras y me encuentro con una autopista de 500 km y tres carriles en cada dirección, y ya veremos que con rascacielos y mucha marcha. La salida de Estambul llena de pueblos dormitorio (aquí también hay "poceros"). Cruzamos el Mármara y la agricultura pasa a ser menos variada, trigo, cebada y poco más. 


Conforme nos acercamos a Esmirna, una gran ciudad como he dicho, los terrenos son más ricos, hay montes cercanos, pueblos típicos de labradores, y empiezan los polígonos industriales. En todo el país hay numerosas empresas relacionadas con la construcción.


Ya de lejos vemos rascacielos. Luego nos acercamos a ver alguno. Una cosa curiosa es que en esta ciudad no le dan nombres sino números a las calles. "Sokak" significa calle. 


La primera foto es de la coqueta fachada de mi hotel (no lo he sabido hasta verla). Ya veis que entre otras cosas me he encontrado con un Quijote. La otra curiosidad es este otro tipo de mezquita/casa que además de aquí he visto varias veces a lo largo del viaje. Da la impresión de que le ponen un minarete a una casa de vecinos y ya es una mezquita. Veremos más creo en los próximos días. 


Más singularidades, el estadio de fútbol y ese antecesor de Iniesta. Es un jugador de mediados del siglo pasado, y por último fijaros que par de barriadas tan inmensas al otro lado de la autopista. Son como dos Sacromontes, pero tamaño XXXL.


El final del día ha sido muy especial. He aparecido en una grada llena de gente tras ese bello monumento con caballos y guerreros que estaba terminando de contemplar la anochecida mirando hacia mi tierra. Que bonito. La vista del mar Egeo es una pasada. Y luego he escuchado a un músico callejero y otro en el restaurante donde he cenado haciendo música turca 100% actual. Es tan lejana a lo que estamos acostumbrados que me ha emocionado. Parece que les sale muy de adentro. 


Mañana la intención es ir a Éfeso a ver las ruinas romanas. Buenas noches.

lunes, 16 de junio de 2025

El último día aún en Estambul pisamos suelo asiático.

     Cogemos el BUS-FORO panorámico y nos vamos derechos a Uskudar que es el lado asiático de la ciudad. Para llegar hay que cruzar el primer Puente que se hizo sobre el Bósforo y que se inauguró en 1.973. Una obra bastante faraónica. 


En la otra orilla hay un paseo espléndido que unas veces e pega al mar y otras a la carretera interior para permitir a los privilegiados propietarios de estas casas bañarse en el Bósforo sin salir de ellas. Algunos pequeños solares que quedaron vacíos los ha aprovechado el Ayuntamiento para hacer pequeños parquecillos públicos con sombras y cafés en donde si llevas un bañador, te puedes remojar también.

Como a tres kilómetros del puente nos encontramos ya a los ferrys que permanentemente cruzan de Europa a Asia y viceversa. Durante el paseo vemos pasar todo tipo de grandes buques de carga, petroleros,...etc. el barco naranja es un guardacostas.
En cuanto al trío de banderas reivindicando la causa Palestina, solo las he visto en la parte asiática. La roja más clara es de quien promueve la protesta. Se trata de un partido islamista conservador llamado "El Partido de la Felicidad".

El Skyline de Asia no tiene nada que ver con el europeo mucho más rico. La torre es un monumento a la fundación de la República en 1923. 

Por fin atisbamos y luego llegamos a la Torre de la Doncella que como no podía ser menos tiene su leyenda que es la de un Sultán al que le anunciaron que su hija recién nacida moriría antes de los 18 años por la picadura de una serpiente
El hombre construyó la torre en medio del mar y la vigiló con sus más fieles guerreros y el día que la niña cumplió los 18, para celebrarlo le regaló una cesta de frutas en la que por un descuido se había metido la serpiente venenosa que la mató. 
La bandera de España junto con la de Turquía me la han puesto en la mesa en el restaurante en el que he comido.

Por la tarde he vuelto a Europa en uno de los ferrys que hemos visto antes y hemos disfrutado de la brisa y las vistas. La primera en aparecer es la Torre Gálata.
Debajo del puente se ven los restaurantes de comida básicamente turca 

El barco nos ha dejado al pie de la Mezquita de Yeni, una de mis favoritas, y me he metido dentro.

Tienen tantos rezos que es fácil pillarlos en uno. Las otras tres fotos son también anexos de la Mezquita. 

Y con esa visita doy por terminada la cita con Bizancio, como la llamaron los griegos en el siglo VII antes de Cristo, Constantinopla, nombre que se le dió al nombrarla capital del Imperio Romano de Oriente en el siglo IV después de Cristo, o Istanbul que para los otomanos significaba "El lugar del Islam".

Mañana, Dios mediante, inicio el periplo asiático con la misma ilusión que prudencia y lo seguiré contando en este enlace. Que descanséis. 

Anecdotario IV.

     En el bus a Edirne observé que trabajaban 4 personas. Era un autobús muy moderno con dos conductores, un chaval joven que vigilaba el equipaje y ayudaba a colocarlo en las paradas y una señora que se pasó el viaje repartiendo por el pasillo a los viajeros agua, limonada y pastas. Cuanto cobrarán los pobres?. 

Ya me ha ocurrido en varios sitios. Recuerdo Podgorica, por ejemplo. Tener la sensación al llegar, por la pinta del hotel, la entrada a la ciudad, etc... "Me he equivocado al incluirlo en la ruta". Sin embargo lo que parece un hotel de mala muerte se conviene en una habitación rehabilitada con muy buen gusto y amplia, y luego el casco viejo de la ciudad me encanta. 

Disposición frecuente en un paseo familiar. Primero el hombre con indumentaria occidental con un carrito a veces con el niño pequeño o el primogénito de la mano. A un par de metros la mujer con velo que puede taparle a veces hasta la nariz. Puede llevar alguna niña. Un poco detrás la madre siempre con velo pero sin tapar la cara, y a continuación algunas hermanas, cuñadas o tías rodeadas de niños. 

Son malos cocineros y pésimos camareros. Los primeros sacan guarniciones sin la temperatura adecuada, arroces pasados, las carnes y pescados no son de la calidad que exigimos en España en cualquier sitio. No usan aceites de calidad. No hacen bien las patatas, ... y los camareros con frecuencia como esos chiquillos que te encuentras en España a veces que los acaban de contratar y no se aclaran..., además tienen sus escalas sociales. Si el encargado de servir el pan o el agua es un chiquillo, puedes pedirla y haber 4 camareros de brazos cruzados que esperarán a que te la traiga el chaval. 

Son super respetuosos con embarazadas y personas mayores. En cuanto me ven entrar en un bus, metro, tranvía, ya pueden ir llenos que se levantan 4 inmediatamente a cederme su asiento. 

En el tren de Edirne a Estambul, en un vagón de 80 plazas en el que vamos 9 personas, el revisor -aún existe la figura- me quiere obligar a que me siente en mi reserva que no tiene buena ventana y da el sol. Tengo que negociar y con el móvil anota donde me he sentado y me advierte que es el sitio de otro viajero, que si viene me tengo que cambiar. 

Este es el servicio de uno de los trenes que he cogido. Al ver la manguera pensé que era wáter y ducha, pero era corta, para enjuagar la micción. Menos mal que solo funcionaba apretándole a una palanquilla porque cuando lo intenté salía agua por todas partes menos por donde debía. Además no tragaba. Lo comprobé la segunda vez que fui.


Cuento muchas cosas pero algunas imágenes o no llego a tiempo de cogerlas porque voy en tren, o estoy en un sitio donde no dejan,...etc. recuerdo tres, una cola para entrar a mear en una mezquita con un espejo enfrente y rodeado de árabes con pintas (no me dió tiempo a reaccionar). Otra es al lado de puestos de fruta o cerámica, pasando en tren, vi un puesto de venta de pavos vivos, los tenía sueltos en un prado y se conoce que los cogía cuando llegaba un cliente. Y por último, las escenas en el mausoleo de Eyup con gente en el suelo postrada y haciendo exaltaciones a la figura del Sultán, eran para verlas, pero no se podía fotografiar. 

Y por último, negro sobre blanco, ayer me timaron. Me cruzo en una zona deshabitada con un limpiabotas, veo que se le cae el cepillo, lo recojo y lo llamo para devolvérselo. Agradecido como si le hubiera salvado la vida me besa la mano, me dice que de donde soy, español, Madrid o Barça, le digo Madrid y me dice Casillas, Angeloti, me coge de la mano, me lleva a una sombra y se pone a limpiarme los zapatos, entiendo que de agradecimiento, con el cepillo que le he recogido y un cepillo de dientes mojado en agua. Al terminar le doy un billete de 50 liras (1 €) y me dice enfadado que 350liras cada zapatilla (total unos 15 €). Un tanto alucinado se las doy y desaparece. En seguida caigo en la cuenta de que el cabronazo tiró el cepillo al suelo sin yo darme cuenta para liarme. .

domingo, 15 de junio de 2025

Iba a decir que Estambul está como nunca...

     ...pero en realidad está como siempre. Nunca defrauda. No te deja frío, al contrario, te pone las pilas y te ofrece siempre algo nuevo. 

    Ayer domingo estuve hasta la una del medio día en el hotel solicitando visados y decidiendo cuál será la ruta en los próximos dos meses. Hay tantas cosas interesantes en Asia que el tiempo pasa volando y hay que aprovecharlo. 

    Como las distancias son grandes aquí, me he cogido uno de esos autobuses descapotables para 24 horas en los que puedes subir y bajar las veces que quieras y que pasan por los lugares más atractivos. 

   Subiendo hacia Sultanahmed, pero también los encuentras en otros muchos sitios, es fácil encontrar lo que parece el patio de una casa por sus dimensiones y en realidad son pequeños cementerios llenos de tumbas.

    Arrancamos con el bus en Aya Sofía, pasamos por el puente Gálata y vemos mucha actividad en el Bósforo. En la otra orilla Asia nos espera. La Torre Gálata siempre tan distinguida nos contempla y en cuanto llegamos al edificio con chimeneas nos bajamos. Es la zona del Palacio de Dolmabache.


Antes de comer visitamos la mezquita dedicada  a Vezmialem Valide Sultán, construida en el S.XIX y muy bella por su estructura y situación junto al mar. Como veis las paredes son ventanas de cristal translúcido lo que le da un aire distinto, viéndose el Bósforo desde dentro. Nos acompaña un árabe echando la siesta en el suelo. 

La comida al lado del agua y luego rodeamos el Palacio que es inmenso. También atractivo por dentro, pero no entro. La Torre del Reloj y varias puertas de entrada nos dan idea de su riqueza.

También lo hacen los impresionantes muros que lo rodean. La avenida que lo abraza está en hora punta, aunque en Estambul todo es bullicioso.

Un poco más adelante está el Museo marítimo. Parece que no les quepan dentro los cañones y que los han sacado a la calle, además de grandes anclas y hélices.

Se encuentra en una bonita plaza en la que la gente se reúne a contemplar el Bósforo, su parte asiática y a tomar el fresco o un refresco en ese restaurante. El aguilucho de tubos me pareció bastante hortera. 

Hay en el entorno un monumento a Barbarroja, el estratega otomano que dominó el Mediterráneo en el S.XVI, otra mezquita menos refinada exteriormente y el Estadio del Besiktas.

Desde allí volvemos al autobús y nos vamos a la Plaza Taksim, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Allí han construido un imponente "Ataturk Kultural Center" en el que puedes pasar un buen rato viendo lo último en nuevas tecnologías audiovisuales. Tiene varias esculturas en la entrada muy sugerentes. Una chica con una tablet me convirtió en coprotagonista del Principito, versión turca...

... Y así posé ante una pantalla gigante con imágenes futuristas cambiantes.

Había más exposiciones de pintura, y la esfera que veis es una sala para teatros o conferencias.

La plaza Taksim, tan grande como la de la Concordia parisina es donde los Istanbullu, o estambulitas (castellanizado) organizan sus manifestaciones y donde terminan casi siempre a gorrazos con la policía. En días tranquilos es mitad plaza y mitad parque donde tomar un té, jugar en la hierba con los niños o asomarse a la parte baja de la ciudad. Tiene algunos edificios enormes en su perímetro, y como veis, cientos de vallas preparadas para los días de altercados.

Un par de bonitas fuentes adornan los senderos de la plaza,...

...y en un extremo, donde empieza la calle Istiklal -su calle ancha- más fuentes, el Monumento a la República que estaba protegido por la policía (hasta una tanqueta vi pasar), y como no otra mezquita. Esta muy moderna, con cafetería, tiendas en sus bajos y hasta un garaje subterráneo. 

Como se observa, la decoración es actual.

También, al lado, hay una iglesia con tintes de catedral y dos torres en su fachada que parece católica y que por la hora estaba cerrada.

Lo último es buscar un sitio para cenar por la calle principal donde nos encontramos gente de todo tipo, mucha policía y algunos edificios de bella factura más o menos escondidos.

En la calle como veis no falta animación, y algunos puestos típicos, como las castañas y panochas, los mejillones y los carritos con simit, unos rolletes con semillas de pan dulce turco que merienda la gente y que están muy buenos.

Buenos días, que anoche llegué tarde y cansado. Hoy voy a ver si piso la Estambul asiática y me tomo un té viendo la torre de la Doncella. 
Veo que el programa automáticamente ha fechado esta entrada el domingo 15 pero estamos ya a lunes 16.

sábado, 14 de junio de 2025

Estambul, a tope aunque contrariado.


     Hace años, dejándome llevar por la ciudad me topé con un barrio de judíos ultraortodoxos que me atrajo un montón por lo exótico. Salvo en Israel y quizá en alguna ciudad norteamericana, es difícil verlos.

 El primer objetivo de hoy era encontrarlos pero consultando con la IA, tras varios intentos, he llegado a la conclusión de que han terminado desapareciendo como grupo étnico con un emplazamiento determinado. Ahora os contaré.

    La mañana ha empezado disfrutando de la joya de mi barrio, la estación ferroviaria de Sirkeci. De ella partía el Orient Exprés que hizo famoso Agatha Christie a principios del siglo pasado y que unía París con Estambul. Mirad que maravilla. 

Que envidia me dan los grupos de ciclistas que veo cada mañana por la ciudad!.

Luego me he cogido un tranvía y me he ido al barrio Judío de Balat donde como digo esperaba ver a los ultraortodoxos con sus atuendos típicos pero ya no existen, aunque el distrito se conserva y es muy turístico como se ve en las fotos.


Poco antes de entrar en la judería, en el mismo Cuerno de Oro hay una iglesia pequeñita con una historia preciosa.
Es la de San Esteban, mandada construir de hierro (único caso en el mundo) en Austria por orden de la comunidad católica ortodoxa búlgara para plantarla en medio de tanta mezquita y poder realizar sus ritos. Desde allí la trajeron en barco por piezas y la acaban de rehabilitar. Yo la había visto llena de porquería y cerrada.

En el barrio de al lado -Fener- está ubicado el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla (el equivalente al Vaticano para nosotros) donde vive el máximo exponente de la iglesia ortodoxa. Estas son sus instalaciones. Solo la Piedad que hay en la basílica de San Pedro en Roma vale más que todo esto.

También en Fener tras numerosas escaleras y cuestas se llega a lo que llaman el Castillo Rojo, un instituto educativo ubicado en un impresionante edificio de ladrillo. A las jóvenes turistas de todas las nacionalidades les encanta fotografiarse ante las casas de colorines.

He comido en la zona y luego en el tranvía de vuelta he ido a Sultanahmed porque quería comprar un mapa de Turquía para terminar de planificar la ruta de los próximos 15 días. En el distrito de Fatih me he ido encontrando estos edificios universitarios, fuentes, hoteles, y hasta una estatua homenaje que yo he llamado a los sube cuestas y escaleras como yo. 

No veas como estaba el centro a eso de las 17,30, mercados, bazares, pasos subterráneos, callejas,... Me han llamado la atención esas olivas y un derviche en un escaparate de venta de artesanía, especializado en juegos de ajedrez. Los cristales y la iluminación no han permitido hacer una foto mínimamente buena de los tableros y soldaditos de toda época y ejército.

Lo tenía a huevo para dejar vistas la Mezquita Azul que no es la que más me gusta de lo que conozco...






..Y Ayasofia como la llaman aquí que siempre me impresiona y que en esta ocasión ha sido otro motivo de contrariedad para mí porque han cambiado sus normas arbitrariamente y ahora a los turistas solo nos dejan verla desde el piso de arriba. El de abajo solo puede ser usado para el rezo de los musulmanes. La primera vez que me pasa. Debiéramos tomar represalias con nuestras catedrales, jejeje.





Es colosal, sencillamente. 
Entre ambas mezquitas se encuentran estas fuentes y tras Santa Sofía el Palacio de Topcapi que siempre me ha dejado frío. Lo encuentro un tanto destartalado y en esta ocasión no lo visitaré por dentro.
Esta noche os despido con la vista de Beyoglu y la Torre Gálata que tengo desde el hotel. 
Buenas noches. 

viernes, 13 de junio de 2025

Estambul te zarandea!.

     Haces un plan de la jornada pero luego la ciudad empieza a mostrarte sus intimidades y ves un mercado y te acercas, y luego un edificio que te impacta y no sabes lo que es, y te metes, y más tarde una cuesta te saca los higadillos y te tienes que parar a repostar. En fin, he cumplido bastante el objetivo pero he tardado más de lo que quería. 

   Hoy la intención era echar la mañana en la mezquita de Eyup en el Cuerno de Oro y subir al Café de Pierre Loti a contemplar la ciudad desde arriba. Lo he hecho pero por la tarde.

    Nada más salir del hotel me he topado con estos simpáticos murales que resumen un poco la ciudad.

    Torre Gálata, Derviches, Torre de Leandro o de la Doncella, Palacio Dolmabache, y Mezquitas. 

    Necesitaba antes de nada pasar por una Oficina de Información, las cercanas al hotel supongo que por ser viernes estaban cerradas y he tenido que subir a Sultanahmed donde están Santa Sofía y la Mezquita Azul. La oficina es el edificio de madera. El resto son un par de detalles de la ruta y un par de comercios clásicos (alfombras y cerámica de lujo).


Una vez allí me han rodeado estas turistas de interior que iban en grupo con su guía también. Que no todo somos europeos y japoneses. 

Entre los árboles que estorban y las obras de rehabilitación de Aya Sofía y la mezquita Azul, las fotos no son buenas. Otro día volveré a buscar mejores ángulos y sacarlas por dentro, pero hoy viernes quería ir a Eyup. El edificio de en medio es una madrasa o escuela coránica.


En la oficina de turismo me han aconsejado sacar una tarjeta para todos los museos del país, y de camino al lugar donde la expenden he visto gente entrar aquí y me he metido. Es el Mausoleo otomano del Sultán Ahmed I. Impresionante. Con sus hijos y familiares. Cada uno tiene la tablilla con su nombre y algunos un breve historial. 

Ojo a los vendedores en la calle. Algunos parecen sacados de Aladino.
El edificio es el Museo de Historia y cultura islámica donde vendían la tarjeta y también me he metido. 
El obelisco es un regalo de Egipto a la ciudad, y lo otro una fuente para beber y lavarse los pies, ambas cosas necesarias. 

Estás son las piezas más destacadas de un museo interesante. 

Y la mejor de todas sin duda este cuadro que me ha entretenido un buen rato

Luego buscando el tranvía para Eyup he oído follón en otro recinto, y allá que me voy. Pedazo de edificio que ha resultado ser un instituto. Mirad la cancha de baloncesto. Debieron tener anoche una gran fiesta de fin de curso porque estaban desmontando un escenario enorme. Los chicos andaban todos en pandas y comiendo pizzas. Me he enrollado un poco y me he fotografiado con ellos.

Luego he buceado por este barrio bullicioso detrás de la mezquita de Yeni donde había un ambiente muy árabe y sorprendentemente esta bandera de España a modo de parasol.

Más tarde me he topado con el bazar egipcio.

Es el primer edificio, con muchos puestos de especias, frente a la mezquita recién nombrada y ya en la parada del tranvía desde donde se ve la Torre Gálata al otro lado del Cuerno de Oro.

Me acompañan en el tranvía entre otra gente las chicas de abajo, muy arregladas ellas. Es hora de comer y en el restaurante elegido también repone fuerzas esa típica pareja de árabes. Para después me dejo la visita a mezquita y tumba aunque desde el balcón robo alguna foto. 

Dentro de esta mezquita muy importante para los musulmanes dos chicas jóvenes rezando el coran, un hombre, calculo que de mi edad acaba de terminar, los peques juegan bajo la gran lámpara que está a poco más de mi altura, un grupo de escolares aprenden a ser buenas personas, el hombre sentado parece ciego porque pasa las manos por el libro al leer y el mimbar majestuoso nos contempla a todos.

En el patio de las abluciones la tertulia como antaño de los vecinos al fresco, y una madre orgullosa de su hijo que ha tomado la primera comunión o algo parecido. 

    Y por último subo en teleférico al café de Pierre Loti con esa morena de las gafas de sol que me ha ayudado a recargar la Istanbulcard para el transporte urbano. Me tomo un té contemplando esas vistas maravillosas del Cuerno de Oro, y bajo con esa familia tipo dando por terminada la jornada.


    Mañana quiero visitar el barrio de Balat, una peculiar zona que me encontré de sopetón en un viaje anterior y que seguro que os gusta. 
    Estoy empezando por cosas que me llaman más la atención que las atracciones turísticas clásicas, que también visitaré. 
    Buenas noches a todos. 
    

Asia, mejor de lo esperado en principio.

     Esmirna es un pedazo de capital. 4,5 millones de habitantes. No lo esperaba para nada. Esta parte de Turquía se nos quedó congelada a l...